No hay ningún barrio de Madrid que tenga menos extranjeros. En total, y según los datos del Ayuntamiento, 178. Un 5,16% del total de las 3.449 que habitan allí. Los datos tienen su explicación en la historia de esta zona del noroeste de la capital. El monte, que ocupa casi todo el espacio de la región, y sus históricos palacios, hacen de El Pardo uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Hasta 2021 era Atocha el barrio con menos inmigrantes, sumando 103. Según los datos de julio de 2022, 86 personas de nacionalidad extranjera se mudaron allí. Por su parte, en El Pardo el número de inmigrantes registrados aumentó en 16, con lo que se convirtió en el barrio con menor diversidad en cuanto a extranjeros.
De ellos, 30 tienen nacionalidad marroquí. 25, hondureña y 18, colombiana. Les siguen la italiana y la rumana, ambas con 12 personas. Cualquiera de ellos cuenta con unos números muy por debajo de la media de los barrios madrileños. Para hacerse una idea, en el cómputo de la capital hay censados 552.576 extranjeros.
El Pardo pertenece al distrito de Fuencarral-El Pardo, que tiene registrados 23.662 extranjeros. Son un 9,5% del total de Madrid. En uno de sus ocho barrios, Valverde, hay 8.864 extranjeros, siendo uno de los 12 con mayor número de inmigrantes. Son los dos casos opuestos que demuestran que en esta circunscripción no hay demasiada homogeneidad.
Tras El Pardo y Atocha, los otros barrios con menos extranjeros de Madrid son Atalaya (196), Fuentelarreina (240) y El Plantío (334). Por porcentaje, Valderrivas es la que encabeza la lista. Tiene 788, un 4,41% del total de sus habitantes. En 2021 sólo un 3,70% eran inmigrantes. Este barrio está situado en el sureste de Madrid, el extremo contrario a El Pardo, que está en el noroeste. En el orden de proporciones, Estrella (4,74%) ocupa el segundo lugar. El Pardo, su vecino Mirasierra (5,22%) y La Paz (5,51%) completan el listado.
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El Monte de El Pardo domina el espacio del área que, en los mapas, ocupa gran parte del barrio. Es el destino elegido por muchos senderistas que quieren disfrutar del verde predominante. Se trata de un bosque que llega a ocupar cerca de la cuarta parte de la capital. Esto ayuda a entender por qué la densidad de habitante hectárea del barrio es tan baja, quedando en 0,2.
Su pueblo, rodeado por el monte, acompaña al río Manzanares en paralelo. Las características propias del entorno invitaron a que arquitectónicamente se distanciase y fuera muy del resto de Madrid, teniendo una apariencia más rústica y menos parecida a una gran ciudad. Seis kilómetros le separan del resto de la capital. Y a menos de dos mil metros se encuentra la colonia de Mingorrubio. En su cementerio se encuentran los restos de Francisco Franco.
De Velázquez a Goya
El dictador hizo del Palacio Real su residencia oficial entre 1940 y 1975, el año en el que murió. Esto provocó que se construyeran más hogares alrededor para que vivieran allí las personas al servicio del Estado. Su población, por tanto, aumentó considerablemente. Paralelamente, en 1950 la localidad fue anexionada a Madrid.
Ese mismo palacio fue construido por orden de Carlos I en 1547, sustituyendo el pabellón de caza que Enrique III había mandado hacer allí en 1405. El lugar estaba previamente ligado a la caza, siendo una referencia habitual para los más privilegiados. De hecho, en la primera mitad del siglo XVII Velázquez retrató como cazadores a Felipe IV, al príncipe Baltasar Carlos y al cardenal-infante Fernando de Austria para la galería de la Torre de la Parada. Todos con El Pardo de fondo.
Un barrio cargado de Historia
En 1772 Carlos III hizo que el edificio se renovara casi completamente. Entre 1776 y 1778 Francisco de Goya pintó escenas de la vida cotidiana en Madrid para el comedor de los príncipes de Asturias del palacio. Entre el 78 y el 80 les entregó para su dormitorio El cacharrero y El ciego de la guitarra.
Ya entre el 86 y el 87 dibujó la serie de las Cuatro Estaciones destinada al comedor del príncipe, además de bocetos posteriores para los dormitorios de las infantas. Durante su etapa como retratista, el pintor vivió durante años en El Pardo. Concretamente donde ahora se encuentra una pastelería.
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A día de hoy este palacio es gestionado por Patrimonio Nacional. Allí se hospedan los jefes de Estado de otros países cuando visitan España. Por su parte, el Palacio de Zarzuela, también localizada en El Pardo, es la residencia privada de la familia real, aunque los actos oficiales tengan lugar en el Palacio Real. Así es desde que Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia eligieron este lugar para vivir en 1962. Tras el fin de la dictadura y tras inaugurarse la monarquía en el 75, prefirieron seguir residiendo allí.
Los descendientes de los empleados de estos palacios son, en su mayoría, los habitantes del barrio de El Pardo. Allí conviven muchos trabajadores de Patrimonio Nacional y militares. En la actualidad ostenta una tasa absoluta de paro registrado del 7,00 con sólo 148 personas desempleadas. Mientras que la caza se sigue ejerciendo en la zona, es un buen lugar al que acudir si se busca disfrutar de la gastronomía o del senderismo.