Es una realidad, más que evidente, que el sector de la automoción está en un momento clave con su transformación hacia la industria de la movilidad. Nuevos retos marcados por la descarbonización y digitalización que requieren de un gran compromiso y esfuerzo para que este cambio sea una realidad y que se suman a una coyuntura económica muy negativa, marcada por la larga pandemia de la Covid-19, y la difícil recuperación del mercado de venta de vehículos.
Y sin embargo, la industria de la automoción en España está demostrando una visión de largo plazo y de compromiso que servirá, sin duda, para afianzar su peso en el PIB y para impulsar a futuro su desarrollo. Pero necesita más apoyos.
España siempre ha tenido en la industria de la automoción un motor económico y social, que representa el 10% del PIB nacional y genera el 9% del empleo sobre la población activa. Somos el segundo mayor fabricante de Europa y el octavo del mundo. Y todo esto, sin contar con ninguna sede de las marcas fabricantes en nuestro país.
España tiene en la automoción una 'joya industrial', pero también se encuentra en una posición dependiente de la confianza desde el extranjero. Y para avanzar hacia la industria de la nueva movilidad debemos dar razones que muestren el compromiso y que la automoción es un verdadero proyecto-país en España.
España tiene en la automoción una 'joya industrial', pero también se encuentra en una posición dependiente de la confianza desde el extranjero
Por ello, todos los acuerdos público-privados que sirvan para atraer nuevas inversiones y carga de trabajo a España son clave. Tenemos en nuestra industria de componentes un referente a nivel mundial, es una de las razones que ha permitido que España sea la potencia que es.
Hemos creado un potente ecosistema entre fabricantes y proveedores, y ahora, tenemos que evolucionar esta red industrial y empresarial hacia la movilidad y tecnologías del futuro.
Debemos ofrecer el marco regulatorio industrial necesario a las marcas fabricantes para garantizar una industria competitiva y valedora de proyectos a futuro y de la adjudicación de nuevos modelos de vehículos electrificados. España ya cuenta con 11 modelos en producción, que se ampliarán a 16 durante el próximo año y este número no va a parar de crecer.
Solamente en 2020 hemos multiplicado por ocho la producción de vehículos eléctricos e híbridos enchufables. Seguimos potenciando nuestra industria, pero debemos y podemos aspirar a más.
Este tipo de proyectos encajan con la línea marcada por Europa para la utilización de los fondos de recuperación. Debemos mirar al futuro para seguir siendo una referencia también en la movilidad electrificada, pero no podemos olvidar el contexto actual. Venimos de un 2020, con una fuerte caída en el mercado y donde hemos dejado de fabricar 550.000 vehículos.
Necesitamos medidas que estimulen el mercado y potencien la recuperación. A pesar de ser un referente, dependemos de decisiones externas y necesitamos ser más competitivos que nunca. Ahora más que nunca, es necesario apuntalar la recuperación de nuestra industria para hacerla más fuerte, para asegurar la inversión, avanzar hacia la industria 4.0 y garantizar su viabilidad en el futuro.
*** José López-Tafall es director general de ANFAC.