El mes de abril terminó con un repunte de casos mundiales, que se agravó en la primera semana de mayo. A los rebrotes de algunas localidades de China y de Corea del Norte, se unió un deterioro en India, un empeoramiento notable de la situación en EE UU y en países de Latinoamérica, como Argentina, Chile o Brasil. Mientras que en algunos países europeos, como España, y pese a la mala calidad de los datos, confirmó la entrada en la séptima ola, aunque con unas características bien diferentes a las anteriores.
En el Gráfico 1 se recoge, para el total del mundo, ese repunte de casos que frenó una tendencia que había sido descendente desde febrero. Así, el número de nuevos casos diarios, que empezó mayo con unos 300.000 en el total mundial, llegó a casi un millón de casos nuevos el 13 de mayo, con 970.000. Esta cifra estaba lejos de los datos de finales de enero, con cerca de 4 millones de infecciones nuevas cada día. Pero superaba los picos registrados en la segunda, tercera y cuarta ola global, que nunca alcanzaron el millón de casos y con un nivel de testeo superior al que se hace en la actualidad.
En la segunda parte de mayo, sin embargo, todo se empezó a encarrilar. Asia frenó sus casos y lo de India no fue a más. China consiguió doblegar la curva ascendente y EE UU, que había vuelto a cifras de 130.000 diarios, volvió a bajar de los 100.000. En cualquier caso, no se ha cumplido el vaticinio, repetido hasta la saciedad en diciembre y enero, de que el número de casos de la variante Ómicron iba a "caer a plomo" en febrero. Lo cierto es que estamos en junio con más de 500.00 nuevos contagios diarios.
En lo que se refiere al número de muertes, tal y como se ilustra el Gráfico 2, no se ha detectado esa "joroba" registrada en el número de casos. Pero el ritmo de mejora, medido por los fallecimientos diarios, se ha frenado significativamente en mayo, comparado con el ritmo de caída de meses anteriores. Si empezamos el mes con 2.400 fallecimientos diarios, lo cerramos con 1.400, en media móvil de 7 días.
En cuanto a la "tasa de letalidad", es decir, el porcentaje de personas infectadas que termina falleciendo, tampoco ha mejorado, pues se sigue situando en 0,27%, que es el mismo valor que había alcanzado en marzo. Esta tasa, como hemos comentado en otras ocasiones, está probablemente sesgada al alza por un muy bajo nivel de testeo. Es decir, el número de casos reales es muy superior al que computan las cifras oficiales. Tampoco sorprende el estancamiento de la tasa de letalidad, dado el flojo ritmo de vacunación, algo que se recoge en el Gráfico 3.
El porcentaje de vacunados con pauta completa en el total mundial apenas ha subido un punto, hasta el 60,2% desde el 59,2% de abril. Un punto es el mismo ritmo de avance que en el mes de abril, la mitad del aumento de marzo, y la cuarta parte del de febrero. Con este ritmo tardaremos aún 10 meses, abril de 2023, en llegar al ansiado objetivo del 70% de vacunados con la pauta completa.
De nuevo, con esta tripleta de datos: nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, seguimos sin poder afirmar que la "pandemia ha terminado", tal y como señala el discurso oficial y el de buena parte de los medios.
La incidencia mundial en mayo
Como ya es habitual en estos informes mensuales presento, para un conjunto de países seleccionados y que se repiten, la evolución de los nuevos casos registrados en mayo y los comparo con los meses anteriores. Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que prácticamente se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 1. El color verde ha sido de nuevo dominante, en coherencia con la caída en el número de contagios globales en mayo. Pero ha habido excepciones interesantes.
El total de nuevos casos en el mundo se ha reducido de 25 a 19,6 millones. Pero es un ritmo de caída (-21%) muy inferior al de abril, en que se redujo a la mitad con respecto a marzo. Seguramente lo explica el repunte transitorio de casos en la primera mitad de mayo. Veremos si se retoman esos ritmos de caídas del principio de la primavera. En cualquier caso, 19,6 millones de casos al mes es un nivel superior al registrado en buena parte de 2021.
