“Liberty or death, what we so proudly hail, once you provoke her, rattling of her tail. Never begins it, never, but once engaged never surrenders, showing the fangs of rage” James Hetfield.
Los defensores de la libertad nunca empiezan un conflicto, pero cuando empieza no se rinden y muestran los colmillos de la ira. El que ha estado incesantemente intentando crear una crisis diplomática con Argentina, ha sido Sánchez, y lo ha hecho por su interés personal de dividir y enfrentar.
La izquierda ha impuesto como norma no escrita que ellos pueden insultar, calumniar y cancelar a placer e impunemente y el resto debe callarse, y a eso lo llaman respeto y democracia. No es sorpresa, por lo tanto, que no se cree una crisis diplomática o un escándalo mediático cuando Ortega llama ladrón al rey o Maduro le llama asesino. La izquierda y su inexistente superioridad moral deciden lo que es convivencia y lo que es escándalo según le convenga al gobernante.
Sánchez ha creado una falsa crisis diplomática a pesar de que el propio presidente lleva meses insultando a Milei, y a él se han unido la vicepresidenta, la ministra de Ciencia y el ministro de Transportes. No, esto no viene de un acto en Madrid. Esto viene de muy lejos y es una estrategia calculada y ejecutada desde hace meses por Sánchez .
¿En qué consiste esa estrategia de acoso político permanente? En insultar y agredir con total impunidad ante el silencio y aquiescencia de la sociedad; y cuando el agredido contraataca, echarle la culpa para presentarse como víctima. Justo lo que ha hecho el Gobierno.
Yo he vivido la vergonzosa actitud de Sánchez y su vicepresidenta del gobierno en Argentina con Milei desde hace meses.
Sánchez y sus ministros han ejercido la violencia política contra Milei, además de inmiscuirse en las elecciones argentinas, y no ha empezado hace una semana, llevan meses.
La injerencia del gobierno de España en las elecciones argentinas fue vergonzosa. No solo apoyaron sin tapujos al candidato del kirchnerismo, uno de los regímenes más corruptos de América y responsable del desastre económico y social que vive hoy Argentina, algo que ya podría haber supuesto una crisis diplomática, sino que lo hicieron por comparación negativa. Insultando y calumniando a Milei.
En plena campaña, el presidente del Gobierno tomó partido por el candidato kirchnerista diciendo que” frente a la política del histrionismo, Massa representa la tolerancia y el diálogo” y “oportunidades para todos y todas”.
Hay que tener caradura. Esto en sí mismo ya era inaceptable cuando el gobierno de Fernández dejaba un país con un 50% de pobres, el banco central quebrado y camino de la hiperinflación, pero era especialmente intolerable la intromisión de un jefe de gobierno en unas elecciones democráticas. Sánchez, que parece considerarse intocable, utilizó el insulto a Milei en esa intromisión en el proceso electoral.
Curiosamente, Sánchez descubrió la pobreza y la inflación en Argentina una vez pasó la derrota estrepitosa del candidato que él apoyó explícitamente. “Lo único que ha traído es precariedad y ruptura de la convivencia” afirmó sin pestañear tras dos meses de gobierno de Milei que heredó el mayor agujero fiscal, cambiario y monetario de la historia de la OCDE, herencia del peronismo kirchnerista que él y Díaz apoyaron con entusiasmo.
La intromisión del presidente y la vicepresidenta de España en las elecciones argentinas es ya un episodio inaudito que inauguró una estrategia de ataque e insulto constante a Milei.
Desde la contundente victoria de Milei con doce puntos de diferencia con respecto a Massa, el gobierno se ha caracterizado por atacar una y otra vez al presidente de Argentina tildándole de “hiena”, “política del odio”, “peligro para la democracia”, “mala persona”, “histriónico”, “el candidato del miedo”, “fascista”, “nazi”, que se dedica a “comprar y vender órganos”, “negacionista de la violencia contra las mujeres y la ciencia”, “fascista”, “delirante reaccionario”, “antidemocrático”, “líder de la internacional ultraderechista”. También le han acusado de “ingerir sustancias”. Todos estos insultos son muy anteriores al discurso de Milei. Acoso político en toda regla.
A Milei le llaman fascista todos los días. Curioso. Fascismo es un régimen totalitario y autocrático en el que se reprimen las libertades y se pone al estado por encima de todo. Es decir, un político que es libertario, no tiene nada de fascista y, sin embargo, las maneras y actuaciones del gobierno de coalición se parecen bastante a la definición de fascismo.
