El inversor estadounidense Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates.

El inversor estadounidense Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates. Europa Press

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La clave del éxito de Ray Dalio tras su retiro de Bridgewater: buscar a los más inteligentes aunque le llevaran la contraria

El multimillonario vivió un episodio traumático que marcó su vida tanto en lo personal como en lo profesional.

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Ray Dalio, el fundador de Bridgewater allá por 1975, ‘cuelga las botas’. Con 73 años, y 47 al pie del cañón, ha dado el paso a un lado: ha renunciado al control del mayor hedge fund del mundo con 151.000 millones de dólares en activos bajo gestión.

Un hombre hecho a sí mismo, que llevaba sangre emprendedora, y cuya fortuna, según Forbes, es de 22.000 millones de dólares. El Bill Gates de las finanzas arrancó su aventura empresarial no desde un garaje, pero sí desde un pequeño apartamento en Nueva York.

Antes, a la temprana edad de 12 años, ya dejaba entrever que tenía tablas para manejar el dinero. Trabajó como caddy en los campos de golf llevando la bolsa de los palos. Y, por ello, cobraba seis dólares. Incluso, cuando iba a la peluquería, hablaba sobre acciones con su peluquero. Luego, su padre le presentó a un corredor de bolsa y compró sus primeras acciones.

Trauma

Ray Dalio hizo carrera. No sin obstáculos. Y la revista Time le incluyó entre el centenar de personas más influyentes del mundo. Forbes, por su parte, hizo lo propio entre los más ricos. ¿Cuál fue la clave de su éxito?

En España hay una frase recurrente: de los errores se aprende. Y Ray Dalio se pegó el gran batacazo allá por 1981. Tuvo que despedir a los ocho trabajadores que estaban bajo su batuta, quedándose en la ruina. Se levantó gracias a que su padre le prestó 4.000 dólares.

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“Ese error se me quedó en la mente porque, fue tan doloroso, que cambió mi forma de pensar”, me confesó en una entrevista realizada antes de la pandemia. “Fue muy doloroso pero, a la par, fue una de las mejores cosas que me han pasado porque cambió mi proyecto”.

Por aquel entonces, se hizo una pregunta: ¿Cómo sé que tengo razón? Y la respuesta que encontró fue la siguiente: “Tenía que encontrar a la gente más inteligente que pudiera, aunque no estuviese de acuerdo conmigo, y entender su razonamiento”.

Fórmula mágica

A partir de entonces se volvió más humilde. Una experiencia traumática que también “me hizo saber cómo lidiar conmigo mismo para ser mejor. Cambió mi perspectiva porque cualquier éxito que consiga tiene que ver más porque sé cómo lidiar conmigo mismo, no por saber algo que ya sé. Esta perspectiva salió de esa experiencia tan dolorosa”.

De ella brotó una fórmula que, desde entonces, aplicó a rajatabla: dolor más reflexión es igual a progreso. “Si uno usa el dolor como un signo, debería desanimarse y reflexionar sobre lo que haría diferente en el futuro y establecer un buen principio para mejorar y hacer las cosas mejor más adelante”, subrayó en aquel encuentro.

Aprendizaje

De esta manera, se produce progreso. “Creo que el dolor es nuestro aprendizaje más determinante. Y uno se acostumbra a eso. La psicología cambia porque el dolor es como un rompecabezas. El rompecabezas es lo que hace diferente el futuro”, resaltó. Y añadió: “Si no puedes resolver ese rompecabezas, obtienes un atasco. Y ese atasco es un principio que te hace mejor en el futuro”.

El fundador de Bridgewater está convencido de que vivimos en una sociedad donde no hay principios. “Hay principios que provienen de la enseñanza, o de la religión. Pero las personas no piensan en conseguir sus propios principios. Para un individuo es muy importante articularlos y así poder identificar cuáles son los que tienen en común con los demás y cuáles son los divergentes”, subrayó.

Ray Dalio, fundador de Bridgewater, durante una ponencia en 2021.

Ray Dalio, fundador de Bridgewater, durante una ponencia en 2021. Brendan McDermid Reuters

Ante alguien que ha hecho de la inversión su modo de vida, y que ha asesorado a algunas de las personas más ricas del mundo, la pregunta era evidente: ¿Cuál es el mayor error de las personas al invertir? “Creer que son unos buenos inversores y pensar que los mercados que tuvieron buenos resultados son buenas inversiones, en lugar de más costosos. Ese es el error más común”, fue su respuesta.

Ahora Ray Dalio comienza lo que se viene a denominar como una nueva vida. Eso sí, permanecerá en la junta de Bridgewater y no se olvidará de sus inversiones.