Tras la pandemia, tiene lógica que las personas se olviden del Covid y, en consecuencia, las ganas de salir a "premiarse" se hayan disparado. Esto ha provocado que los destinos turísticos estén solicitados y más buscadas las ofertas de alojamiento, gastronomía, playa naturaleza y diversiones…
Una muestra de este éxodo al negocio de la felicidad, el turismo, es el incremento de vuelos en los aeropuertos, disparándose los destinos, las ocupaciones de los aviones y trenes, y, cómo no, los precios.
Esta explosión tiene su lado bueno, con los incrementos de los ingresos turísticos, de las toneladas de felicidad de los clientes, pero también el malo, con un castigo por la falta de profesionales en el sector.
Le invito a reflexionar con estos ocho titulares como remedio para atraer a los buenos profesionales al sector turístico:
1) Desarrollar una formación coordinada y planificada entre las escuelas y los acuerdos con las empresas.
2) En las empresas, formar a los actuales jefes para querer y saber actuar como líderes próximos que influyen en positivo a sus equipos.
3) Formar a todos los profesionales añadiendo a su bien hacer la atención plena para conseguir enamorar a los clientes.
4) Reconstruir los departamentos en equipos coordinados, eficientes y amables.
5) Añadir al dominio del oficio de los profesionales la formación para actuar como anfitriones-proactivos-vendedores.
6) Conseguir que todos los profesionales, cuando salgan de su casa, tengan clarísimo el objetivo: convertir a los clientes en embajadores.
7) Recordar que de nada sirve que la inteligencia se adelante si el corazón se queda quieto.
8) Recordar que el talento es la inteligencia que elige bien sus metas y moviliza los conocimientos, las emociones positivas y la energía suficiente.
En consecuencia, trabaje su inteligencia emocional para querer y saber crear en su empresa una comunidad de valores positivos.