La semana pasada salieron datos optimistas sobre el PIB en la eurozona. Tras un crecimiento económico nulo de enero a marzo, el indicador subió un 0,3% en el segundo trimestre.
Sin embargo, los mercados no se vieron impresionados por las novedades.
El índice Stoxx 600 continuó su descenso y terminó la semana con una caída del 2,14%. Además, el rendimiento de los bonos a diez años de la Unión Europea subió al 2,7%, su nivel más alto desde marzo.
¿A qué se debe este comportamiento contradictorio?
Los inversores parecen temer que el BCE siga la mentalidad de "si la economía se recupera, no hay necesidad de cambiar la política monetaria" y vuelva a subir los tipos.
El rendimiento de los bonos a diez años de la Unión Europea subió al 2,7%, su nivel más alto desde marzo
Efectivamente, con una inflación anual en la eurozona del 5,3% en julio de 2023, frente al 5,5% de junio de 2023, y el objetivo del regulador del 2%, hay margen para un mayor endurecimiento.
El problema es que esto provocaría una oleada de impagos tanto en el sector empresarial como en el público. En este sentido, los bancos ya están aumentando su colchón para imprevistos.
¿Qué hará finalmente el BCE?
Por un lado, la principal tarea del BCE es mantener la estabilidad de precios, lo que significa que debe seguir tomando decisiones impopulares. Por otro lado, nadie quiere volver a sumir la economía en la recesión.
Así que, si la tendencia desinflacionaria continúa o la recuperación económica muestra signos de estancamiento, el regulador podría seguir el ejemplo de EEUU y hacer una pausa en la próxima reunión.
La otra cuestión es que es poco probable que esto baste para reavivar el optimismo en el mercado, ya que los problemas inherentes a los tipos altos no van a ninguna parte.
¿Qué tenemos al final?
A pesar de los datos alentadores, los inversores temen que la crisis aún no haya terminado y que lo más interesante para la vieja Europa, y con ella para el EUR/USD, esté aún por llegar.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.