En 2024 la economía española necesita: crear puestos de trabajo; aumentar la renta de las clases medias y populares; y reducir del nivel de pobreza.
Son sus objetivos primarios, para lo cual debe perseguir otros macroeconómicos: a) crecimiento del PIB por encima del 2%, para crear puestos de trabajo; b) incrementar la productividad para que crezcan los salarios sin reducir la rentabilidad de las empresas, ni crear inflación; c) contener del déficit y el porcentaje la deuda pública sobre el PIB.
La economía española necesita conseguir los objetivos primarios, que son los que interesan de verdad al ciudadano. Pero también los macroeconómicos, necesarios para ello.
La competencia es mundial. No compiten sólo los Estados o sólo las empresas privadas. Lo hace el concierto de los tres sectores de la economía de cada nación: público, privado y sin ánimo de lucro.
Un ejemplo es el turismo. España compite con sus recursos naturales (sol y playa, …), culturales (historia, monumentos, museos, gastronomía, …) e instalaciones (infraestructuras públicas, hoteles, restaurantes, …). En los tres influyen las administraciones públicas, los gobiernos, las empresas e instituciones sin ánimo de lucro (por ejemplo, la iglesia católica con su patrimonio cultural).
Lo hace el concierto de los tres sectores de la economía de cada nación: público, privado y sin ánimo de lucro
El turismo representó entre el 11,6% y el 12,2% del PIB español en 2022, según las estadísticas. En 2023 esa participación debe haber aumentado y para 2024 es posible que siga siendo alta. 85 millones de turistas nos visitarán en 2023 un 8% más que en 2019 (el año previo a la pandemia).
A la vista de ello no se pueden olvidar de este sector ni los gobiernos, ni las administraciones, ni el sector privado (tanto las empresas que buscan beneficios cómo las instituciones sin ánimo de lucro). Menos aún sus trabajadores o sindicatos.
En 2023, hasta septiembre, el número de turistas creció en 13,6% respecto los nueve primeros meses de 2022; en ese mismo periodo el gasto creció un 24%. Una razón de este aumento de valor es la inflación. Pero no lo explica todo. Incluso considerando la inflación subyacente, que lo hizo en el 5,8% (frente al 3,5% de la general) o la de los alimentos que subió en el 10%. Es más, hacia final del año los precios de los paquetes turísticos se estaban moderando.
Es decir que se puede afirmar que, por lo menos hasta septiembre de 2023, Los turistas están comprando servicios de mayor valor añadido. Aumenta la productividad por cliente.
Eso permitió que en mayo de 2023 el convenio de agencias de viaje firmase una subida salarial del 8,5%, más porcentajes variables según se supere la cifra de negocios de 2019; y que, por ejemplo, el 22 de diciembre, hace unos días, el convenio de la hostelería de Madrid acordase una subida del 15% por tres años.
Los turistas están comprando servicios de mayor valor añadido
¿El turismo español está cumpliendo con los objetivos primarios de aumento de puestos de trabajo y las rentas de sus trabajadores y, con ello, la reducción de la pobreza?
Parece que sí. Al menos por los esfuerzos del sector privado, que está demostrando resiliencia y eficiencia. Ha aumentado su volumen trabajadores hasta 2,95 millones (un 6,5% más que en 2022) y también el porcentaje de contratos laborales indefinidos a pesar de su estacionalidad.
Pero hay amenazas como el exceso de regulación. El incremento de pisos turísticos es una de las causas del auge del sector. En la Comunidad Valenciana han crecido y su Administración tiene presiones para reducir su presencia. Así empezó Barcelona con Ada Colau persiguiendo lo que su gobierno municipal llamó “el turismo depredador”. En la ciudad Condal ha descendido el número de pisos turísticos.
También es peligroso el exceso recaudador fiscal con IBIs al alza o la subida de las cuotas de la seguridad social.
Pero, sobre todo, hay que lograr un equilibrio entre la preservación del medio ambiente y la riqueza cultural, con la explotación turística de ese patrimonio.
En España, el turismo en 2024 puede consolidarse y crecer. Entre otras cosas, porque es probable que se supere el estancamiento económico de la zona euro (nuestro principal cliente) y se acaben las guerras (al menos la de Gaza puede finalizar antes de marzo).
Para todo ello, España necesita un concierto de todos los actores del sector ¿Será posible?
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.