Dicen que Moreno Bonilla, alias Juanma, está preocupado porque hoy su principal competidor no es la oposición. Ni siquiera Yolanda Díaz con su plataforma. La vicepresidenta que apoya a Inmaculada Nieto, líder de "Por Andalucía".
Su competidor más importante es la playa. Máxime, cuando se anuncia que la temperatura puede llegar, e incluso superar, los 40º.
Con las temperaturas estivales adelantadas dominando el territorio, la tentación de acercarse a la playa y abstenerse de votar es alta; es lo que teme el candidato-presidente.
La sociología electoral distingue tres tipos de abstencionistas:
a) la abstención técnica, nunca vota el 100% del electorado, siempre hay una zona del censo que no vota, enfermos, desplazados, mayores, fallecidos hace poco… ;
b) la abstención motivada, la de aquellos que no votan voluntariamente debido a ciertos factores; están en contra de la política, no encuentran quien le satisface, se enfadaron con sus elegidos…
c) la abstención generalizada, que no tiene motivo alguno para no votar; no vota por razones ajenas a la contienda electoral, viajes, despiste…
La única abstención sobre la que en el corto tiempo de una campaña electoral se puede actuar es la generalizada. Se combate concienciando a la población abstencionista de la importancia de su voto y el peligro de dejar el futuro en manos de otros.
Tengo experiencia electoral. He formado parte de comités de campaña más de diez elecciones. Esa experiencia dice que, normalmente, la abstención generalizada es, más o menos, proporcional al volumen de votos de cada candidatura. De manera que, si votaran, el resultado no variaría mucho. Entonces, ¿por qué preocuparse?
Porque Moreno Bonilla estima que su electorado es más proclive a irse a la playa el 19 de junio de 2022 que el de otros partidos. ¿Verosímil? No lo sé. Pero hay argumentos que apoyan esta tesis.
La única abstención sobre la que en el corto tiempo de una campaña electoral se puede actuar es la generalizada
La gasolina está por las nubes. También los precios de la hostelería son cada vez más altos. Por tanto, podría ocurrir que aquellas franjas de la población con menos recursos vayan menos a la playa. No porque no quieran; no pueden. No tienen dinero para desplazarse, llegar al chiringuito, tomarse la cervecera con los calamares a la plancha o a la romana… Por eso, las bolsas de los abstencionistas que teóricamente están muy a la izquierda podrían votar más que otros colectivos al no poder ir a la playa.
En ese caso podría darse la paradoja de que los más perjudicados por la política económica fueran los que apoyaran a una izquierda causante de la misma. Paradoja lógica en un país donde lo emocional prima sobre lo racional; en el que la cultura económica de las clases populares no es muy alta.
De ahí que Juanma se preocupe por la playa y su atractivo de fin de semana. Él supone que sus votantes sociológicamente tienen más medios para ir a la playa. No quiere que se dejen arrastrar por "las calores" y se alejen de las urnas.
Para él, por ejemplo, hay que evitar el atasco de la entrada a las ciudades el domingo por la tarde. Algo que puede ocurrir si los votantes se han ido a la playa el fin de semana a la segunda residencia playera. Puede que entonces lleguen tarde a la votación.
Para convencer a los andaluces de las bondades de pasar el fin de semana en su residencia habitual Juanma les puede argumentar que: a) el impuesto de sucesiones que grava su propiedad cuando la traspase a sus herederos en vida o desde el más allá, él lo ha eliminado; b) mucho más importante si se posee una segunda residencia; c) la gasolina está carísima y desplazarse a la playa exige llenar uno o dos depósitos del coche; con su coste se puede tomar un buen aperitivo y en Andalucía los hay en todas partes…
En todo caso, si los resultados son peores que los que dicen las encuestas Juanma siempre puede exclamar: "No vine a luchar contra los elementos". Frase con la que Felipe II se lamentó ante la derrota de la Gran Armada. Por eso está tratando de evitar esos "elementos" (40º a la sombra, ¡toma ya!).
*** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.