La industria farmacéutica ha jugado un papel crucial en la gestión de la pandemia. Desarrollar con la mayor rapidez posible medicamentos y vacunas contra la Covid-19 ha sido un reto complejo para el sector. Esta industria ahora se enfrenta a un nuevo escenario mundial. Un entorno que no solo precisa estar bien preparado para combatir futuras amenazas pandémicas, sino también desplegar contramedidas más rápidas y efectivas que se traduzcan en una mayor equidad en salud.
Ante este contexto, la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma) ha fijado las cinco prioridades que han demostrado ser fundamentales durante la pandemia de coronavirus y que deben estar muy presentes en la futura arquitectura farmacéutica. Crear un ecosistema de innovación próspero, en el que se pueda confiar para una rápida investigación, se configura como el eje central sobre el que asentar el resto de 'mandamientos' que han de ser respetados por las 'pharmas'.
Para gozar de este ecosistema innovador favorable, del cual pueda depender la seguridad sanitaria mundial, la industria biofarmacéutica incide en que los incentivos a la propiedad intelectual son "fundamentales". En concreto, estos incentivos son los que proporcionan el marco necesario para realizar inversiones de riesgo antes de la próxima pandemia y facilitan las asociaciones voluntarias, los acuerdos interempresariales, la transferencia de tecnología y otras formas de colaboración.
Nacionalismo de vacunas
Tras la experiencia de la pandemia, la Federación ha detectado la tendencia hacia el nacionalismo de las vacunas y se rearma contra el mismo. Este comportamiento, adoptado por algunos países para obtener acceso preferente a las vacunas contra la Covid-19, supone una amenaza a la distribución justa y equitativa de los antídotos, según los expertos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya alertó de esta problemática en enero de 2021, cuando solicitó a los países de altos ingresos ser más solidarios. De hecho, después de observar como algunos de ellos estaban adquiriendo más dosis de las que necesitan, el organismo se pronunció para sentenciar que este comportamiento era "contraproducente". Y que, además, "retrasaría la recuperación mundial".
La industria planta ahora cara a este enfoque para permitir un movimiento libre de vacunas, tratamientos, materias primas y suministros. También quiere el movimiento de personas para fomentar el conocimiento especializado y dar apoyo a la producción.
Por otro lado, para esta nueva realidad que plantea para los laboratorios tantas oportunidades como desafíos, la industria biofarmacéutica también apuesta por fomentar un acceso equitativo a la innovación a través de un contrato social; una propuesta que ya se describe en la Declaración de Berlín.
Con esto, se persigue reservar una asignación de producción de vacunas y tratamientos de cara a futuras pandemias para poblaciones prioritarias en países de bajos ingresos. De este modo, se conseguirá que sean asequibles y estén fácilmente disponibles para las personas más vulnerables.
En apenas nueve meses, el sector fue capaz de desarrollar varias vacunas frente a la Covid-19 con las que abastecer a toda la población. Por ello, atraer inversiones y fomentar una producción sostenible a escala mundial es otra de las prioridades de las farmacéuticas. A este respecto, la patronal farmacéutica internacional apunta que también se tiene que disponer de una protección sólida en materia de propiedad intelectual.
“Es un requisito importante para acelerar las asociaciones, incluidas las licencias voluntarias, y las transferencias voluntarias tempranas de tecnología que tengan como resultado una base de producción duradera y económicamente viable para fabricar productos seguros, efectivos y de calidad”, inciden.
Por último, la Federación ve prioritario apoyar los esfuerzos actuales para garantizar una mayor preparación de los países para anticiparse y responder a futuras pandemias. Esto requiere de inversión en capacidades clave en los sistemas sanitarios, como los programas vacunales. “Los avances deben basarse y complementarse en los progresos hacia la cobertura sanitaria universal, que es un pilar fundamental para la prevención, la preparación y la respuesta efectivas para futuras pandemias”, señalan.
Con este listado de prioridades, Ifpma pretende reforzar las capacidades colectivas con la vista puesta en un futuro incierto para la industria biofarmacéutica. Un sector que ocupa un lugar importante en los debates de la arquitectura mundial de la nueva sanidad.