Bruselas

La Comisión Europea ha propuesto este martes nuevos objetivos obligatorios de reducción de emisiones de CO2 para los vehículos pesados nuevos con el fin de combatir el cambio climático y acelerar la transición energética. Y es que los camiones, los autobuses urbanos y los autobuses de larga distancia son responsables de más del 6% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la UE y de más del 25% de las emisiones del transporte por carretera.

En concreto, Bruselas plantea que todos los autobuses urbanos nuevos sean de cero emisiones a partir de 2030. El Ejecutivo comunitario alega que este tipo de vehículos son "especialmente apropiados" para un cambio más rápido hacia una movilidad sin emisiones debido al modo en que se utilizan, al poder recargarse completamente por la noche y recorrer rutas cortas bien definidas y predecibles.

Corresponderá a los fabricantes decidir qué tecnologías utilizan para alcanzar estos objetivos, por ejemplo, electrificación, pilas de combustible de hidrógeno o hidrógeno en los vehículos de combustión interna.

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Para el resto de vehículos pesados (camiones y autobuses de larga distancia), la Comisión de Ursula von der Leyen plantea una senda gradual de reducción de emisiones, hasta alcanzar un recorte del 90% en 2040 en comparación con los niveles de 2019. Las dos metas volantes son una reducción del 45% a partir de 2030 y del 65% a partir de 2030.

Bruselas sostiene que esta propuesta tendrá un efecto positivo en la transición energética, al reducir la demanda de combustibles fósiles importados y mejorar el ahorro y la eficiencia energéticos en el sector del transporte de la UE. También mejorará la calidad del aire, sobre todo en las ciudades, y la salud de los europeos.

"La UE es líder del mercado en la producción de camiones y autobuses y un marco jurídico común contribuye a asegurar esa posición de cara al futuro. En particular, las normas revisadas son una señal clara y a largo plazo para orientar las inversiones de la industria de la UE hacia tecnologías innovadoras sin emisiones y estimular la creación de infraestructuras de recarga y repostaje", ha dicho el Ejecutivo comunitario en un comunicado.

La Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés) ha criticado las propuestas de Bruselas por poco realistas. "Establecer un objetivo del 100 % para los autobuses urbanos provocará una enorme presión sobre todos los operadores de transporte público para que ajusten sus planes de inversión en consecuencia y para garantizar la infraestructura necesaria de carga/reabastecimiento de combustible", ha dicho en un comunicado.

Esta propuesta podría además fomentar una carrera entre los operadores de transporte público para hacerse con los últimos autobuses de propulsión convencional. En cuanto a los camiones y los autobuses de larga distancia, ACEA denuncia que las carreteras de la UE no disponen de las infraestructuras de recarga necesarias para poder cumplir los nuevos objetivos de reducción de emisiones.