Tras el repunte de la primera parte del mes de mayo, la segunda mitad de ese mes pareció encarrilar la situación. Muchos ya hablaban del mes de junio como el de la caída definitiva en el número de casos. Un vaticinio repetido una y otra vez desde enero, en el que se anunció que la cifra de contagios "caería a plomo" una vez se hiciera dominante la "debilitada" variante Omicron. Sí, esta vez se cumpliría, al menos en el hemisferio norte, coincidiendo con la llegada del verano, el calor y una mayor actividad al aire libre. Entrábamos, por fin, en la repetidamente anunciada "nueva normalidad".
Pero lo cierto es que el mes de junio se ha convertido en un nuevo patinazo. Por primera vez desde enero, se ha quebrado el descenso en el número de nuevos casos en el mundo. Y lo ha hecho, fundamentalmente, en el hemisferio norte. Los que anuncian esos vaticinios tan optimistas y dan por liquidada la pandemia y el paso a una situación "endémica" como la que ocurre con otras enfermedades virales, no explican nunca a posteriori los motivos que les han llevado a cometer ese error de predicción. Y así es muy difícil avanzar en el conocimiento de una pandemia que, dos años y medio después, sigue dando sorpresas.
En el Gráfico 1 se recoge, para el total del mundo, el repunte de casos a lo largo de junio, que se ha ido acelerando a medida que avanzaba el mes. En promedio ha habido 660.000 nuevos casos diarios en dicho mes, empezando con 550.000 casos diarios en la primera quincena y terminando en 750.000 a final de mes.
Es muy difícil dar por zanjada una pandemia que provoca 750.000 nuevos casos cada día. En los dos años y medio de duración se han producido 554 millones de infecciones. Es decir, unas 600.000 al día. Por tanto, seguimos teniendo un ritmo de contagios superior al promedio de la historia de la pandemia.
En lo que se refiere al número de muertes, tal y como se ilustra en el Gráfico 2, no se ha detectado ese cambio de tendencia registrada en el número de casos. Pero el ritmo de mejora, medido por los fallecimientos diarios, se ha frenado significativamente en junio comparado con el ritmo de caída de meses anteriores. Si empezamos el mes con 1.400 fallecimientos diarios, lo hemos cerrado con esos mismos 1.400, en media móvil de 7 días. Una cifra que sigue siendo muy elevada como para "convivir con ella".
En cuanto a la "tasa de letalidad", es decir, el porcentaje de personas infectadas que termina falleciendo, ha mejorado algo, hasta el 0,22%, por debajo de las cifras del 0,27% alcanzadas en los meses anteriores. Probablemente, porque el nivel de testeo ha mejorado algo en algunos países. También puede influir que el número de fallecimientos se mueve con dos o tres semanas de retraso con respecto al aumento del número de casos.
En el gráfico 3 se presenta el porcentaje de población vacunada con la pauta completa (según el protocolo inicial, sin incluir las vacunas de refuerzo).
El porcentaje de vacunados con pauta completa en el total mundial apenas ha subido un punto, hasta el 61%, desde el 60% de mayo. Un punto es el mismo ritmo de avance que en el mes de mayo y abril, la mitad del aumento de marzo, y la cuarta parte del de febrero. Con este ritmo tardaremos aún 9 meses, marzo de 2023, en llegar al ansiado objetivo del 70% de la población mundial vacunada con la pauta completa.
De nuevo, con esta tripleta de datos: nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, seguimos sin poder afirmar que la "pandemia ha terminado", tal y como señala el discurso oficial y el de buena parte de los medios.
La incidencia mundial en junio
Como ya es habitual en estos informes mensuales, presento, para un panel de países seleccionados y que se repiten cada mes, la evolución de los nuevos casos registrados en junio y los comparo con los meses anteriores. Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que prácticamente se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 1. Los colores tienen en cuenta que el número de días de junio (30) es un 3,3% inferior al de mayo, a efectos comparativos.
Como decíamos en la introducción, el número de nuevos casos en el mundo ha aumentado por primera vez en cinco meses. Ello hace que el color rojo vuelva a ser dominante en la tabla, algo que no ocurría desde la explosión de Ómicron en enero. El incremento ha sido especialmente significativo en Europa (excluyendo Rusia y Turquía) con aumentos cercanos al 50% en el conjunto de la región.
