Elon Musk ha confirmado lo que era un secreto a voces: mañana viernes firmará la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares. Una operación que ha anunciado en una carta abierta a los anunciantes de la plataforma en la que asegura que da el paso al frente porque es importante "para el futuro de la humanidad tener un lugar donde se pueda debatir de manera sana".
La misiva la ha colgado de su propio Twitter en el que ya se ha bautizado como 'Jefe tuit' y tras visitar el cuartel general de la plataforma. Musk asegura que "no quiere hacer más dinero" con esta compra, sino que pretende poner orden en ella, de modo que ese debate se lleve a cabo "sin ningún tipo de violencia".
A su juicio, "el riesgo para las plataformas sociales radica en convertirse en cámara de resonancia de la lucha entre izquierda y derecha. Algo que genera más odio y división en nuestra sociedad".
Musk reconoce que su tarea "no va a ser sencilla, y que existe el riesgo de fallar", pero aun así se muestra convencido de que puede dar la vuelta a la situación real de Twitter en este momento. El futuro propietario de Twitter cree que la plataforma no puede ser un "infierno gratuito para todos donde todo se puede decir sin ningún tipo de consecuencias".
En su mensaje pone también las primeras bases de las nuevas reglas que marcarán Twitter en los próximos meses. "Debe ser una plataforma acogedora, donde todo el mundo sea bienvenido, donde puedas elegir vivir tu experiencia deseada acorde a tus preferencias".
Con esta misiva publicada en su cuenta de Twitter, Elon Musk busca aclarar "sus motivos para adquirir Twitter" más allá de "las especulaciones" que se han visto en las últimas semanas.