Una vez más, empezamos el nuevo año con mal pie: aparte de una serie de terremotos en Japón y Estados Unidos, los mercados fueron incapaces de mantener el rally.
¿Significa esto que 2024 será aún más loco que su predecesor? Es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero por el momento las cosas no parecen demasiado optimistas.
Para empezar, este año se esperan elecciones presidenciales y parlamentarias en más de 60 países, cuyos resultados podrían provocar un aumento de la tensión geopolítica.
Pero incluso sin urnas, no habrá calma, como demuestran los acontecimientos de los primeros días, incluida la creciente tensión en el mar Rojo.
En concreto, existe el riesgo de que los intensos combates entre los hutíes respaldados por Irán y un buque militar estadounidense desencadenen algo aún peor.
Este año se esperan elecciones presidenciales y parlamentarias en más de 60 países
Por ejemplo, la implicación directa de Irán en el conflicto, que, además de aumentar la inestabilidad en la región, podría provocar nuevos trastornos logísticos.
Ya hemos visto las consecuencias en la pandemia: una subida generalizada de los precios, un deterioro del bienestar y la necesidad de que los bancos centrales tomen medidas.
Es poco probable que, aunque la inflación vuelva a subir, la Fed o el BCE incrementen de nuevo los tipos de interés, pero podrían aplazar el cambio de política monetaria.
En parte debido a estos temores, las acciones y los bonos tuvieron su peor comienzo de año en décadas, mientras que el precio del oro siguió al alza.
Es cierto que el primer día no dice mucho sobre lo que harán los mercados el resto de 2024, pero tampoco ofrece mucho optimismo sobre la continuación de la tendencia alcista.
Ya hemos visto las consecuencias en la pandemia: una subida generalizada de los precios
Sin embargo, para que el sentimiento del mercado cambie, el calendario económico tendría que confirmar una de estas dos cosas: o la economía se ralentiza o la inflación aumenta.
En este sentido, los operadores estarán atentos a las cifras de empleo, así como al IPC estadounidense. Si se confirma lo peor, los osos podrían recuperar algo de terreno.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.