Algunos países han duplicado prácticamente sus casos, como ha sido el caso de Francia, Reino Unido, Grecia y Noruega. Y otros, como Portugal, que no oculta sus datos como hace su vecino ibérico, los ha multiplicado por cinco. Por el contrario, los países del Este de Europa parece que han frenado sus ritmos de contagio en junio. Destaca Polonia, que apenas ha tenido 7.400 contagios en todo el mes (menos de 250 casos al día). También han mejorado significativamente Finlandia y Rusia.
Al otro lado del Atlántico, nuevo deterioro de EEUU. En este caso no podemos hablar de "cambio de tendencia", como en Europa, pues llevan empeorando su ritmo de contagio de forma sistemática desde marzo. También ha sido llamativo el empeoramiento de buena parte de América Latina.
Colombia, que prácticamente había erradicado el virus en abril y mayo (7.000 y 11.000 casos en cada mes, respectivamente), ha multiplicado por más de seis el número de casos en junio. México incluso lo ha hecho peor, al multiplicarlos por más de siete. Chile los ha duplicado y Brasil los ha multiplicado por 2,4. La excepción ha sido Argentina, que ha mejorado con respecto a la explosión de casos que tuvo en mayo. Aun así, sigue con un número de contagios muy elevado, parecido al que tenía en marzo.
En Asia ha habido de todo. India ha vuelto a las andadas, al multiplicar casi por cuatro el número de casos de mayo. También ha empeorado Turquía, con un aumento del 30%, una vez ajustamos por calendario. Por el contrario, en el extremo oriente las cosas han mejorado mucho. Japón ha recortado a la mitad el número de casos y enlaza 4 meses de descensos consecutivos. Corea los ha dividido en tres y parece haber superado la explosión tras la liberación de las medidas de control.
También ha mejorado significativamente Vietnam, con descensos muy llamativos (-62%) y enlaza tres meses de caídas muy bruscas en el número de casos, tras la locura de los más de 6 millones de contagios en marzo. En junio apenas se han registrado 27.000 casos en una población de más de 100 millones.
También ha sido exitoso el control de la pandemia en China, tras los rebrotes de marzo y abril. En mayo ya había bajado a 8.000 casos, pero en junio ha superado con creces esa cifra, con apenas 1.500 nuevos casos (50 casos diarios), el mejor registro desde octubre de 2021. Más adelante profundizaré en el caso de China.
La incidencia en Europa: patinazo en España
En Europa, como decíamos antes, ha habido un notable empeoramiento en el ritmo de contagio. En el Gráfico 4, como es habitual, presento la evolución del número de nuevos casos mensuales acumulados de los cinco grandes países europeos en junio. Alemania continuó liderando el número de contagios, con casi dos millones adicionales, lo que supone un 20% de aumento con respecto a mayo. Cerca le sigue Francia con más de 1,5 millones de nuevos casos y un incremento del 79% con respecto al mes anterior.
Italia empeoró un 15%, al superar 1,1 millones de casos. Y el ritmo del Reino Unido empeoró en un 71%, aunque apenas superó los 400.000, con una calidad de los datos bastante dudosa. La tendencia creciente de los cuatro grandes países europeos no se frenó al final del mes. Todo lo contrario. En la última semana se aceleran los casos, con aumentos semanales del 60% en Francia, del 51% en Italia y Alemania y del 24% en el Reino Unido.
En España se registraron, según las fuentes oficiales, 430.000 casos. Ello supone un 4% menos de casos que en mayo. Sin embargo, corrigiendo por calendario (mayo tiene un día más que junio), el número de casos es prácticamente idéntico (444.000).
Sin embargo, la calidad de los datos españoles es cuestionada por todos los analistas. No se reportan las incidencias del conjunto de la población, el nivel de testeo es muy bajo y no se toman en cuenta los positivos del test de autodiagnóstico, que se compran en las farmacias, excepto para la población cuya edad exceda los 60 años.
Si tomamos el caso de Portugal, que suele tener un nivel de incidencia parecido al de España, estaríamos hablando de multiplicar por 5 el número de casos reales. Si eso fuera cierto ello supondría más de dos millones de casos en España en junio, una cifra semejante a la de Alemania.
