A falta de una semana larga para que Bruselas reclame a España el Draft Budgetary Plan (el borrador del Plan Presupuestario), el Gobierno va a dar el primer paso para poder elaborar unos Presupuestos. El Consejo de Ministros aprobará este martes el techo de gasto y la rebaja del cuadro macroecónomico para este año y el que viene.
Desde el pasado 1 de octubre, el Ejecutivo está incumpliendo la Constitución, que le obliga a presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado (PGE) al menos tres meses antes de que expiren los del año anterior, es decir, antes del 30 de septiembre.
Ese desdén a la Carta Magna es ya una costumbre en España. Desde 2014, los sucesivos Gobiernos del PP y del PSOE han sido incapaces de cumplir con el Artículo 134. Como si nada, se ha instalado la costumbre de que las cuentas públicas no entren en vigor con el arranque del año para el que son negociadas. Llama la atención la falta de interés por convertir los Presupuestos en ejemplo de respeto al marco constitucional.
Al contrario, son una evidencia más de la falta del buen funcionamiento de las instituciones en este país. Ni siquiera la Ley más importante que se aprueba en una legislatura, los Presupuestos, llega en tiempo y forma.
Cumplir con la Constitución se ha sustituido por otro compromiso que España sigue respetando: el de entregar a tiempo a Bruselas el borrador del Plan Presupuestario. En eso está el Gobierno y por ello, lleva este martes al Consejo de Ministros un nuevo techo de gasto y un cuadro macro más realista que el que entregó a la UE el 30 de abril. El de la famosa, 'V' asimétrica.
El 'draft' presupuestario llegará a tiempo a Bruselas. Pero al hacerlo sin ser tramitado antes por el Congreso, llegará a la Comisión Europea con menos credibilidad.
Si en el pasado era muy fácil elaborar ese borrador presupuestario -porque era el resumen de lo que se llevaba al Parlamento español- ahora se ha convertido en un quebradero de cabeza para todos los Gobiernos. En especial para estas cuentas que negocian a la par apoyos que están tan alejados, como son los planteamientos de Ciudadanos y de ERC.
Mientras en España nos preocupamos por saber con quién se negocian los Presupuestos, en Bruselas mirarán qué llevan esos Presupuestos y si son realistas.
Mientras en España nos preocupamos por saber con quién se negocian los Presupuestos, en Bruselas mirarán qué llevan esos Presupuestos y si son realistas
Quedar bien con la UE es imprescindible para la supervivencia financiera de España en el medio plazo. Sin el respaldo del Banco Central Europeo (BCE) no estaría siendo posible financiar los costes originados por una pandemia que llevará la deuda pública por encima del 120% del PIB.
Pero para dar contenido a las cuentas de 2021 hará falta algo más: contar con los préstamos y transferencias que son el punto de partida del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española que Pedro Sánchez presentará este miércoles en La Moncloa.
Así que para el Gobierno de coalición de izquierdas es imprescindible presentar unas cuentas que gusten a los 'halcones' de la UE. Mucho cuidado con que los llamados 'países frugales' recelen del contenido de los PGE, pues su voto es imprescindible para el desbloqueo de las ayudas que ya serán incorporadas en el cuadro macro y el techo de gasto que se presentará este martes.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, incluirá en su nuevo y generoso techo de gasto los 20.000 millones de euros que espera recibir de la UE el próximo año. Y como avanzó este periódico, también la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, incorporará esas ayudas en el cuadro macro que ha rebajado.
Economía explicará así unas proyecciones macroeconómicas que para este año se situarán en la horquilla dibujada por el Banco de España, pero para el próximo serán mucho más optimistas, ya que la institución ha sido más cauta y no ha querido incorporar unos fondos que todavía no están formalizados.