Isidro Fainé le ha quitado un gran peso de encima a Pedro Sánchez al respaldar que CriteriaCaixa se refuerce en Naturgy para garantizar su 'españolidad'.
La decisión va en contra de la estrategia del holding de la Fundación Bancaria La Caixa de diversificar sus participaciones para nutrir su Obra Social. Y una pregunta clave es si lo ha hecho para ayudar al Gobierno a quitarse de encima un problema o porque sabía desde hace semanas que la operación saldría adelante.
De hecho, había recibido presiones en varios frentes -entre otros el catalán, como contamos en este espacio el 10 de mayo- para preservar la esencia de Naturgy una vez que el Ejecutivo avalara la entrada de IFM.
CriteriaCaixa se quedará en la empresa que preside Francisco Reynés en una posición algo incómoda. Si los australianos de IFM siguen adelante con su OPA parcial, la firma de origen catalán será un accionista en minoría (pese a que superará el 24,8% que tenía hasta ahora) frente a tres fondos compinchados para controlar la empresa.
Hay que recordar que la inversión australiana iba a aterrizar en Naturgy con el apoyo de CVC (que junto con la familia March tiene un 20,7%) y GIP (20,6%). El resto del accionariado se reparte entre otros fondos institucionales sin presencia en el consejo y accionistas minoritarios.
Si, por el contrario, IFM desiste y se retira, Criteria seguirá en Naturgy también en minoría -aunque con más peso-.
No tenía muchas más opciones si lo que se quería era preservar la 'españolidad' de una empresa estratégica y al mismo tiempo, dar la imagen de que España es un país atractivo para la inversión foránea.
Esta OPA parcial de 5.000 millones de euros era una patata caliente para CriteriaCaixa hasta el punto de que su consejero delegado, Marcelino Armenter, decidió dejar el consejo de la energética la pasada semana, precisamente, por esta operación.
Fainé no tenía opciones si se quería preservar la 'españolidad' de una empresa estratégica y preservar la imagen de España como país atractivo para invertir
El Gobierno tiene desde hace más de dos semanas todo listo para aprobar la OPA con condiciones. Así lo han decidido las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera, después de que la ministra de Industria, Reyes Maroto, decidiera inhibirse en la deliberación por un posible conflicto de interés, dado que su marido trabaja en la empresa española.
Entre los límites que plantea el Gobierno para permitir la entrada de los australianos figura el de asegurar un plan industrial para esta empresa clave para la transición ecológica en la que está inmersa España o blindar determinados contratos, como el de Argelia, para garantizar el suministro de gas a España.
Se trata de condiciones que, curiosamente, son muy parecidas a las que esgrimía CriteriaCaixa en el comunicado que difundió este martes para justificar su decisión de permanecer en Naturgy como garante de su 'españolidad'.
La idea inicial de los ministerios económicos implicados en la operación era tener todo listo en la primera quincena de junio para dar una imagen a los mercados de que España es un país friendly para la inversión internacional.
Veremos si con las cartas mostradas este martes por Fainé el Gobierno agiliza sus tiempos. CriteriaCaixa siempre ha tenido claro que el Ejecutivo debía respaldar la OPA parcial porque es una operación de mercado en un momento en el que España necesita inversión extranjera. Y al anticipar su posición facilita este anuncio a un Gobierno con muchos frentes abiertos.
Lo interesante es que IFM también quiere salvar los muebles a Sánchez y dice que seguirá adelante con su OPA parcial. ¿Se acabará ampliando capital para que todos los accionistas entren? Junto con la opción de comprar en el free-float, esta hipótesis está sobre la mesa, aunque es difícil de articular y no convence a los australianos.
En cualquier caso, la batalla empresarial sale ya del terreno político para entrar en el financiero, que es donde deben dirimirse estas contiendas.