Por qué un Kennedy y un Trump anti-farmacéuticas pueden ser positivos para la Unión Europea
- Las políticas 'trumpistas' contra la innovación permitirían a Europa retomar la autopista de las inversiones en I+D... con las medidas adecuadas.
- Más información: Las farmacéuticas caen en bolsa tras el nombramiento de Robert Kennedy Jr. como secretario de Salud de EEUU
En la noche de este jueves, Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, hizo un anuncio (esperado) que ha provocado estremecimientos, inquietud y crujir de dientes en la industria farmacéutica:Robert F. Kennedy Jr. será secretario de Sanidad y Servicios Sociales del país, equivalente a ser ministro de Sanidad. Un proclamado activista antivacunas estará al frente de las políticas sanitarias y farmacéuticas del principal mercado de medicamentos del mundo.
El impacto bursátil ha sido prácticamente inmediato. La práctica totalidad de los valores de la industria farmacéutica cerraron en rojo. Las caídas de las acciones de los laboratorios tanto de Estados Unidos como de Europa fueron generalizadas ante las potenciales restricciones que pueden sufrir los medicamentos por un Kennedy Jr. que ha amenazado, incluso, con desmantelar la Food & Drugs Administration (FDA).
El propio Trump se ha sumado al carro. En el anuncio del nombramiento (a través de la red social X), el republicano afirmaba que "durante demasiado tiempo, los estadounidenses han sido aplastados por el complejo industrial de alimentos y las compañías farmacéuticas que han participado en el engaño, la desinformación y la información errónea cuando se trata de salud pública".
I am thrilled to announce Robert F. Kennedy Jr. as The United States Secretary of Health and Human Services (HHS). For too long, Americans have been crushed by the industrial food complex and drug companies who have engaged in deception, misinformation, and disinformation when it…
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 14, 2024
Se vienen tiempos duros para sector de la salud. La Administración Trump amenaza al principal mercado de medicamentos del mundo, que supone más de un 44% de las ventas a nivel global. Además, es el ecosistema más puntero para la I+D farmacéutica, con inversiones anuales de más de 72.000 millones de euros.
Sin embargo, el pesimismo que despierta para el mundo del medicamento el escenario que genera el nombramiento de Kennedy Jr. puede ser una buena noticia para Europa (una de las pocas que puede aparejar el retorno de Trump a la Casa Blanca).
La situación se da en un momento en el que, poco a poco, la Unión Europea está perdiendo la carrera de la I+D farmacéutica, clave para la autonomía estratégica del territorio (como han dejado claro la pandemia de Covid y los problemas de abastecimiento de numerosos medicamentos y productos sanitarios).
Las cifras cantan. Pese a que en números absolutos el viejo continente sigue segundo en estas inversiones, su evolución es preocupante. Los cálculos de Efpia indican que entre 2010 y 2022, la inversión en I+D subió un 4,4% anual en la UE.
Sin embargo, en Estados Unidos aumentó un 5,5% anual en el mismo tiempo y en China se disparó al 20,7%.
El popular informe Draghi pone énfasis, precisamente, en que la industria farmacéutica sea uno de los vectores de crecimiento económico de la Unión Europea ante la paulatina pérdida de competitividad que está sufriendo respecto los territorios citados.
Para ello, Europa tiene que aprovechar la oportunidad que la Administración Trump puede abrirle. Sobre todo, teniendo en cuenta que las principales dañadas por posibles políticas de Trump Jr. serían precisamente gigantes del sector como Pfizer o Abbvie, compañías con gran capacidad de movilizar recursos y de origen estadounidense pero con fuerte implantación en la Unión Europea.
Pero hay que poner medidas en marcha que permitan acelerar las inversiones en I+D y cumplir con una de las reclamaciones de las compañías (y del propio Draghi): mejorar la previsibilidad del mercado farmacéutico europeo.
Hay espacios para hacerlo. La nueva legislación farmacéutica europea todavía se está tramitando en Europa, y se puede potenciar para la atracción de las inversiones estadounidenses (o procedentes de empresas de cualquier otro territorio).
Sin embargo, la Unión Europea pasa por su propio trance político. Las últimas elecciones al Europarlamento y las complicaciones que están surgiendo para la elección de los nuevos miembros de la Comisión revelan que la polarización está haciendo mella, también, en la política europea.
Sería una auténtica pena que, por la trumpizacion que pueden sufrir, Bruselas y Estrasburgo acaben dejando pasar la oportunidad que el próximo inquilino de la Casa Blanca abre para robar inversiones a Estados Unidos. Veremos. Mientras, toca disfrutar del espectáculo que pueda ofrecer Kennedy Jr, un personaje digno de participar en un programa de Iker Jiménez.