“Some people work for fun, girl I just work for you” George Michael.
En las próximas elecciones España se juega mucho, y lo más importante debe ser el empleo. Sumar, como buen disfraz de Podemos, se ha dedicado a proponer unicornios voladores como si su líder no fuese ministra de Trabajo y no llevase en el Gobierno varios años.
Derogar los aspectos más negativos de la reforma laboral de Yolanda Díaz es clave para que España cree empleo de verdad y no lo disfrace. España tiene todos los ingredientes para tener una tasa de paro del 3% y una afiliación realmente sólida, no trocear empleo.
La primera razón por la que hay que derogar varios elementos de la reforma laboral de Díaz es que, aunque lo repita el Gobierno, no fue consensuada con empresarios y sindicatos. Los empresarios tuvieron que aceptar un acuerdo de mal menor para intentar salvar los muebles ante la amenaza de una reforma sin contar con ellos.
La segunda razón es que la reforma laboral de 2012 no era la panacea de la liberalización del mercado laboral. Era un importante avance, pero no suficiente. España se sitúa como uno de los países con menor flexibilidad laboral. Según un estudio del Banco Mundial, nuestro país se encontraba en el puesto 154 de 178 en cuanto a facilidad para contratar y flexibilidad laboral, y en el puesto 26 en flexibilidad de empleo de la OCDE en 2019.
España se sitúa como uno de los países con menor flexibilidad laboral
La tercera razón es que la reforma laboral es un ejercicio cosmético de disfrazar paro, como expliqué en un artículo aquí en diciembre de 2021: “La no-reforma laboral que se ha acordado esta semana es un ejercicio cosmético, inútil y además contraproducente. Solo busca esconder parados fuera de las listas oficiales y maquillar la cifra de temporales cambiándoles el nombre”.
España cierra junio de 2023 con la mayor tasa de paro de toda la OCDE y la UE y los 20,8 millones de afiliados trabajan muchas menos horas que la cifra de horas trabajadas en 2019 mientras la duración media de los contratos se ha reducido de 60 a 42 días. El último día de junio se destruyeron 264,600 empleos según datos oficiales. Se han firmado 1.492.803 contratos en junio de los cuales 631. 810 son “indefinidos”… Sin embargo, el paro solo desciende en 50.268 personas (11.257 en términos desestacionalizados) y la afiliación en términos desestacionalizados desciende en más de 20.000. ¿Cuánto duran esos contratos “indefinidos”?
En los primeros seis meses de 2023 se han creado 448.065 empleos y para ello se han firmado 7.662.826 contratos. Se necesitan 17 contratos para consolidar un empleo. La reforma laboral de Díaz ha disfrazado la temporalidad y la precariedad, como explica José Luis Fernández.
Las horas trabajadas por todos los asalariados y ocupados (ajustado por estacionalidad y calendario, según INE) se situaban en el primer trimestre de 2008 en 9.117.942,3 (miles de horas), en el primer trimestre de 2019 eran 8.554.873,9 y en el primer trimestre de 2023 en 8.476.989,8. Esto no es un récord de empleo. Estos malos datos de España además están maquillados con un 55% de contratación pública en el periodo 2019-2022, que se paga con más deuda, y sitúa a España como el país, con Letonia, que más ha aumentado la contratación pública y no, no son ni de lejos sanitarios.
La tasa de paro empeora con respecto a la media de la UE. Al cierre de 2022, “la tasa de paro española no sólo no había reducido sino aumentado su diferencial negativo con la UE respecto a 2019, 6,3 puntos entonces frente a 7,4 en ese año, y también empeoró con relación a la Eurozona, 6,5 puntos de brecha entre el desempleo español frente al de la media de esa área en 2022 versus 6,4 por 100 en 2019. En otras palabras, no se ha avanzado nada en la convergencia real con Europa, es decir, para estrechar la brecha con ella en materia de desempleo”, explica el informe de Freemarket Corporate Intelligence.
Los 20,8 millones de afiliados trabajan muchas menos horas que la cifra de horas trabajadas en 2019
En tasa de paro, de desempleo fuera del paro oficial y subempleo (lo que se llama holgura laboral según Eurostat), España lidera la UE, y por mucho, con un 20,8%. Eurostat refleja 985.000 desempleados más de lo que muestra el dato oficial de paro, y mucho más subempleo.
Es importante derogar los aspectos cosméticos y de engaño estadístico de la reforma laboral de Díaz y revertir el aumento de costes de contratación. No solo no se ha reducido el coste de contratación, que es de los más altos de Europa, sino que ha aumentado más de un 11% en estos años. Un sueldo de 1.000 euros netos le cuesta al empresario casi 1.900 euros.
Es esencial revertir el aumento de trabas administrativas, en un país donde la contratación y los contenciosos laborales cuestan mucho dinero y tiempo y son más burocráticos que en la media de nuestro entorno.
Es, además, esencial derogar estos aspectos porque hacen daño especialmente a las pequeñas y medianas empresas. Es un acuerdo que no molesta a las grandes empresas, por eso lo aceptaron a regañadientes, pero que introdujo mayor rigidez para el 83% del tejido empresarial español, pymes y microempresas.
Todas estas trabas y costes han llevado a que en junio la cifra de empresas cotizando esté muy por debajo de los niveles pre-pandemia. Hay 63.000 menos.
La reforma laboral de Díaz ha disfrazado paro y temporalidad, aumentado los costes laborales, empeorado las trabas burocráticas y perjudicado en particular a las pymes y microempresas. Hay que derogar los aspectos más destructivos y profundizar en una verdadera apertura del mercado laboral que no permita a ningún gobierno hablar de récord de empleo con una tasa de empleo de (porcentaje de ocupados respecto de la población de 16 y más años) de solo el 50,78% cuando era del 60,1% en 2008 según el INE.