Salud mental en el entorno laboral: éxito y bienestar
Uno de cada cinco trabajadores está dispuesto a cambiar de empresa, según un estudio de PwC titulado Global workforce hopes and fears y realizado en 44 países. La principal motivación es la búsqueda de una retribución 'justa'. Sin embargo, tras la expresión de esta prioridad, los empleados buscan 'sentido', un territorio emocional compuesto de propósito, reconocimiento y un buen clima laboral.
La expectativa incumplida de un salario acorde con las capacidades y el rendimiento que cada persona cree merecer indica en muchos casos una insatisfacción que va más allá de la compensación económica. De hecho, en la mayoría de las investigaciones realizadas en Estados Unidos y Canadá sobre lo que se ha denominado “la gran dimisión” (“the great resignation”), la causa más citada es “sentirse quemado”, el conocido burnout en inglés.
Podríamos decir que la generación de ese fuego interno se da habitualmente por un desequilibrio en la repartición de tareas y responsabilidades que sobrecargan al empleado con unas obligaciones no realistas para asegurar su productividad y calidad de vida profesional, así como por la falta de reconocimiento y escucha de los cargos superiores asentados en la exigencia y la falta de empatía hacia su equipo.
[La 'gran renuncia' llega a España]
Las nuevas generaciones no están dispuestas a trabajar por un salario indigno o a sentir el fuego de la insatisfacción o a prestar sus servicios en un espacio que esté vestido solo con los ropajes de la rentabilidad económica. Millennials y generación Z buscan trabajos que tengan una remuneración apropiada, les permitan sentirse "como en casa" (flexibilidad, oficinas abiertas, un clima laboral sano, equipos diversos...) y tengan un impacto positivo más allá de los bolsillos de los accionistas. Y aunque no sea fácil salir de las inercias, los trabajadores de generaciones anteriores también están aprendido a vivir y trabajar en vez de trabajar para vivir.
"Las nuevas generaciones no están dispuestas a trabajar por un salario indigno"
En suma, los trabajadores postpandemia desean equilibrio. Los líderes deben crear las condiciones para que tal equilibrio entre los objetivos de la empresa y las expectativas de la persona sea posible en un entorno colectivo y diverso. Si dejamos a un lado las políticas salariales, la principal responsabilidad del líder se centra en la salud física, mental y emocional de los equipos.
La salud mental es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "“el estado de bienestar en el que cada individuo es consciente de su propio potencial, puede hacer frente a las tensiones normales de la vida, puede trabajar de manera productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad".
Los trastornos de la mente van desde la muy común ansiedad hasta la depresión. Esta última es una enfermedad más frecuente de lo que pensamos, pues la OMS estima que afecta al 3,8 % de la población mundial. En España la depresión está detrás de muchos suicidios, que son la primera causa muerte en los jóvenes. Sin embargo, en el ámbito empresarial esta epidemia ha permanecido silenciada.
Es frecuente encontrarnos personas insatisfechas e infelices en sus puestos de trabajo, ya sea por temas salariales, falta de reconocimiento, propósito o escucha, o por exceso de carga laboral, entre otros. No es fácil identificar las causas que inducen el malestar de un trabajador porque ello requiere conversaciones profundas y con un método apropiado que pocas veces se producen. En la empresa prima la producción y la inmediatez; y con las prisas se pierde la percepción de los sentimientos.
El líder de un equipo no debe perder de vista los resultados, que son la expresión más reconocible de sus logros. Sin embargo, el éxito necesita una versión más integradora. Es necesario un cambio de mentalidad que nos permita superar el dilema "éxito o bienestar" y abrazar el nuevo paradigma de “éxito y bienestar”. En esta línea, el líder debe tomar conciencia de que, si no tiene bienestar, no podrá proporcionarlo a su equipo y la salud mental es imprescindible para lograr el bienestar.
Los líderes deben ser conscientes de la importancia de crear entornos de seguridad psicológica en los que las personas puedan mostrarse como son y maximizar su potencial. Deben hablar de la importancia de la salud mental abriendo un espacio para que el equipo pueda compartir sus reflexiones, reducir el estigma que aún pesa sobre estos trastornos, fomentar la compasión en el lugar de trabajo y promover la auto-reflexión y el auto-cuidado.
"Los líderes deben ser conscientes de la importancia de crear entornos de seguridad psicológica"
Se trata de desplegar al máximo la empatía, situando realmente a las personas en el primer lugar. Ello requiere ser amable y compasivo, mostrar interés sincero por los demás y ponerse en los zapatos del otro.
Confiar y cuidar de las personas del equipo no solamente es esencial para su bienestar emocional, sino también para la productividad de la organización. Si los líderes confían y cuidan de lo que es importante para las personas de su equipo, éstas cuidarán de lo que es importante para el líder. De hecho, ser considerado y preocuparse por las personas es la mejor manera de lidiar con el cambio o las crisis.
Los líderes han de trabajar la cultura a través del propósito y ayudar a los miembros del equipo a conectar su propósito personal con el de la organización de manera que encuentren el valor en lo que hacen. Han de enfocarse en las fortalezas de cada persona, descubrir sus singularidades y hallar la fórmula de ponerlas al servicio del equipo.
Como dice el autor Adam Grant, "un trabajo tóxico te agota. Un trabajo digno te sustenta. Un trabajo saludable te vigoriza". Los líderes pueden hacer mucho para que las personas de los equipos sientan que sus contribuciones diarias tienen sentido para ellos y que despliegan todo su potencial en la confianza de que el futuro será mejor. El líder actual crea bienestar en el presente para asegurar los resultados del futuro.
Sandra Velasco, directora de inmunología de Novartis.