El presidente argentino contraatacó con un comentario irónico sin mencionar a ninguna persona. Ni por nombre, ni por cargo ni por país. Como he explicado en muchas ocasiones, si han visto ustedes el vídeo, se enmarca en una crítica general al socialismo. Podría haberse referido a los Kirchner o a los Ceausescu.
[La ola ultra que ¿nos invade?]
A lo mejor si se dan por aludidos en Moncloa es por algo. Es más, yo he visto críticas muchísimo más agresivas al marido e hijo de Thatcher, a la esposa de Blair, a la mujer de Clinton y al marido de Merkel sin que se haya creado una pataleta como la que estamos viviendo.
Todo esto también nos recuerda que en cualquier país serio del mundo nadie cuestiona la posible corrupción. Es lo que estamos viendo cada día en los titulares sobre los casos que se le amontonan al gobierno de Sánchez.
Recordemos que Milei no mencionó a nadie en el comentario irónico que hizo en su discurso. No olvidemos que los insultos y calumnias contra él usando su nombre y apellido son generalizados en el gobierno de España. Recordemos también que si el presidente y su esposa se sienten agraviados tienen a su disposición procedimientos civiles por calumnia o injuria tipificados en los artículos 205 a 216 del código penal.
Pero no olvidemos en ningún caso que la esposa del presidente no es una institución del Estado merecedora de una crisis diplomática. Si, como dijo Patxi López en el Congreso, Begoña Gómez “sí es una institución del Estado”, entonces el presidente debe responder por qué puede firmar cartas de recomendación a empresas que reciben millones en contratos.
La esposa del presidente no forma parte de “las instituciones españolas” y el presidente y su mujer no son el Estado.
Acoso político
Usted dirá que no es aceptable un comentario como ese de un presidente del Gobierno de una nación amiga. OK. ¿Y Sánchez qué es? ¿Qué era Sánchez cuando insultaba a Milei? Presidente del Gobierno.
Usted dirá que si Milei se lanza a insultar se pone al nivel de los que le insultan. Mientras usted piensa eso, sin querer, ya ha generalizado y aceptado en su interior que la ultraizquierda es “progresismo”, que el veto y la cancelación es “respeto” y que el autoritarismo personalista es “democracia”.
Eso es exactamente lo que hace la estrategia del acoso político. Usted cállese y mire hacia abajo que nosotros seguimos insultando e imponiendo la autocancelación.
Por eso molestan personas como Milei y Ayuso. Porque no se callan ante los ataques.
Sánchez no solo hizo campaña por el peronismo corrupto y depredador, sino que Yolanda Díaz afirmó tras la contundente victoria de Milei que era un “día triste para el bloque democrático”. A día de hoy no le han felicitado por su victoria.
No solo eso, sabotearon la posibilidad de que el presidente de Argentina visitara al Rey y, por supuesto, el presidente del Gobierno de España no le recibió en su primera visita a Madrid. ¡Y le echan la culpa a Milei por eso!
Recordemos, además, que este mismo gobierno de España ha mirado a otro lado una y otra vez y no ha creado una crisis diplomática cuando López-Obrador o los dictadores Maduro y Ortega han insultado al Rey de España, que sí es una institución del Estado.
“Avala el genocidio y asesinato de millones de hombres y mujeres”, dijo el dictador venezolano y el Gobierno no hizo nada. “Vagos, ladrones y asesinos” llamó Ortega a los Reyes.
¿El Rey no es una institución del Estado que requiera una crisis diplomática antes un insulto grave pero la esposa del presidente del Gobierno sí lo es?
Es perfectamente coherente con la estrategia de que la izquierda puede insultar y calumniar impunemente y usted se tiene que callar. La estrategia del matón.
“Todo socialista es un dictador disfrazado” decía Mises con toda razón. Y Sánchez lo ha demostrado. Rothbard explicaba que el socialismo es la “abolición violenta del mercado” y eso es lo que están haciendo, usando además la destrucción de carácter y la violencia política para presentarse después como víctimas.
Yo he sufrido esa estrategia de abuso político. “Peligro para la democracia”, “fascista” etc… y una vez que respondí, me cerraron el micro “por la convivencia”. Que no. Que no van a dar lecciones los mismos que además de la cancelación y el veto usan la estrategia de destrucción de carácter, calumniar e intentar desprestigiar profesionalmente mientras esa patulea habla de “respeto” y “política limpia”.
