Al automóvil no le vendría bien que se demorase la conformación del nuevo Gobierno y mucho menos que se convocara una nueva repetición electoral. Este es, al menos, el sentir de la industria recabado por EL ESPAÑOL-Invertia, horas después de conocer el resultado de las elecciones del 23 de julio.
La incertidumbre del resultado electoral así como una posible repetición de elecciones son situaciones que podrían afectar al automóvil, tanto en la rama industrial como en el propio mercado.
En este sentido, por ejemplo, desde Anfac, la patronal de los fabricantes de automóviles, han recordado "la necesidad de que se forme un Gobierno cuanto antes. Debemos arrancar la nueva legislatura con celeridad porque los retos que tiene España y la industria de la automoción no paran y no nos podemos quedar atrás".
En este mismo sentido también se ha posicionado Seat. Según fuentes cercanas a la compañía, desde la empresa del Grupo Volkswagen señalan que "necesitamos que se forme un Gobierno fuerte, estable y enfocado en los negocios lo antes posible".
En cuanto a los retos de la industria del automóvil podríamos decir que afecta en dos vertientes: la producción y el mercado. Y comenzando por las fábricas conviene recordar que España es un país fuerte, el segundo europeo, en la fabricación de coches; lo que supone una aportación del 10% del PIB y del 9% del empleo.
Sin embargo, tal y como señalan desde Anfac, si "queremos que España sea el segundo fabricante europeo de vehículos en 2035, y atraer inversiones de las grandes multinacionales implicadas en la movilidad de bajas y cero emisiones, hemos de mantener una política industrial activa y con fuerte apoyo presupuestario". Y algo similar también ha querido dejar claro Seat afirmando que "el nuevo Gobierno debe apoyar al sector de la automoción y al coche eléctrico y sostenible fabricado en España".
En este sentido, conviene recalcar que España no es centro de decisión de la industria, ya que los principales consejos de dirección de los grupos automovilísticos están en países como Alemania o Francia.
Mensaje de inestabilidad
Por todo ello, si España tarda en formar Gobierno o, si incluso hay una repetición electoral, se estaría mandando una señal de inestabilidad de un país hacia estos centros de dirección que toman las principales decisiones en las compañías automovilísticas.
Unas decisiones que, si bien son principalmente determinadas por los costes económicos de fabricar en un país o en otro, también es cierto que el mensaje de debilidad política no sería un elemento favorable.
En este sentido, entre las decisiones pendientes que quedan por tomar, está la asignación del Grupo Stellantis a España de nuevas plataformas que permitan fabricar nuevos coches eléctricos. Recordamos que Stellantis, que engloba a marcas como Peugeot, Citroën, Opel o Fiat, entre otros, tiene sus principales centros de producción en Vigo y Zaragoza.
Y ambos centros, cuentan con modelos que su vida comercial está a mitad de su ciclo. Uno de ellos es, por ejemplo, el Peugeot 2008, un coche clave que comenzó a fabricarse en 2020 en Vigo y que en torno a 2024 o 2025 se debería comunicar dónde se realizará su reemplazo para 2027 aproximadamente.
Y en el caso de seguir apostando por España, este nuevo modelo debería optar a las nuevas plataformas como la STLA pequeña, que determinará la fabricación de futuros eléctricos en nuestro país.
Una decisión que se debería tomar dependiendo de los costes laborales, los convenios, los proveedores y los costes logísticos y que ponen a España en una buena situación, siempre y cuando el Gobierno siga apoyando la industria.
En este sentido, también está la convocatoria y resolución del segundo PERTE del coche eléctrico, que ya se ha anunciado que se convocará y resolverá independientemente de los resultados electorales.
Otro de los aspectos que quedan por resolver pertenece al Grupo Volkswagen y a la fábrica de Navarra. Esta planta de Landaben debe conocer próximamente dónde se construirá su taller de baterías para el ensamblaje de las celdas de sus coches eléctricos (el Volkswagen ID.2X y el SUV de Skoda) desde 2026.
Una decisión que se debe tomar en Alemania desde los consejos de dirección alemanes y que no tendrá nada que ver el color del Gobierno. En este sentido, la decisión sería si construir un taller de baterías dentro de la propia planta que ensamble las celdas de Saguto o bien adquirir las baterías ya ensambladas por medio de un proveedor externo.
En el caso de optar por lo primero, desde Landaben podrían optar al PERTE VEC de baterías. Por el contrario, no se optaría al PERTE VEC si fuera la segunda opción de externalización. Algunas fuentes apuntan a que esta opción tiene actualmente una ligera ventaja.
Continuando con el Grupo Volkswagen, desde Seat tienen los deberes hechos y con la asignación del nuevo taller de baterías no se esperan grandes novedades inmediatas. La siguiente decisión sería la de traer una posible segunda plataforma a Martorell y esto no se tomará hasta 2024.
Y cierra el listado el Grupo Renault que tiene las fábricas de Palencia y Valladolid a buen ritmo de producción con la llegada de nuevos modelos; y Ford que está a la espera del nuevo eléctrico.
El mercado muestra síntomas de debilidad
En este sentido, otro aspecto que el próximo ejecutivo debería tener en cuenta es que unas elecciones pueden ser una consecuencia de una ralentización del mercado.
Y esto sería una mala noticia puesto que el mercado está muy lejos de recuperar los niveles prepandemia. En concreto, las previsiones para 2023 son de 950.000 coches, lo que supone una cifra todavía un 25% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
Hasta el pasado 21 de julio se han matriculado en España un total de 550.160 unidades, lo que supone unas 205.000 unidades menos que antes de la pandemia.
Además, otro aspecto clave para que se forme un nuevo gobierno es que a finales de año caduca el Plan Moves 3. De ahí que si el Gobierno fuera más allá de esta fecha las ayudas a los coches eléctricos podrían peligrar. Y conviene recordar que la demanda de coches eléctricos sigue siendo muy por debajo de la media europea. En concreto, en Europa ronda el 20% mientras que en España está en el 5%.
En este sentido, desde Anfac una vez más "piden al nuevo ejecutivo un modelo de movilidad en el que ciudadanos y empresas puedan elegir libremente un vehículo nuevo sostenible para moverse o ejecutar su actividad; un cambio completo en los planes de estímulo de la demanda para que sean más eficientes y una priorización del despliegue de la recarga, todo ello facilitado por una reforma integral de la fiscalidad vinculada al automóvil".