La Puerta de la Armonía Suprema, en la Ciudad Prohibida (Pekín).

La Puerta de la Armonía Suprema, en la Ciudad Prohibida (Pekín). Sabel Blanco, Pexels.

Fondos de inversión

La previsión de un dólar más débil devuelve la confianza de los inversores hacia los países emergentes

Las grandes gestoras se vuelcan con Latinoamérica en el caso de los bonos y con Asia en la bolsa, donde se espera el resurgimiento de China.

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La previsión de un dólar más débil o, mejor dicho, de un dólar menos fuerte de lo que está ahora ha devuelto la confianza de los inversores para con los mercados emergentes en 2023. Sobre todo en renta variable, pero también en renta fija.

Edmond de Rothschild Asset Management muestra el sentir generalizado de las grandes gestoras de fondos: “Mantenemos nuestra postura neutral sobre la renta variable, sin dejar de vigilar el riesgo de recesión en los países desarrollados”. Y para beneficiarse de la estabilización de la normalización monetaria y de la probabilidad de que el dólar alcance su punto máximo, “preferimos las zonas de países emergentes a Europa y Japón”.

La semana pasada, el director de Estrategia Global de BBVA Asset Management, Joaquín García Huerga, estableció lo que puede ser la referencia del dólar en el próximo año. En su intercambio con el billete ‘verde’, el euro “tiene cierto margen de apreciación frente al dólar, por lo menos hasta la zona de 1,10”. Y es aquí donde los emergentes también salen beneficiados.

Según la última encuesta sobre asignación de activos de MFS Investment Management, un 57% de los consultados considera que las acciones de los mercados emergentes se encuentran infravaloradas. Y el 42% responde que la deuda de los países en desarrollo brinda la oportunidad de obtener rentabilidades más elevadas.

En función del activo donde se mire, la inversión en emergentes podría variar de una región a otra. Por ejemplo, Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management, prefiere Latinoamérica para los bonos y Asia para la bolsa.

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En renta fija tienen preferencia por los bonos latinoamericanos, dado que iniciaron antes el ajuste monetario, presentan altas rentabilidades a vencimiento y es probable la debilidad del dólar.

“El dólar está sobrevalorado entre un 20% y un 40% en relación con algunos mercados emergentes, cerca de sus niveles más caros de la historia en conjunto, y América Latina tiende a ser el principal beneficiario de su debilidad, que esperamos el año que viene. Pero queremos centrarnos en los mercados más grandes, básicamente, Brasil y México”, puntualiza Paolini.

En Brasil, aunque “existen riesgos”, los bonos cotizan con una rentabilidad real a vencimiento del 10%. Y hay que tener en cuenta la previsible rentabilidad adicional proporcionada por la revalorización de la moneda local, en este caso el real brasileño o lo que podría ocurrirle al peso mexicano.

En cambio, en los parqués bursátiles prefieren adentrarse en Asia, donde “la inflación es baja y el crecimiento aumenta. Además”, subraya el estratega de Pictet, “prevemos un impulso de China”.

El gestor español más laureado, Francisco García Paramés, tiene un 10% de su cartera internacional invertida en la región asiática, la cual “aporta diversificación y tiene un potencial de tres dígitos”.

Su brazo ejecutor en Shanghái, Mingkun Chan, lleva el dinero de Cobas Asset Management hacia empresas de Corea del Sur y Japón, aunque este último país está considerado como desarrollado y no como emergente.

El resurgimiento del gigante

“China será uno de los pocos países en los que el crecimiento económico en 2023 será mejor que en 2022”, se muestra convencido Kevin Thozet, miembro del comité de Inversiones de Carmignac.

El economista jefe de Carmignac, Raphaël Gallardo, considera con respecto al gigante asiático que “es demasiado pronto para poner fin a la política de Covid cero, pero se evita un aterrizaje forzoso gracias a un doble pivote en las políticas monetaria y diplomática”. Las autoridades chinas han acordado relajar las condiciones de liquidez e, igualmente, han iniciado una relajación de las tensiones con Estados Unidos. “Esto es un buen augurio para una vuelta gradual a la vitalidad económica en el país”, avanza Gallardo.

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Tras uno de los peores años de su historia reciente, Mali Chivakul, estratega de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM, espera que China se recupere de la crisis inmobiliaria y abandone gradualmente la política de Covid cero en 2023.

Esta gestora estima que el crecimiento del PIB del gigante asiático mejore del 3,2% en 2022 al 4,4% y al 4,2% en 2023-24, “a medida que China se reabra gradualmente a partir de mediados de 2023 y que se eleve el consumo y la actividad de los servicios en la segunda mitad de 2023”.

Si bien el gobierno chino ya ha señalado que está empezando a relajar algunas restricciones, el repunte estacional de los casos de Covid-19 en el invierno probablemente conlleve más confinamientos e interrupciones de la actividad a corto plazo. “Como condición previa para una reapertura exitosa, el gobierno tendrá que empezar a derivar sus recursos destinados a los tests hacia la vacunación de refuerzo y el gasto en instalaciones sanitarias”, apunta Chivakul.