En pleno Barrio de Salamanca, en un esquinazo con vistas al Paseo de la Castellana, se encuentra el que fuera el hogar del segundo personaje más importante del régimen franquista: Carmen Polo. La esposa del dictador vivió en el edificio del número 8 de la calle de los Hermanos Bécquer. El escritor y periodista Mariano Sánchez Soler recuerda como la viuda de Franco apenas pisaba la calle, "casi enclaustrada y ajena al mundo exterior", y pasaba las horas en su hogar "cosiendo y haciendo bordados".
Como el de otros edificios de la zona, el bloque ahora está ocupado por siete viviendas de lujo. Su comercializadora, Lienzo, las describe como las "más exclusivas de Madrid". El residencial alberga un piso por planta. Unos hogares de "grandes superficies" situados en un "magnífico" inmueble de "principios del siglo 20", apunta la firma.
Los pisos ya están "prácticamente" vendidos, según confirman a El Español fuentes del sector. Pese a ello, las obras todavía no han terminado. Si Lienzo se encarga de moverlas en el mercado inmobiliario, Grupo Cosmic, el estudio de Belén Domecq, está detrás de los nuevos interiores. De hecho, la arquitecta compartió en su perfil de Instagram una imagen del proyecto.
De esta forma, encontramos en Hermanos Bécquer 8 a dos de los actores (Lienzo y Cosmic) que también han participado en otra de las grandes promociones residenciales del barrio de Salamanca: Velázquez 53. En esta caso, la operación para construir 13 pisos de lujo en una de las calles más codiciadas del Barrio de Salamanca la han promovido los bisnietos del dictador, los hermanos Francisco de Borja y Jaime Ardid Martínez-Bordiú, a través de la sociedad ARD V53, participada en su totalidad por el holding familiar que tienen también con su otro hermano, Javier.
Este diario no ha podido confirmar qué familiares del dictador están detrás de la promoción de Hermanos Bécquer, si bien Vozpópuli sitúa de nuevo a los hermanos Ardid Martínez-Bordiú -hijos de la nieta del dictador Mariola Martínez-Bordiú- como protagonistas en esta ecuación.
Breve historia del edificio
Sánchez Soler explica en su libro La familia Franco S. A. por qué esta pieza junto a la Glorieta de Emilio Castelar acabó en manos del franquismo. En los años 40, la finca pertenecía a Elena de Astoreca y Gavaldá. Fue años más tarde cuando, ya casada con el empresario Enrique Marsans Comas -el propietario de la famosa agencia de viajes- aportó el inmueble a la sociedad Ursaria S. A. a cambio de acciones. En el consejo de administración de esta empresa se encontraban, entre otros, el hermano de Carmen Polo, Felipe, secretario particular de Franco.
Felipe Polo acabó asumiendo el control de la sociedad. Elena de Astoreca, por su parte, acabó transmitiendo a Ursaria S. A. el sexto y ático de Hermanos Bécquer. A finales de los 70, Carmen Franco Polo (hija) se convirtió en la administradora de la firma y la disolvió. Y todo el activo y pasivo de la sociedad pasó, por decisión suya, a manos de su madre. Ursaria S. A. "siempre fue una empresa-tapadera de la familia con la que, realmente, encubrían la 'operación inmobiliaria Hermanos Bécquer'", afirma el periodista.
La viuda del antiguo jefe de Estado y señora de Meirás murió en febrero de 1988 mientras dormía en el domicilio de los Hermanos Bécquer. Tenía 86 años.
El edificio, detalla Vanitatis, ha sido históricamente la sede de las principales empresas familiares que heredaron los hermanos Martínez-Bordiú Franco cuando murió su madre en las Navidades de 2017. Ante la imposibilidad de mantenerlo, los nietos intentaron venderlo en 2019 sin éxito. La segunda intentona de la familia, en cambio, sí que está llegando a buen puerto en el mercado de lujo madrileño.