Si hace pocos días el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, recalcaba la importancia de subirse al tren de la tecnología para seguir desarrollando las diferentes tareas cotidianas de nuestras vidas en pleno South Summit, este lunes el nuevo mundo al que nos dirigimos ha vuelto a sufrir un terremoto.
Esta vez le ha tocado a Google. El imperio que parecía tener todo bajo control. Dice el refranero español que ‘cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar’. Y la tecnológica estaba con la mosca detrás de la oreja tras los últimos escándalos en los que se ha visto inmerso Facebook.
Ahora le ha tocado a la compañía que lidera Sundar Pichai. Y su reputación y prestigio se van a ver dañados por su pequeño talón de Aquiles: Google+. Esta (no) red social -Google quiso desde el principio matizar que no lo era- fue lanzada para intentar aglutinar todos los servicios que ofrece la compañía en una especie de plataforma. A través de ésta, el usuario podría tener a golpe de click información de medios de comunicación a la carta, ver vídeos de YouTube, contactar con 'círculos' mucho antes de la llegada de Podemos, o chatear con los contactos agregados en Hangouts (una especie de Whatsapp).
El proyecto tuvo su fase inicial a finales de 2011 y fue ganando adeptos poco a poco. Dos años después, pese al escepticismo generalizado, decían que le estaba disputando a Facebook el liderazgo por sus casi 500 millones de usuarios.
Google pone la puntilla a su talón de Aquiles
Años después, lo que iba a ser un proyecto destinado a ser un refugio casi diario para los usuarios, hoy echa el cierre. Lo hace tras un fallo de seguridad. Google ha reconocido que más de 500.000 usuarios podrían haberse visto afectados después de que fuese hackeado en 2015.
Ante tal hecho, y mucho tiempo después de que la propia Google conociese el fallo de seguridad, ha decidido ‘matar’ a su red social ‘zombie’. Lo hará en 2019, a sabiendas de que es un proyecto fallido y que no ha cumplido con las expectativas. Lo hará, también, habiendo dejado a la deriva uno de los pocos huevos que no le han salido de color dorado.
No es que no se viese venir. La filial de la tecnológica en Francia fue una de las primeras en desactivar un servicio que estuvo (cuando echó el cierre) más de once meses en desuso, como si de una premonición se tratase. De nada sirvieron los cambios o las modificaciones para hacer más atractiva la estancia al usuario y las ganas para salvar este proyecto.
Forbes ya lo vaticinó
En 2015, Forbes ya publicaba un artículo sobre los motivos que habían causado el fallecimiento de Google+, cuando todavía quedaban años para el cierre. Como en The Walking Dead, la red social de Google ha tenido una primera muerte, con la caída en el olvido, y una segunda, cuando la matriz de Google, Alphabet, ha decidido que no valía la pena correr el riesgo y le ha pegado un hachazo en la cabeza al zombi.
Una de las razones por las que Google+ no sería una red social de éxito, según el informe de Forbes, era el errático comportamiento de Larry Page, antiguo CEO de la compañía. El directivo pretendía bonificar a los empleados en función del éxito de la red social e insistía en convertir a los trabajadores en embajadores de la marca, fomentando el uso entre familiares y amigos.
Otras de las razones por las que la revista daba por muerta a Google+ era, precisamente, uno de los fuertes que quería tener la herramienta: que el usuario tuviese en la plataforma el contenido ordenado. “Las bibliotecas son lugares maravillosos y ordenados, pero no son rentables", zanjaba la publicación.
El argumentario de Forbes no se quedaba ahí y criticaba el desafío lanzado a Facebook. Los expertos consideraban que “rebelarse contra una gigante ya establecida” no era buena idea debido al gran esfuerzo que supone enfrentarse a una red social que generaba usuarios casi sin querer. Por otra parte, los analistas consideraban que no era algo “novedoso”, por lo que el fracaso era más que una opción.
Google tendrá que hacer frente a una crisis hasta ahora desconocida para la gigante estadounidense. Tendrá que hacerlo por culpa de una plataforma que casi estaba desterrada. De momento, Alphabet ya lo paga en Bolsa, mañana no sabremos. Pero tiene a un ‘amigo’ que ya ha pasado por este duro trago: Facebook.
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