A medida y para cada paciente. Así se fabrican las terapias CART que se usan para tratar dos tipos de cáncer. Hasta el momento, solo la industria farmacéutica producía este tipo de tratamientos. Pero, desde el pasado mes de febrero, España cuenta con su primera CART pública. Fabricarla costará 89.270 euros.
Ese es el precio que se ha fijado para este tratamiento personalizado que, desde el 1 de junio, está incluido en la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. Está indicado para pacientes mayores de 25 años con leucemia linfoblástica aguda de células B que no mejoran con tratamientos convencionales.
La CART, desarrollada por el Hospital Clínic de Barcelona, recibió el visto bueno de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) el pasado 1 de febrero, aunque su precio no se fijó hasta el 17 de mayo.
Para fijarlo, se han tenido detalles de los costes de producción de los tratamientos para pacientes tratados hasta la fecha en régimen de ensayo clínico o uso compasivo.
"Se han contabilizando los costes íntegros que garanticen la producción (que incluye desde la obtención del material de partida hasta la infusión y los gastos estructurales de salas blancas, gestión de producto y farmacovigilancia) necesaria para el producto aprobado", explican a Invertia desde el Clínic.
La propuesta aceptada por el Ministerio de Sanidad "contabiliza y engloba también costes por problemas de producción que han podido requerir repeticiones y también los costes de personal propio que se dedica a esta actividad", continúan.
Asimismo, desde el hospital que ha desarrollado esta primera CART pública recuerdan que "en el precio no existe una compensación económica con ánimo de lucro, pues somos un centro público y como tal actuamos bajo la supervisión del Ministerio de Sanidad".
¿Cómo se produce una CART?
En primer lugar, se extraen los linfocitos T (un tipo de célula del sistema inmunitario) del propio paciente al que se va a tratar. Estas células se modifican en el laboratorio para que ataquen las células cancerosas de forma dirigida.
Esta modificación se realiza, en concreto, en lo que se conoce como 'sala blanca'. Se trata de un espacio diseñado especialmente para obtener bajos niveles de contaminación. Tiene que tener los parámetros ambientales estrictamente controlados: partículas en aire, temperatura, humedad, flujo de aire, presión interior del aire, iluminación…
Cuando se ha obtenido la CART, se envía al centro donde se encuentra el paciente. Tras un ciclo de quimioterapia, se infunden estas células en el paciente.
Actualmente, en España solo se administran estas terapias en una serie de hospitales que están preparados para ello. En total, son 11 los centros designados para el uso de medicamentos CART. Además, hay tres hospitales adicionales.
Las CART de las farmacéuticas
Hasta la llegada de la CART pública del Clínic de Barcelona existían dos terapias desarrolladas por las compañías Novartis y Gilead.
La primera en aprobarse para su uso fue la de Novartis: Kymriah. Está indicada para el tratamiento de leucemia linfoblástica aguda de células B de pacientes pediátricos y menores de 25 años.
El precio máximo de esta CART asciende a 320.000 euros por cada tratamiento.
Más tarde llegó la terapia de Gilead: Yescarta. Esta está indicada en pacientes adultos con linfoma B difuso de células grandes. En este caso, su precio asciende hasta los 327.000 euros por tratamiento.
Unos precios que son 3,5 veces mayores que el fijado para la CART pública, tal y como recoge la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Pacientes pediátricos
Tras la aprobación de la CART pública, el Clínic ha iniciado ensayos clínicos para probar la terapia también en la población pediátrica. De autorizarse esta indicación, competiría directamente con la CART desarrollada por Novartis, que recordemos que está destinada a estos pacientes.
Si funciona y la AEMPS le da luz verde para su uso en niños, la Sanidad pública se ahorraría 230.730 euros por cada tratamiento.