De la renuncia de Mazo a la de Espelosín: el ‘hub’ de fondos de autor de Abante agoniza
Alberto Espelosín renuncia a la gestión del Abante Pangea tras sus malos resultados en la última década.
Juan Manuel Mazo, Juan Martínez y Armando Cuesta, y ahora Alberto Espelosín. El hub de fondos de autor que Abante puso de moda en España allá por 2011 agoniza. Espelosín es el último de sus gestores que ha renunciado al fondo que comandaba tras años de malos resultados.
Que la plataforma de gestores independientes de Abante se desmorone no hace otra cosa que poner en tela de juicio el propio concepto de ‘fondo de autor’ que la compañía de asesoramiento financiero acuñó y otros competidores le han copiado.
Un término que, años más tarde, tras los movimientos de Francisco García Paramés, Álvaro Guzmán de Lázaro, Fernando Bernad, Iván Martín o Firmino Morgado, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) obligó a introducir en los folletos de los fondos de inversión cuyo desempeño estuviera estrechamente ligado a la conducción de un gestor concreto. Era 2015 y se refería a un “autor” en contraposición a un equipo de gestores colectivo y multidisciplinar.
Espelosín ha dicho adiós a Abante y su decisión ya se ha comunicado a los inversores. Y curiosamente lo ha hecho en el segundo mejor año de los nueve ejercicios que ha estado al frente, ya que en un 2022 tan desastroso para los mercados de acciones y bonos el Abante Pangea sube un 10,6%, sólo superado por el 11,4% del 2016.
Pero los mercados son soberanos y no perdonan. En estos nueve años, Espelosín -que había llegado con la vitola de Ibercaja- apenas ha logrado terminar con números verdes en tres de ellos: 2015, 2016 y este 2022. Ni en los años de bonanza bursátil consiguió redimirse. Tanto es así que su rentabilidad anualizada en el último lustro ha sido del -3,40%.
Fondos de fondos globales
Un duro castigo año a año para los inversores de un fondo que se presuponía activo y de calidad. Pero el estilo de Espelosín y su convencimiento le ha ido pasando una mala jugada tras otra. Su vehículo jugaba al retorno absoluto con una estrategia mixta flexible de bolsa, bonos y liquidez. Durante muchos años se obstinó en que los mercados estaban en burbuja y debían corregir.
No le faltaba razón, pero los mercados han acabado dándosela tarde y a destiempo, cuando el fondo apenas contaba con nueve millones de euros de patrimonio, frente a los más de 100 millones que atesoraba en 2014. Como ha adelantado ‘Cinco Días’ y ha podido confirmar EL ESPAÑOL-Invertia, el equipo de Abante Asesores Gestión tomará las riendas.
Se presupone que el fondo virará hacia lo que mejor sabe hacer Abante, que son los fondos de fondos globales que lideran Joaquín Casasús, Ángel Olea y Marta Campello. Así ha pasado recientemente con el Abante Biotech, cuyos gestores separaron sus caminos en 2020 tras haberse unido en 2018. Hoy Juan Martínez es responsable del Acci Ilana Healthcare y Armando Cuesta ha lanzado el fondo de fondos de capital riesgo Korion Life Sciences junto a la familia Domenech y Adolfo Carvajal.
La renuncia de Espelosín recuerda -y mucho- a la salida de Juan Manuel Mazo a finales de 2015, cuando se apartó del Abante Maral Macro porque, con los tipos de interés cero, le era muy complicado llevar a cabo la estrategia que se había propuesto para el fondo.
En la actualidad, a Abante solamente le quedan dos gestores de autor de aquella terna inicial de cuatro con la que arrancó su plataforma independiente: José Ramón Iturriaga (Abante Okavango Delta) y Josep Prats (Abante European Quality). A estos hay que sumarles al astrofísico Narciso Benítez, que se unió en 2017 con el Abante Quant Value Small Caps, siendo la mitad los fondos que resisten de los seis que llegó a ofertar la plataforma. Los focos y la presión apuntan hacia ellos.