Por regiones, Europa, excluyendo Rusia y Turquía, ha sido una de las áreas que más ha mejorado en mayo, con un ritmo de descenso de contagios superior al 50%. La excepción ha sido España, aunque luego me referiré específicamente a este caso. Rusia y Turquía también han recortado significativamente sus casos. Más espectacular ha sido el caso de Polonia (11.000 casos en todo el mes) que, junto con Noruega están a un nivel semejante al de los países de "Covid cero".
Por el contrario, EE UU ha liderado el deterioro mundial, con casi 3 millones de casos nuevos, tras el levantamiento de todas las restricciones, casi triplicando los niveles del mes de abril. El resto del continente americano ha presentado un panorama muy variopinto. En México se han registrado apenas 33.000 casos nuevos, prácticamente el mínimo de toda la pandemia. También lo ha hecho Colombia (11.000 casos), aunque ha empeorado algo con respecto a abril.
En el cono sur, Chile y sobre todo Argentina, han vuelto a disparar sus casos. Brasil también repunta, pero de forma moderada. Aun así sigue por encima de los 570.000 casos nuevos al mes. En Asia, sin embargo, no hay más que buenas noticias. China doblegó el rebrote de marzo, acelerado en abril, y ha dividido por 8 el número de casos.
Pero, en términos relativos, la mejoría más espectacular ha sido en Vietnam, que ha dividido sus contagios de abril por 15, desde más de 1 millón de casos a apenas 69.000. También son notables los avances de Corea del Sur y de Japón. Por el contrario, Australia y Nueva Zelanda, pese a su mejoría, no consigue controlar los rebrotes tras el abandono de la política de Covid cero.
La incidencia en Europa y la "excepción española"
En Europa, como decíamos antes, ha habido una gran mejoría en el ritmo de contagio. En el Gráfico 4, como es habitual, presento la evolución del número de nuevos casos acumulados de los 5 grandes países europeos en mayo. Alemania continuó liderando el número de contagios, con 1,6 millones adicionales. Pero ello supuso una caída de más del 50% con respecto a los 3,5 millones registrados en abril. Italia, el segundo peor país, también tuvo una mejora del 50% frente al mes precedente, y pasó de 1,8 millones a algo más de 900.000.
Francia, el tercer peor país, tuvo un comportamiento incluso más espectacular. De prácticamente empatar con Alemania en abril, con 3 millones de casos, a quedar por debajo de Italia, al registrar 870.000 contagios, una caída de más del 70%. Este fue el ritmo de mejora también del Reino Unido que, con 246.000 contagios, se convirtió en el mejor país de los cinco grandes europeos, aunque la calidad de sus datos deja mucho que desear.
Y así llegamos a España, que ha sido una excepción en la regla de mejora de los datos europeos y se ha convertido en el único país europeo en empeorar su registro de abril: de los 373.000 a 449.000, un 20% de incremento. Afortunadamente, en la última semana de mayo se detecta una mejoría en los contagios, de en torno al 20%, en línea con el resto de los países europeos.
Lo que ha ocurrido en España a lo largo del mes ha sido parecido a lo que señalábamos para el total mundial: ha habido un repunte en la primera mitad del mes que se ha corregido en la segunda. Pero, al contrario del caso global, la mejoría no ha sido suficiente para acabar el mes con un saldo positivo. Es decir, ha habido un cierto estancamiento en el número de contagios, pese a que el testeo es cada vez menor, y los casos de los "jóvenes" (menores de 60 años) no se reportan. Además, seguimos con la publicación de datos sólo dos días a la semana.
Pese a ello, la comparativa de España es mala cuando se contrasta con la de otro país europeo, como es Italia, algo que hago en el Gráfico 5. Y eso que, como hemos señalado, Italia no es de los que más ha mejorado en mayo. Tanto la serie de Italia como la de España presenta movimientos erráticos, aunque por motivos diferentes.
En el caso de Italia, hay casos diarios, incluyendo fines de semanas, festivos y fiestas religiosas, pese a ser un país tan "católico" o más que el nuestro. Pero hay "estacionalidad": se registran menos datos durante los fines de semana y repuntan los lunes. El caso de España es distinto. Simplemente no hay datos en 5 días de los 7 de la semana y lo que se hace es repartir por igual los datos acumulados publicados entre los días transcurridos. En cualquier caso, para facilitar la comparación, tomo la tendencia de la serie en uno y otro caso.
