Hay quien lo tiene muy claro: para disfrutar de unas vacaciones hay que estar en primera línea de playa. Dicho de otra manera, de la cama a la playa en un plis-plas. Aunque eso suponga tener que desembolsar algo más de dinero. Nada de largas caminatas o tener que coger en coche para disfrutar de las olas.
Asimismo, hay quien puede pensar que conseguir un ‘chollo’ de este tipo sólo puede hacerse en localidades donde hay una amplia oferta de viviendas en alquiler, como Benidorm o Gandía. Sin embargo, no son los lugares más económicos.
Por ejemplo, en Benidorm, alquilar un apartamento entre la primera y la tercera línea de playa (en concreto, de la playa de Levante) de 70 metros cuadrados, cuesta 1.500 euros de media a la semana. En Gandía, de 80 metros cuadrados, vale 650 euros. Son datos del Grupo Tecnitasa.
¿Qué municipio es el más barato para alquilar en la costa?
No se trata de uno, sino de dos, los municipios más asequibles para alquilar una vivienda en la costa este verano: Vinaroz y Moncófar, ambos en la provincia de Castellón. Allí, el precio medio por una semana es de 500 euros para un apartamento de 70 metros.
“El promedio de alquiler vacacional en primera línea de playa alcanza los 1.160 euros semanales. El incremento en los últimos tres años es de alrededor de un 25%”, afirma Fernando García Marcos, director técnico de Grupo Tecnitasa.
En la Comunidad Valenciana hay otras localidades donde dicho precio no supera los 600 euros semanales. Es el caso de Oliva y Calpe (575 euros), o la playa de El Saler, en la propia Valencia (550 euros). En el otro extremo, la playa de San Juan, en Alicante: 1.530 euros.
Hablando de diferencia de precios, donde no hay gran diferencia entre ellos es en Asturias. Así, apartamentos de entre 50 y 75 m2 se pueden encontrar en Llanes y Ribadesella por 780 euros semanales. En el otro extremo, lo más barato se puede conseguir en Tapia de Casariego por 560 euros.
¿Cuál es la diferencia de precio en otras comunidades autónomas?
La horquilla de precios es significativa en tres CCAA: Galicia, Andalucía y Baleares. Tanto, que supera los 2.000 euros a la semana. Así, en Galicia se puede conseguir un apartamento en la Playa de Burela o Vicedo por 550 euros. En la Isla de la Toja, en Pontevedra, donde la oferta es escasa, son 2.900 euros.
Mientras que, en Andalucía, hablamos de 3.000 euros en Puerto Banús (Marbella) y de 730 euros en Rincón de la Victoria, o 750 euros en Almería. En Baleares, por su parte, la diferencia es que más patente en una misma localidad: Santanyí. Allí se puede alquilar una vivienda de 250 metros en Portocolom por 3.300 euros semanales, y otra en Cala Figuera, de 60 metros, por 1.175 euros.
En otras CCAA, la diferencia queda como sigue: en Cataluña, son 1.710 euros en Sitges y 800 en Lloret; en País Vasco, 1.800 euros en Hondarribia y 620 euros en Gorliz; en Cantabria, son 1.890 euros en Comillas y 825 euros en Liencres; en Murcia, en Águilas, el máximo son 1.300 euros y, el mínimo, 550 euros; y, en Canarias, son 1.000 euros en Mogán, y 700 euros en San Bartolomé de Tirajana.
Resumiendo: este año, de media, quien quiera disfrutar de un apartamento con vistas al mar deberá desembolsar un 9,95% más de media respecto al año pasado. Es decir, 1.160 euros semanales frente a los 1.055 del año pasado. Por tanto, 105 euros más.
“El incremento del precio del alquiler, en más de seis puntos este año, es debido a que la demanda, tanto nacional como extranjera, se mantiene muy fuerte”, concluye José María Basáñez, presidente de Grupo Tecnitasa.