Las Baleares han desplegado su estrategia de Inversiones 2030, que recoge las iniciativas más importantes de cara al crecimiento de su economía, persiguiendo la diversificación y el cambio del modelo económico empresarial.  

Se trata de una estrategia totalmente alineada con los pilares clave del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia nacional, donde se fomentan y priorizan acciones relacionadas con la transformación digital, la transición energética, la cohesión social y territorial, y la igualdad de género. Aspectos transversales y casi imperativos para poder optar a ayudas procedentes de los fondos europeos Next Generation.

Pero, ¿cuál es la clave para el impulso de la industria balear? La sostenibilidad y la digitalización. Ambos términos son, sin duda, condicionantes para la presentación de ayudas dentro del marco Next Generation, además de pilares fundamentales en las iniciativas con potencial de financiación para ayudas públicas.

La digitalización debe de entenderse como un vehículo facilitador para alcanzar unos objetivos concretos mediante la operatividad, la eficiencia y la inteligencia funcional. Por lo tanto, la transición digital es necesaria, pero más necesario es tener claro el "para qué" y "por qué". A partir de aquí, las tecnologías pueden ayudarnos a conseguir diferentes resultados en función de nuestras necesidades.

Del mismo modo, la sostenibilidad no se entiende solo como la conservación del medio ambiente, si no que se percibe desde una perspectiva de la triple hélice, que engloba la parte socioeconómica, medioambiental y la gobernanza.

Poniendo en el centro la unión de todos estos criterios que persiguen un mismo objetivo: la búsqueda de un sistema más equilibrado, eficiente, circular, respetuoso con los ecosistemas, capacitado, resiliente, competitivo y diferenciador.

Como sabemos, las Islas Baleares son una región con un gran potencial, gracias a su situación geográfica, su climatología, su geología y su caracterización sociodemográfica.

Por ello, la principal actividad aportadora al PIB de las islas desde la década de los 70, el turismo, debe estar presente en el impacto del crecimiento de otros sectores industriales.

El turismo, debe estar presente en el impacto del crecimiento de otros sectores industriales

¿De qué manera? Siendo la actividad transversal que aporte valor e intensifique la calidad de los servicios potenciando la economía insular desde todos sus ámbitos: agricultura, industria del calzado, muebles, gastronomía, etc. Así pues, sectores también muy endógenos son de gran relevancia para alcanzar la transición hacia un modelo industrial de gran competitividad, sostenible y digital.

En este contexto, es importante destacar el hecho de que las prioridades de inversiones en Baleares se centran en actuaciones de gran impacto en el tejido industrial que mediante la cooperación de los actores público privados permitan transformar el modelo económico actual de las islas.

Concretamente, las regiones insulares disponen de presupuestos específicos para invertir en acciones que permitan mejorar sus condiciones, además de poseer las partidas asignadas bajo las conferencias sectoriales en ámbitos de transición energética, movilidad, etc.

Además, Baleares cuenta con más de 100 millones durante el período 2021-2023 para todo aquello que esté propiamente relacionado con la diversificación del modelo productivo, la desestacionalización, la inversión en infraestructuras obsoletas o la mejora del empleo cualificado, entre otros.

Es obvio que podemos considerar que Baleares es la cumbre del turismo, pero, ¿hablamos del mismo turismo que en la década de los 70? Se trata de la primera región turística insular pionera en grandes acciones en pro de la transición del modelo turístico posibilitando así una nueva forma de crear turismo.

Un hecho que, además de innovador, les ayudará, sin duda, a alcanzar su objetivo en cuanto a posicionarse como el destino número uno en sostenibilidad a nivel europeo.

*** Rocío Luque, Tourism Sectorial Leader en FI Group.