Movilizar el ahorro para mejorar el futuro de la Tierra
Las condiciones parecen las más propicias de la historia para virar hacia un modelo económico más sostenible, a la vez que se mejoran las condiciones de vida de la población mundial. Son ya muy evidentes los efectos del cambio climático y del agotamiento del crédito ambiental. Esto hace que contemos con una sociedad mucho más concienciada de la necesidad de actuar, que se ha traducido en un consenso político sin precedentes a nivel internacional, materializado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS).
Hay, además, un vuelco regulatorio, y un cambio de mentalidad de las empresas. Vivimos una revolución tecnológica que hace posibles las transiciones energética y ecológica, y que permite extender a todos los rincones del planeta la educación y la sanidad básicos. Y contamos con los recursos financieros para afrontar esos retos.
Se estima que hacen falta inversiones de unos cinco billones de euros cada año para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de los que menos de un tercio serán financiados con recursos públicos y otro tercio por las empresas. Pero hay una brecha de unos dos billones anuales que solo puede ser cubierta con una movilización masiva del ahorro de los hogares. Es un importe gigantesco, pero realmente solo supone el 1% de la riqueza mundial. Cada año se genera una cantidad mucho mayor.
Hacen falta inversiones de unos cinco billones de euros cada año para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible
En un entorno de bajos tipos de interés, de falta de alternativas rentables en activos conservadores, y de enormes oportunidades de inversión creadas por las transformaciones estructurales, estamos convencidos de que se pueden movilizar esos recursos para mejorar el Futuro de la Tierra.
Cada uno de nosotros, con nuestro pequeño o gran patrimonio, podemos jugar un papel muy importante para proporcionar capital a las actividades sostenibles, y para privar de él a las que no lo son. Y, por supuesto, el sector financiero tiene una función crucial para concienciar a los inversores y a las empresas, y para canalizar los fondos de forma apropiada.
Un reciente 'libro blanco' publicado por UBS bajo el título El Futuro de la Tierra explica la combinación única de factores que permite afrontar los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad.
Tres de los cuatro temas incluidos -Tierra, Agua y Energía- son de sobra conocidos. Pero el cuarto -las personas, su salud y su comunidad- es un enfoque novedoso que, a pesar de formar parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, apenas se había tratado de evaluar su impacto y las necesidades y oportunidades de inversión.
Como siempre, se identifican decenas de compañías involucradas en esos temas y beneficiadas por el enorme aumento de actividad que prevemos en esta década, así como fondos para invertir de forma focalizada pero diversificada.
Las empresas en la vanguardia de la transición energética, del uso y reciclado de agua o de la agricultura sostenible ya están presentes en muchos informes y muchos fondos, así que oportunidad menos explotada es la que tiene que ver con las personas y las comunidades saludables: hay compañías enfocadas en salud comunitaria y laboral, planificación urbana, tecnologías para ciudades inteligentes y sistemas para evitar desastres ligados con el cambio climático.
Más allá de proporcionar un listado de acciones o de fondos, este libro blanco busca mentalizarnos para que tengamos en cuenta estos factores de sostenibilidad sobre el Futuro de la Tierra en nuestras decisiones, como ciudadanos, como consumidores y como inversores.
*** Roberto Scholtes Ruiz es director de Estrategia de UBS en España.