La desolación y las caras largas en Ferraz eran ostensibles este martes cuando apareció en escena Ángel Gabilondo. Los aplausos -poco entusiastas- no pudieron maquillar una escena en la que se intuía fácilmente la decepción. Y no era para menos. El PSOE acababa de cosechar su peor resultado en unas elecciones a la Comunidad de Madrid: un 16,85% de los votos que se traduce en 24 escaños.
"No lo esperábamos", admitía el candidato socialista, que fue sorpassado por Más Madrid, tal y como adelantó EL ESPAÑOL a través de la encuesta de SocioMétrica. Mónica García ha obtenido 3.000 votos más que el candidato socialista y ya se ha convertido en el partido mayoritario de la izquierda en la región.
Con estos resultados, el PSOE empeora considerablemente los datos de sus peores comicios, que hasta este martes eran los de 2015, cuando el propio Ángel Gabilondo obtuvo un 25,43% de los votos y 37 escaños, 13 más que ahora. Fueron las primeras elecciones madrileñas a las que se incorporó Podemos.
Son varias las razones que explican el batacazo. En primer lugar, un bloque de izquierdas fuertemente fragmentado. Y en segundo lugar, una campaña socialista marcada por el cambio en los mensajes.
Campaña de bandazos
La debacle electoral podría explicarse a partir de la inconsistencia de la campaña de Ángel Gabilondo, que ha estado plagada de bandazos. El candidato socialista comenzó su campaña apelando a la "moderación" con el fin de captar el voto de los desencantados de Ciudadanos. Además, prometió no subir los impuestos al menos hasta 2023 y vetar a Unidas Podemos de un hipotético ejecutivo de izquierdas: "con este Pablo, no".
Al ver que el éxodo liberal iba a ser capitalizado por Isabel Díaz Ayuso, Gabilondo cambió radicalmente de discurso en un intento desesperado por mantener la hegemonía en la izquierda. Tal giro se consumó en el debate electoral de Telemadrid: "Pablo, tenemos doce días para ganar".
Y así se sucedieron duros mítines contra "la ultraderecha" que en su argumentario representaba Ayuso, a quien llegó a equiparar con Donald Trump y Jair Bolsonaro. El "gobierno de Colón" -en referencia a un hipotético pacto de PP y Vox- supondría "un epígono de las formas e ideas de Trump y Bolsonaro, del negacionismo, del pin parental, de la demagogia y de la desigualdad". El candidato "soso, serio y formal" se había esfumado.
Ni siquiera la campaña de la izquierda aprovechando las amenazas de muerte recibidas para plantear la dicotomía "fascismo o libertad" pudo maquillar las incoherencias de la campaña. Para la posteridad queda la imagen de María Reyes Maroto, actual ministra de Industria, Comercio y Turismo, posando con una fotografía de la navaja con la que fue amenazada. El retrato de un uso electoralista que no cuajó.
Lo vivido este martes supone el paso definitivo en la senda emprendida por Más Madrid para convertirse en la fuerza hegemónica de la izquierda autonómica. Ya lo era en el Ayuntamiento, liderando la oposición a José Luis Martínez-Almeida. Ahora, con un crecimiento cimentado en la pérdida de votos del PSOE, ya ha consumado el sorpasso.
Ante el batacazo histórico, Gabilondo anunció este martes que analizarán los resultados "desde la tristeza y desde la entrega". "Estemos donde estemos, nos seguirán doliendo las colas del hambre, la desigualdad y la pobreza", zanjó Gabilondo en un discurso que sonó a despedida.