
Paneles con índices bursátiles en el Palacio de la Bolsa de Madrid
Tras un inicio de año muy positivo en los mercados bursátiles, en el mes de febrero hemos asistido a correcciones en Estados Unidos. El S&P 500 cae un -1,42% en el mes, lastrado por la tecnología (el Nasdaq ha retrocedido un -3,97% en febrero). En Europa, sin embargo, los principales indicadores suben en el segundo mes del año. El Euro Stoxx 50 se revaloriza un +3,34% y el Ibex 35 un +7,91%. El Euro Stoxx 50 toca máximos históricos después de 25 años.
Los recortes en la principal plaza bursátil del mundo, es decir, Estados Unidos, se deben a varios factores.
En primer lugar, la geopolítica no ha ayudado. Hemos asistido a un aumento de la incertidumbre, básicamente generada por dos factores: la situación en Ucrania y el posicionamiento de Estados Unidos, y la posibilidad de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos. En ambos frentes geopolíticos desconocemos cuál será el resultado final, dado que la administración de Trump suele tensionar las negociaciones para lograr obtener sus objetivos.
En el momento actual, pensamos que, a priori, la paz en Ucrania sería positiva, pero desconocemos cuándo se producirá y en qué términos. En el caso de los aranceles, una guerra comercial sería muy negativa para la economía, pero el mercado o gran parte del mercado, piensa que los anuncios de incrementos de aranceles por parte de Estados Unidos no se van a cumplir, al menos no de forma completa.
En segundo lugar, aunque la inflación ha bajado de manera importante desde 2022, sigue estando en niveles ligeramente superiores a los deseados por los bancos centrales, y los últimos datos no apuntan hacia una reducción del incremento de los precios. La inflación en Estados Unidos en enero se situaba en el +3%, lo cual, pone presión para que la Reserva Federal no siga bajando tasas de interés. Parte de la revalorización de la bolsa americana en 2024 se debe precisamente a una expectativa de reducción de tasas de interés que no se está cumpliendo.
La inflación en Estados Unidos en enero se situaba en el +3%, lo cual, pone presión para que la Reserva Federal no siga bajando tasas de interés
En tercer lugar, las fuertes revalorizaciones de la bolsa americana, y concretamente de la tecnología en 2023 y 2024, provocan que ante incrementos de volatilidad muchos inversores decidan tomar beneficios.
En Europa, sin embargo, los mercados bursátiles han tenido revalorizaciones de cierto calado. Las razones también son varias. La primera son las elecciones en Alemania, donde el resultado ha reducido la prima política y ha impulsado a la bolsa de la mayor economía de Europa. En segundo lugar, el posible fin de la guerra de Ucrania beneficia de manera decisiva a muchas economías, entre ellas la de Alemania. En tercer lugar, en Europa, a diferencia de Estados Unidos, muy probablemente se va a continuar con las bajadas de tipos de interés.
En marzo se reúne el BCE y seguramente bajará otros 25 puntos básicos, lo cual, seguirá dando soporte a los mercados. En cuarto lugar, las bolsas en Europa habían subido mucho menos que en Estados Unidos, entre otras cosas por el bajo peso de la tecnología, y se cotizaba (y aún cotizan) a múltiplos más baratos. Muchos inversores han decidido reasignar posiciones de Estados Unidos a Europa.
Los mercados de renta fija, tanto de gobiernos como de empresas, en febrero han tenido un buen resultado (hemos asistido a subidas de precios y caídas de rentabilidades). El bono americano a 10 años, acaba el mes de febrero con una rentabilidad del +4,21%, alejado del +4,8% que alcanzó a mitad de enero, y que pone en cuestión las valoraciones de las acciones.
Creo que el mercado está en una fase de reajuste, donde un parón en las fuertes subidas bursátiles de 2023 y 2024 es sano. Los próximos meses asistiremos, muy probablemente, a un intenso ruido geopolítico, que puede generar inestabilidad e incertidumbre en los mercados, pero que por otro lado puede dar oportunidades de compra, en un entorno que, recordemos, es positivo en términos económicos (sobre todo en Estados Unidos, con un sólido crecimiento) y en cuanto a los beneficios empresariales. Por ejemplo, en el cuarto trimestre de 2024, casi el 75% de las empresas del S&P 500 han batido expectativas de resultados, con un crecimiento de beneficios superior al +13%.
La renta variable, probablemente tenga rendimientos positivos en 2025, pero la subida no será lineal y la rentabilidad final, casi con toda seguridad, será menor que en los dos últimos ejercicios.
*** Rafael Hurtado Coll es director de inversiones y de estrategia de Allianz Soluciones de Inversión AV.