Los planes del Gobierno para eliminar, o al menos retocar, las ventajas fiscales de los planes de pensiones individuales para incentivar más los de empleo han sentado como un tiro a la industria. Primero, porque desde el sector consideran que ambos sistemas son complementarios.
Segundo, porque creen que para desarrollar productos de ahorro para las empresas, hace falta algo más que una mejor fiscalidad. Sobre todo teniendo en cuenta que la base del tejido empresarial en España está formada por pymes, con pocos empleados y escasa capacidad de aportación.
De hecho, las gestoras de planes de pensiones ya otorgan a las empresas con menos de 50 o 100 empleados, así como a los autónomos, el tratamiento de ‘individual’ si quieren contratar un producto de ahorro para la jubilación. Eso, o incluyen a las pymes en los denominados planes de pensiones de promoción conjunta.
Prácticamente todas las gestoras ofrecen este tipo de productos que permite a varias pymes adherirse a un mismo plan de pensiones. Son productos que suelen tener menores comisiones que la media del mercado y los gastos de funcionamiento también se reparten entre las distintas entidades integradas.
Sin embargo, sus estrategias de inversión son demasiado genéricas, habitualmente divididas en los perfiles tradicionales (moderado, conservador y dinámico). En este punto es donde las gestoras piden ir un paso más allá para impulsar planes de pensiones por sectores empresariales, que se puedan ajustar más al perfil de determinados clientes.
Diferencias en plena crisis
“No es lo mismo trabajar en un sector más vinculado a la evolución de la economía que en otro que, por ejemplo, no se vea tan afectado por los periodos de crisis”, explican desde una gestora nacional. “Es posible que si hay más división por sectores específicos, se puedan desarrollar estrategias mejor acopladas a los objetivos de los partícipes”, coinciden desde otra entidad.
CaixaBank, por ejemplo, sí comercializa (además de planes de promoción conjunta genéricos) cuatro planes específicos para cuatro sectores distintos: corporaciones locales, trabajadores del comercio de flores y plantas, trabajadores de centros de jardinería y empresas organizadoras del juego del bingo.
“La regulación debe tender a fomentar este tipo de planes por sectores”, coinciden desde varias gestoras independientes consultadas. Así lo consideran también desde las patronales de fondos y planes de pensiones y de los seguros, Inverco y Unespa.
Durante la presentación de un informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) esta semana, la industria en bloque defendió la necesidad de echarle imaginación para crear planes adaptados a segmentos como ‘start-ups’ innovadoras y empresas de base tecnológica, entre otras, en un contexto de mayor impulso a la economía digital como consecuencia de la pandemia.
Planes complementarios
Es cierto que el sector apoya la determinación del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, para impulsar los planes de pensiones de empleo. Pero dejan claro que no debe ser a costa de los planes individuales, como pretende el Ejecutivo.
Para la industria financiera, hay espacio para los dos sistemas. Es más, considera que su ‘convivencia’ es necesaria para complementar la pensión pública en un escenario en el que, según datos de Inverco, el actual sistema voluntario de planes de empleo español cubre escasamente al 10% de los trabajadores.
Desde el IEE también defienden que deben ser sistemas complementarios, sobre todo ante el marco sociolaboral español, que presenta, según indican, varias características que se han de tener muy en cuenta para diseñar cualquier estrategia de extensión de la previsión social complementaria.
Entre otras, el importante papel que representan los autónomos y trabajadores independientes en la ocupación, así como el fuerte componente de trabajadores por cuenta ajena encuadrados en unidades empresariales de tamaño reducido.
Factores a tener en cuenta
“La consideración de estos factores es muy relevante porque estos colectivos tienen más dificultades de acceso a soluciones de esquemas de ahorro conjuntas, como pueden ser los planes de empleo, y, por tanto, dependen, en buena medida, de los sistemas de planes individuales para instrumentar su previsión social complementaria”.
Por este motivo, consideran clave contar también con un sistema específico que tenga en cuenta las variaciones de renta de los autónomos. “De forma complementaria, el impulso de los planes de empleo requeriría la exclusión del cómputo de las bases de cotización a la Seguridad Social, las aportaciones a los sistemas de previsión social y reinstaurar la deducción fiscal en el Impuesto sobre Sociedades para las aportaciones a los mismos”, indican.
Hay que recordar que en 2006 se eliminó una deducción del 10% en Sociedades a estos productos.
Desde el sector también abogan por un sistema obligatorio (o casi), similar al modelo británico, en el que las empresas ofrecen a sus empleados la posibilidad de destinar parte de su salario a un plan de pensiones. Luego, es el propio trabajador quien decide quedarse o no. Desde su implantación, más de 11 millones de trabajadores se han incorporado a un producto que antes no tenían.