Tras las tecnológicas, llega el Bitcoin. ¿Es creíble?
La criptomoneda más famosa del mundo acaba de registrar nuevos máximos históricos, lo que ha vuelto a despertar el interés de muchos inversores. Hay tres factores que han impulsado esta vertiginosa subida: la aprobación de los ETFs basados en esta moneda; el halving, que supone una menor recompensa a los mineros por cada bloque nuevo; y la recuperación del apetito por el riesgo por parte de los inversores. Los mercados se preparan para el inicio de los recortes en los tipos de interés, tras un periodo dominado por la alta inflación y el endurecimiento de las condiciones crediticias.
Las principales bolsas mundiales se encuentran en máximos históricos impulsadas por la irrupción de la Inteligencia Artificial. Las empresas de mega capitalización, rebautizadas ahora con el nombre de los “7 Magníficos”, han sido los mayores beneficiados. El sector tecnológico fue el más penalizado por las subidas en los tipos de interés, ya que este tipo de compañías necesitan un mayor acceso al capital en sus fases iniciales de crecimiento, algo que ha podido beneficiar en parte a las grandes compañías, ya que han visto reducida su competencia.
Hay pocas empresas en el mundo que se puedan permitir invertir miles de millones sin un retorno esperado en el corto plazo. Por eso este grupo exclusivo de empresas compuesto por Microsoft, Apple, Nvidia, Meta Platforms, Alphabet y Amazon no ha parado de crecer.
Estas compañías son líderes indiscutibles en sus respectivos negocios y tienen un alcance global, lo que les ha permitido mantener unos sólidos beneficios. También se caracterizan por su flexibilidad, no dudaron a la hora de realizar despidos para ajustar los costes y están buscando continuamente nuevas fórmulas para crecer.
Es precisamente esa capacidad para innovar constantemente lo que premian los inversores. Es imposible crecer sistemáticamente si no eres capaz de crear nuevos mercados. Este optimismo ha llevado a la mayor parte de estas empresas a máximos históricos, las valoraciones se han disparado y ya se vuelve a hablar de burbuja.
El sector tecnológico fue el más penalizado por las subidas en los tipos de interés
Aunque supone un continuo desafío para estas compañías el hecho de tener que justificar constantemente el precio de su acción, no solo está basada en expectativas, también hay números que lo justifican. Solo en el último trimestre del año pasado estas compañías obtuvieron unos beneficios de un cuarto de billón.
A partir de ahora es probable que entren en un proceso de consolidación a la espera de que se confirme el optimismo despertado durante los últimos meses. Los inversores son conscientes de que el recorrido al alza puede ser cada vez más limitado y ahí es donde ha entrado en escena el Bitcoin. Para obtener una mayor rentabilidad hay que asumir un mayor riesgo, por lo que, ante el menor potencial de los mercados de renta variable, las criptomonedas han vuelto a emerger.
La decisión de la Comisión de Bolsa y Valores norteamericana de aprobar la comercialización de ETFs basado en Bitcoin ha levantado una gran expectación. No se recuerda en la industria financiera un activo de nueva creación con tanta demanda. Aquí se unen dos factores, la posibilidad de invertir en un activo a través con el respaldo de las principales gestoras del mundo y la recuperación del apetito por el riesgo de unos inversores que han vuelto a perder el miedo.
Porque si algo ha quedado de manifiesto durante los últimos años es que el Bitcoin es un activo de riesgo, ya que no protege de nada a los inversores. En un primer momento se decía que era un activo refugio, que protegía de la inflación y de la incertidumbre porque estaba descentralizado y tenía unidades limitadas.
Pero en un periodo marcado por diversos focos de tensión y con la inflación más alta de los últimos cuarenta años, el Bitcoin cayó más de un 70%. Ahora vuelve a resurgir cuando la inflación se está estabilizando, la economía parece que podría evitar una profunda recesión y los bancos centrales se disponen a recortar los tipos de interés.
Desde su creación se afirma que las criptomonedas son el futuro, pero ya han pasado más de quince años y no parecen tener un uso más allá de la pura especulación. Sin embargo, de la Inteligencia Artificial solo hemos visto el principio y ya hacemos un uso cotidiano a través de casi cualquier aplicación que tengamos instalada en nuestro teléfono.
Es probable que, con la caída de los tipos, los fondos de capital riesgo vuelvan a apostar por nuevos proyectos criptográficos y que los reguladores continúen aprobando ETFs basados en otras monedas digitales. Todo esto podría hacer repuntar al Bitcoin todavía más, pero ¿son sostenibles estas subidas?
En los próximos meses se espera que los tipos bajen, que la economía mejore y que los beneficios empresariales sigan creciendo. Ante este entorno el Bitcoin seguirá ganando adeptos y puede que volvamos a escuchar el “esta vez es diferente”, pero qué ocurrirá cuando vuelvan las dudas, ¿qué será lo primero que vendan los inversores? Las grandes tecnológicas pueden estar sobrevaloradas, pero tienen unos beneficios sólidos y apuestan por la innovación constantemente. Para que el Bitcoin pueda convertirse en una alternativa al dinero fiduciario debe mantener cierta estabilidad y usabilidad, de lo contrario seguirá siendo una inversión especulativa y podrá volver a desplomarse en la siguiente crisis.
*** Joaquín Robles es analista de XTB.