¿Último empujón a las bolsas? Y luego qué
Con el frenesí consumista del Black Friday trasladado a compras de acciones, lo acontecido en el corto plazo deja algunas reflexiones sobre lo que ocurra de aquí a final de año. Lo cierto es que, desde los mínimos de siete meses del 27 de octubre, el mercado ha rebotado con una fuerza inusitada.
En ese corto período, el Ibex acumula una revalorización de nada menos que el 11,5%, enlazando cuatro semanas al alza ininterrumpidas después de haber acumulado previamente seis a la baja. Parece que el inversor ha recuperado un nuevo brío por arte de magia que, como ya comentamos en semanas precedentes, se ha gestado de la nada.
Hasta fin de año, hay 24 sesiones para determinar un balance que hasta el momento es muy bueno, ya que ahora mismo la subida anual supera el 20%. Con el Ibex a las puertas de los mágicos 10.000 puntos, conviene recordar que no se logra un cierre anual por encima de esa fecha desde 2017.
No es único de nuestro mercado. El S&P 500 también está a poca distancia de nuevos máximos, pero las acciones han ido a ninguna parte durante casi dos años si tenemos en cuenta que el máximo histórico está fechado el 3 de enero de 2022. Eso equivale a 473 días sin un nuevo hito.
La cercanía de una cumbre hace olvidar la fragilidad propia del mercado de acciones. Es cierto que en décadas precedentes había rachas más largas en las que a la bolsa le costó alcanzar nuevos máximos. Según cálculos de Ben Carlson, la más extensa se dio entre 1973 y 1980, cuando al índice más relevante del mundo le costó nada menos que 1.897 días superar la cumbre. Más cercanos en el tiempo son los 1.375 días acontecidos entre 2007 y 2013. La diferencia de esas dos muestras con el momento actual radica en las turbulencias económicas que azotaron el mundo en cada período que provocaron sendas recesiones, que exigieron un gran sacrificio a la población y enormes pérdidas a los inversores.
El Ibex -sin dividendos- sigue un 38% por debajo de su récord alcanzado el 11 de agosto de 2007 y no hay análisis que sustente volver ahí en el corto-medio plazo
Hay una probabilidad muy alta -mi apuesta es que se logrará- de alcanzar máximos incluso antes de fin de año. Creo que el Ibex superará los 10.000 puntos por aclamación popular, entre otras cosas, porque hay ansias de poner ese titular y los bancos de inversión arden en deseos de dar a sus clientes un informe de resultados para su cartera de acciones lo más alto posible. Otra cosa diferente es que desde ahí se inicie otro contador para determinar cómo de largo será el siguiente período hasta superar esa cota. En ese sentido, las probabilidades de seguir subiendo aminoran notablemente.
El filósofo y escritor español Jorge Ruiz de Santayana dijo que aquellos que ignoran la historia están condenados a repetirla. A esos olvidadizos les recuerdo que, aun logrando poner esa marca en próximos días, el Ibex -sin dividendos- sigue un 38% por debajo de su récord alcanzado el 11 de agosto de 2007 y no hay análisis que sustente volver ahí en el corto-medio plazo.