La tendencia de casos españoles es una recta ligeramente abombada hasta mediados de mes que se hace decreciente en la segunda quincena. Por el contrario, la de Italia es claramente decreciente con un ritmo de descenso del 50% mensual. En los últimos días de mayo y primeros de junio, Italia ha adelantado a España por primera vez en muchos meses. Es decir, ha registrado un número menor de casos diarios.
El motivo para esta discrepancia puede estar en la obligación de uso de mascarillas en el interior, algo que Italia ha decidido mantener. De hecho, el gráfico está hecho desde la fecha en que en España se produjo el levantamiento de esa restricción: el 20 de abril. En esos momentos Italia registraba 100.000 casos diarios, España 16.000. En el último dato común a ambos países, el 3 de junio, España ha registrado 13.000 casos, prácticamente los mismos que entonces, mientras que Italia los ha recortado a 9.000. Algo que debería ser motivo de reflexión.
La prohibición de ventas de test en las farmacias, multas por reportar casos positivos y retirada de la tarjeta sanitaria a quien se presente con síntomas Covid en algún centro sanitario, pueden ser las medidas definitivas para "terminar" de una vez por todas con la pandemia. O, por lo menos, con los casos registrados. No las descartemos.
Y ya, poniéndonos serios, en la Tabla 2 presento la actualización mensual del número de fallecidos por Covid-19 en España, según los datos oficiales. En mayo se han registrado 1.984 muertes, prácticamente el mismo número de decesos que en abril, una vez se ajusta por calendario. Se trata de una cifra altísima. Peor que la de diciembre, octubre de 2021 y peor que otros 9 meses de la pandemia. Además, supone una tasa de letalidad del 0,44% (al dividir los 1984 fallecidos por el número de casos "oficialmente registrados").
Como vimos al principio del artículo, la tasa de letalidad mundial en el último mes ha sido el 0,27%. ¿Cómo es posible que, dado nuestro nivel de vacunación y nuestras condiciones sanitarias, tengamos una letalidad un 60% superior a la media mundial?
La única respuesta racional es que el denominador, el número de casos reales, debe ser un 60% superior al oficial. Es decir, que hemos tenido en mayo realmente 730.000 casos, y no los 450.000 publicados. Ello nos situaría en un ritmo de contagios similar al de Francia o Italia.
China lo vuelve a hacer
Pese a que algunos, entre los que me encuentro, auguraban un posible final a la política de Covid cero, por ser insostenible socialmente, lo cierto es que China la ha mantenido, con grandes costes sociales, y ha conseguido doblegar la curva. Además de reducir el número de casos a 8432 en mayo, como ya mencionamos, ha reducido el número de muertes a 204 en este mes.
Está claro que el "valor de la vida" en ese país es más alto que en buena parte de la Europa del Estado del Bienestar, y no digamos de EE UU. Al menos el valor de la vida de los mayores de 70 años, un colectivo con el que empatizo más y más, por razones obvias. Pero, pese a este éxito rotundo, China tiene que abordar dos problemas: su tasa de letalidad es brutal, el 2,4%, casi 10 veces la media mundial. Ello implica que deben revisar su política de vacunación urgentemente.
Lo segundo es que confinar a la gente para garantizar la vida de los mayores no debe ser sinónimo de "torturar" a la gente. La población confinada debe tener acceso a la alimentación y a bienes y servicios relacionados con el ocio, para hacer el confinamiento más llevadero.
En cuanto a los costes económicos, es pronto para hacer una evaluación. Habrá que hacerla con objetividad al acabar la pandemia. Pero por ahora, los indicadores adelantados de la actividad económica, los PMIs tanto de servicios como de manufacturas, han recuperado en mayo prácticamente todo lo que perdieron en abril. Y los que auguraron el colapso de la economía china se han vuelto a equivocar. Y eso es bueno para el resto del mundo.
Miguel Sebastián
Universidad Complutense e ICAE