En cuanto al perfil temporal, tras un inicio de mes semejante al de finales de mayo, ha habido un repunte sistemático a lo largo del mes de junio. Y, en la última semana, el número de casos oficiales ha aumentado un 15% con respecto a la semana anterior. Lo más llamativo de España ha sido el cambio de discurso, tanto el oficial como el de las terminales mediáticas de las autoridades sanitarias, que durante el mes de mayo negaban la existencia de una séptima ola. Pero que a finales de junio ya hablan de que estamos "cerca del pico" y pronto empezaremos a bajar.
Es curioso que se defina el pico de una ola que según ellos no existía, pues estábamos en la "nueva normalidad" (creo que ya hemos estado en tres o cuatro "nuevas normalidades"). También llama la atención que hagan vaticinios estadísticos con la calidad de los datos españoles. En el gráfico 5 presento la comparación de los datos diarios de España e Italia y, en ningún caso, incluso creyéndose estos datos trucados, se puede anticipar el final inminente de la séptima ola.
Lo llamativo del mes de junio ha sido, sin embargo, el cambio de discurso oficial. Probablemente, por el aumento percibido socialmente en el número de casos, aunque no reflejado en las cifras oficiales, y por el aumento de las hospitalizaciones. En su comparecencia para presentar el nuevo plan económico anticrisis el sábado 25, el presidente del Gobierno dijo literalmente que "seguimos en pandemia", para justificar el mantenimiento del IVA superreducido para las mascarillas.
Esa frase debió sentar como una bofetada de realidad (como poco, de realidad) en el Ministerio de Sanidad, cuya titular apareció a los pocos días ante los medios llevando mascarilla y haciendo dos manifestaciones que dejaron perplejos a muchos de los que tratamos de seguir la pandemia desde el inicio. La primera, que "recomendaba la vuelta de la mascarilla a interiores". La segunda, que la clave para luchar contra la pandemia es la "monitorización".
Pero, ¿qué monitorización se puede llevar a cabo cuando se ponen todo tipo de trabas para que la gente se haga test, no se confina a los infectados, no hay ningún tipo de rastreo, no se reportan los casos de contagiados menores de 60 años y solamente se publican los datos dos días a la semana?
La única buena noticia en el panorama de la pandemia en España ha sido la reducción en el número de fallecidos por Covid19, tal y como recoge la Tabla 2, siempre según los datos oficiales.
En junio se han registrado 1.618 muertes, 54 diarias en media. Sigue siendo una cifra muy alta, pero supone una reducción del 19%, con respecto a los 1984 fallecidos del mes anterior. Sin embargo, esta mejoría podría truncarse si tenemos en cuenta los retardos de la cifra de fallecidos en relación con el número de ingresos y éstos, a su vez, con el repunte de casos.
En cualquier caso, nuestra tasa de letalidad (número de fallecidos en el mes dividido por el número de casos) se sitúa en el 0,38%, casi el doble de la tasa de letalidad global (0,22%). La única respuesta racional es que el denominador, el número de casos reales, debe ser, al menos, el doble de la cifra oficial. Es decir, que hemos tenido en mayo realmente de 880.000 casos, y no los 440.000 publicados.
Nuevo patinazo con China
Muchos han situado a China y su política de "Covid cero" como una amenaza no sólo para su propia economía, sino para la economía global, por su impacto en el comercio mundial y en la cadena de suministros industriales. Algunos lo equiparaban incluso al destrozo económico de la invasión de Ucrania por Rusia. Y, los más exagerados, de buena parte de la inflación que sufrimos. Lo cierto es que China ha conseguido controlar el número de casos, tal como recoge el Gráfico 6.
Durante el mes de junio ha registrado un número de casos de 51 en promedio diario. Eso es prácticamente un nivel de Covid cero, dada la población de China (unos 1.500 millones). Al contrario de lo que muchos vaticinaban, el impacto económico de los confinamientos en Shanghái ha sido limitado por la escasa duración de los mismos. Eso hace que se hayan recuperado las previsiones de crecimiento, tal y como recogen los índices de sentimiento de los gestores de compra (PMIs) tanto para el sector manufacturero como para el resto de la economía.
Nos podrá gustar más o menos la política de Covid cero por sus costes sociales de implementación. Pero lo cierto es que funcionan, a la hora de controlar el número de casos, y no parecen tener un impacto significativo sobre la economía china, ni mucho menos sobre la economía mundial. Y eso es, sin duda, una buena noticia en el panorama de incertidumbre que estamos viviendo.