El azúcar podría destruir los planes de los bancos centrales
Con el déficit de huevos atrás, le toca el turno a la caña de azúcar: incluso tras la reciente corrección, el precio por tonelada de "muerte blanca" supera los 675 dólares frente a los 550 dólares de hace un año. Hablando de posibles consecuencias, no sólo se amargaron los golosos, sino también los reguladores.
En segundo lugar, es especialmente destacable el caso del Reino Unido. El hecho de que la inflación en el país se mantuvo en dos dígitos en marzo debido al aumento récord de los precios del pan, el chocolate y los productos de confitería apunta a que el BOE tendrá que seguir con la política monetaria restrictiva.
¿Quién tiene la culpa?
En lugar de a las catástrofes naturales y al dios egipcio del sol Ra, habría que dar las gracias a los países de la OPEP+ por otro regalo del destino. El aumento del precio del oro negro como consecuencia de las recientes acciones del cártel ha provocado un incremento de la demanda de fuentes de energía alternativas.
No de paneles solares ni molinos de viento, sino de biocombustibles y etanol. Por cierto, esto no sólo se aplica a Brasil e India, sino también a Estados Unidos. Según Reuters, Marathon Petroleum y Phillips 66, han convertido refinerías a diésel renovable para satisfacer el consumo.
No de paneles solares ni molinos de viento, sino de biocombustibles y etanol
Las bajas existencias en Brasil tampoco favorecen a los adictos al azúcar, al igual que las cuotas de exportación de azúcar en India, que están casi agotadas y no hay esperanzas realistas de aumentarlas. La alternativa es el azúcar ruso. Otra cuestión es si los países lo querrán.
Si las cosas están tan mal, ¿por qué entonces las acciones de Danone y Nestlé no cayeron en picado? La razón es bastante obvia – los inversores esperan que las empresas repercutan los costes adicionales en los consumidores. El hecho de que nos encontremos en un círculo vicioso aparentemente no importa a nadie.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.