Recuerdo la sonrisa del ministro del caso Berni y Koldo cuando le recriminé el uso de mentiras y calumnias en el debate político. “Tienes la piel muy fina”, me dijo entre risas. El hoy presidente de un conglomerado estatal ruinoso me dijo “hay que ver cómo te pones”, y repitió después en dos medios nacionales que yo era un peligro para la democracia. Pero ellos son el respeto y yo el radical. Líderes del abuso político.
Ser liberal no es poner la otra mejilla y mirar a otro lado ante los ataques de la ultraizquierda. Ésta sí que es el verdadero problema de España. Porque gobierna. Ser liberal es defender sin complejos la libertad y denunciar el socialismo como la ideología de la envidia y la mentira.
Ser liberal es ir a un evento y eclipsar a Meloni Y LePen recordándole a los miles de asistentes que el socialismo es miseria y el capitalismo es progreso. Milei no es un liberal domesticado, ese “tibio socialdemócrata”, como me llamaba con cariño Huerta de Soto. Ese acomplejado que tiene que comprar la ideología más dañina de la historia.
Porque eso es lo que se pretende llamar liberal en una Europa abocada al fracaso. El presidente argentino es un libertario. Como era Rothbard, que decía todas estas cosas mucho antes en EEUU y sin que se rasgasen las vestiduras. Como Mises. Libertario.
Javier Milei vino a un evento de Vox y consiguió tres cosas importantes: descomponer el mensaje de la izquierda extractiva y confiscatoria desde la batalla de las ideas; responder con una frase irónica a los que le han escupido verbalmente mes tras mes y, lo que nadie quiere reconocerle, defender la libertad y el capitalismo.
Esto último lo hizo delante de unos partidos que están en las antípodas del liberalismo pero que, al contrario que el socialismo y la ultraizquierda, no tapan sus oídos. Escuchan y luego aceptan. Por el peso de la razón, por las ideas de la libertad.
Y esto es importante. La amenaza a la democracia liberal está hoy en eso que algunos llaman “progresismo”, que ha sido fagocitado por el marxismo liberticida.
Milei sabe que nos quieren imponer la aleatoriedad política bajo esa aberración que llaman “justicia social” y el autoritarismo, donde la democracia es solo el pensamiento único, la libertad de expresión es la pleitesía al gobernante y la justicia es lo que le convenga al ejecutivo.
En un mundo ideal, Milei no hubiera dicho esas palabras, pero en una democracia liberal seria no se blanquea a la ultraizquierda más abyecta que defiende todas las dictaduras comunistas. Tampoco se les permite interferir en unas elecciones descaradamente, e insultar y calumniar impunemente esperando que nadie responda.
No. El problema de España no es Milei. El problema de España es que añoramos una España que ya no existe. Donde el PSOE era un partido de estado moderado, en vez de una sucursal del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, organizaciones defensoras de todo autoritarismo corrupto y ataque a los derechos humanos siempre que vengan con la etiqueta de “izquierda”.
Tenemos en el gobierno a activistas que defienden y blanquean a todas las dictaduras comunistas y teocracias asesinas llamándolo “diálogo” y te ponen la bota en la cara mientras dicen que eso es “política del amor”. Lecciones de respeto y democracia, ninguna.
Hayek explicaba que la libertad de elección debe ser practicada en el mercado en vez de en las urnas, porque la libre elección no existe bajo una democracia en la que no hay límites y contrapesos al gobierno que votas.
Sánchez usa el abuso político para dinamitar los contrapesos y presentarse como víctima. Lo hace con la prensa, con los jueces y con las instituciones independientes. ¿Por qué lo hace ahora contra un libertario? Porque los libertarios no se callan. Responden y defienden la libertad sin complejos.
Ahora la tensión continúa. La ministra de Igualdad dijo el jueves que "Milei es una hiena que atenta contra nuestra democracia" y Milei respondió que Sánchez es "un mentiroso e incompetente". Recordemos que Sánchez acusó a Milei de incompetencia y crear precariedad hace dos meses.
Otra vez los ministros atacan y eso no enfada ni se difunde. Es lo de siempre. Ellos insultan y no pasa nada. Y lo llaman respeto
El problema de España no es Milei. Es la evidencia de tener en el poder y haber blanqueado a la ultraizquierda. Hasta que no nos demos cuenta de eso, seguiremos mirando a otro lado mientras acaban con nuestra libertad.