La liturgia presupuestaria ha cumplido su función. Las negociaciones hasta el último minuto añaden teatralidad al proceso. Teatralidad que retumba en los medios de comunicación. Es lo que buscan socialistas y podemitas. Así esperan que su mensaje penetre en el votante.
Mensaje centrado en el aumento de los llamados gastos sociales. Tanto la vicepresidenta de economía, Nadia Calviño, como la de Trabajo, Yolanda Díaz, incidieron en ello durante su presentación. Del total de Gasto (486.000 millones de euros), el 58,8% lo calificaron de naturaleza social.
Además, se anuncian subidas en los salarios de los empleados públicos. Acuerdo aprobado por los sindicatos afines al Gobierno (UGT y CCOO) en contra del sindicato mayoritario en la Administración (CSIF). Un 1,5% seguro este año y hasta el 9% para el futuro si se cumplen determinadas condiciones de crecimiento del PIB e inflación (que no se cumplirán, por eso CSIF no firmó).
También incluyen una subida de las pensiones (8,5%). Algo que aumentará en casi 15.000 millones de euros su gasto.
[El Gobierno subirá un 8,5% las pensiones y mantendrá el tren gratis en 2023 en los Presupuestos]
Medidas que introducirán en la economía española una corriente de liquidez monetaria que empujará la inflación al crecer la demanda global por parte del Estado y los beneficiarios de sus subvenciones. Son Presupuestos expansivos.
También son incoherentes. La parte de los ingresos el crecimiento se prevé del 7,8% en los tributarios hasta un total de 262.000 millones de euros. Se basan en hacer un cálculo sobre la subida de la inflación. Como la deflación del IRPF ha sido prácticamente nula en la clase media, el Gobierno la piensa seguir exprimiendo.
Pero así como los gastos expresan la voluntad del Ejecutivo, en los ingresos, lo que se refleja es el deseo del Gobierno. ¿Se cumplirá? Tengo mis dudas.
Así como los gastos expresan la voluntad del Ejecutivo, en los ingresos lo que se refleja es el deseo del Gobierno. ¿Se cumplirá?
Si el cuadro macroeconómico indica que el crecimiento del PIB bajará al 2,1% en 2023 en términos reales, ¿cómo va a crecer la recaudación tributaria casi el triple aunque haya una inflación alta? Ni con la Reforma Fiscal anunciada es creíble. Porque el llamado Impuesto a las Fortunas es sólo sobre unas 17.000 personas y los especiales sobre las empresas Energéticas y Banca está aún por concretar entre la propuesta del Gobierno español y la de la Comisión Europea.
¿Cómo se financiará entonces el aumento del gasto? Aumentando la deuda pública, cuyo porcentaje del 118% del PIB es uno de los talones de Aquiles de la economía española.
Además, los tipos de interés están subiendo y aumenta el coste de esa deuda. La última subasta de letras del Tesoro se hizo con un tipo de interés del 0,76% en letras a seis meses, la anterior fue al 0,145. Un aumento de 62,5 puntos básicos ¡Sobre el 500% y subirá más!
De manera que es previsible que se disparen el déficit público, la inflación y la deuda pública.
¿Seguro? No. ¿Por qué? Porque una cosa es el Presupuesto y otra su ejecución.
Por ejemplo, en este año 2022 los datos del mes de agosto indicaban que en los gastos del Capítulo I (sueldos y salarios) se había ejecutado casi el 49%, lo normal porque los sueldos salen de la caja con regularidad. Sin embargo, en la partida de inversiones reales, que es lo que ceba la economía (infraestructuras, aumento de productividad, …), ese mismo mes la ejecución era del 10%.
Es decir, que la capacidad de esta Administración de ejecutar aquello que no es recurrente es muy pequeña. Gasta con regularidad en lo rutinario, pero cuando se trata de operaciones de transformación, es lenta. Lo mismo en el caso del Ingreso Mínimo Vital que en junio de este año no había cubierto ni el 40% de las familias previstas.
De manera que es un Presupuesto incoherente. Los ingresos y los gastos no se compadecen y pueden llevar a más déficit del previsto (¿3,5%?) o a un aumento de la deuda pública caro e insostenible. Incoherente y poco dudoso en los ingresos programados. También en inversiones necesarias para crear trabajo. De ahí que siga calculando un 12,2% de paro en diciembre de 2023, casi el mismo que a principio de año.
¿Por qué presentarlo? Porque es parte del programa electoral del PSOE y UP cara a un año electoral.