Pfizer y BioNTech han iniciado un estudio para evaluar la seguridad e inmunogenicidad (capacidad para inducir una respuesta inmune) de una tercera dosis de su vacuna como refuerzo contra las nuevas variantes de la Covid-19.
El estudio se basará en los participantes del estudio de fase 1 de la vacuna en Estados Unidos, a quienes se ofrecerá la oportunidad de recibir un refuerzo del antígeno ya aprobado entre 6 y 12 meses después de recibir su régimen inicial de dos dosis.
Por otra parte, con el fin de "estar preparados para cualquier posible cambio de cepa en el futuro", Pfizer y BioNTech han avanzado que están "manteniendo conversaciones" con las autoridades reguladoras, incluida la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), para probar, dentro de este mismo estudio, una vacuna modificada contra la variante identificada en Sudáfrica.
Esto podría permitir a las compañías actualizar la vacuna actual si surge la necesidad de proteger contra las nuevas variantes del SARS-CoV-2. Así, las farmacéuticas esperan poder validar estos posibles antígenos con una vía reglamentaria similar a la que existe actualmente para las vacunas contra la gripe, que se actualizan cada año.
"La flexibilidad de nuestra plataforma de vacunas nos permite desarrollar técnicamente vacunas de refuerzo en cuestión de semanas, si es necesario. Esta vía de regulación ya está establecida para otras enfermedades infecciosas como la gripe", ha indicado el director general y cofundador de BioNTech, Ugur Sahin.
"Aunque no hemos visto ninguna prueba de que las variantes provoquen una pérdida de la protección proporcionada por nuestra vacuna, estamos tomando múltiples medidas para actuar en caso de que una cepa se vuelva resistente a la protección proporcionada por la vacuna", ha destacado el presidente y director general de Pfizer, Albert Bourla.