Álvaro y Carlos Alepuz en la puerta de La Hermandad Insólito Club.

Álvaro y Carlos Alepuz en la puerta de La Hermandad Insólito Club.

Fondos de inversión

Los hermanos Alepuz crean un club gastronómico en el antiguo Latigazo con su sicav como ‘plato’ principal

Los promotores de la sicav LHIC Valores crean La Hermandad Insólito Club, un club de disfrute a descuento.

Publicada

El antiguo restaurante El Latigazo, en Aravaca y con vistas al Monte del Pardo, entre chalets donde pasa desapercibido, vive una segunda vida. Nuevos inquilinos, nuevo aspecto, nuevos cometidos. Los hermanos Alepuz han recuperado este emblemático espacio para crear un club gastronómico o, como ellos prefieren llamarlo, un club "de disfrute a descuento": La Hermandad Insólito Club.

De origen financiero los Alepuz, uno de los 'platos' principales del club privado es su sicav: LHIC Valores, que hasta hace poco se llamaba Terde Inversiones y también ha sido rebautizada con las siglas del club.

Alojada en Gesalcalá (Creand Asset Management) y con 16 millones de euros en activos bajo gestión, 122 de los 900 socios con los que cuenta el club ya han comprado acciones de la sicav, cuyos accionistas ascienden a 222.

Carlos y Álvaro Alepuz, dentro de La Hermandad Insólito Club.

Carlos y Álvaro Alepuz, dentro de La Hermandad Insólito Club.

Álvaro y Carlos Alepuz son hermanos y siempre han tenido un pie en Madrid y otro en Londres. Álvaro, el mayor, trabajó para Salomon Smith Barney-Citigroup Investment Banking en su departamento de fusiones y adquisiciones de empresas. Carlos, por su parte, hizo lo propio en Deutsche Bank, aunque en el área de deuda. También tienen otros negocios, desde inmobiliario al fitness y la estética.

Pero en 2005 y en 2021 sus vidas vivieron los dos hitos que los han traído hasta aquí. En 2005, Álvaro se convirtió en consejero y asesor en exclusiva de la sicav. Década y media después, en 2021, juntos fundaron La Hermandad Insólito Club, de la cual El Latigazo es la casa club de la hermandad.

Apoyo de grandes marcas

Han firmado la concesión del alquiler por 25 años, con opción a compra durante los cinco primeros, hasta 2028. En el club, pueden degustarse catas de productos gourmet, organizar eventos privados e, incluso, comprar esos productos con descuentos respecto a lo que valen en las tiendas.

Por ahora, ellos han invertido 350.000 euros en la reforma del local, y han logrado el patrocinio de marcas tan reconocidas como Mahou, Varma, Pernod Ricard, Martini-Bacardi o CVNE.

[El futuro de la cocina en manos de ocho jóvenes: estos son los candidatos a Cocinero Revelación]

"Somos como Costco, pero en gourmet. Queremos hacer buenas cosas, para gente buena". Inspirados en las sociedades gastronómicas vascas, "queremos que sea un club exclusivo de productos, pero inclusivo en lo personal, sin significación política o religiosa", puntualiza Álvaro.

A fin de cuentas, es un club de amigos y de recomendaciones. Para que un producto pase el filtro y entre en el club, tiene que lograr al menos un 50% de "insólitos" en una votación. De lo contrario, sería un "next". De las anchoas a los ibéricos, en sus estanterías pueden verse vinos, encurtidos, alubias, conservas, carnes o patatas fritas de lo más selecto.

De pago a partir del socio 1.001

Para poner en marcha el club, los hermanos han contado con la ayuda de Cristina Rodríguez-Pomatta, esposa de Álvaro y con amplia experiencia en marketing en multinacionales como L’Oréal, Estée Lauder y Elizabeth Arden, y de César Alepuz Valverde, primo de ellos y encargado de las reformas necesarias con su empresa Honra2. Todo queda en familia.

Algunos de los socios quieren ir un paso más allá de la gastronomía y es cuando entra en juego el networking. De ahí que más de un centenar se hayan interesado por la sicav. A grandes rasgos, el vehículo está invertido en letras del Tesoro y está corta del mercado, puesto que Álvaro ve una burbuja de valoraciones en Wall Street que "antes o después terminará por explotar".

Como avanza Carlos, cuando La Hermandad Insólito Club llegue a los 1.000 socios, a partir del 1.001 tendrán que pagar una cuota anual de 30 euros para disfrutar de descuentos del 10% en todo. Hasta entonces, el club es de entrada gratuita. Con todo, como remarca el menor de los hermanos, los únicos ingredientes imprescindibles para disfrutar al máximo de la experiencia son "transparencia y confianza".