La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a su salida de una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a su salida de una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Europa Press.

Fondos de inversión

Luxemburgo, Alemania, Suiza o Irlanda: así será el éxodo de los millonarios para eludir el impuesto de Montero

Algunos asesores confían en que, si el nuevo gravamen sale adelante, pueda revertirse con una hipotética victoria electoral de Feijóo en 2023.

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El dinero es miedoso y los ricos también lloran. El impuesto a las grandes fortunas que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha anunciado con carácter temporal y que entrará en vigor el 1 de enero de 2023 ya ha provocado un primer impulso de consultas por parte de los millonarios a sus asesores financieros. Se da por hecho que muchos deslocalizarán su dinero en Luxemburgo, Suiza, Alemania o Irlanda.

Aunque el Gobierno todavía no ha proporcionado más detalles de la futura tasa, cuyo planteamiento se rige por el mismo espíritu ‘anticrisis’ que el gravamen a los bancos y las energéticas, el nerviosismo ya se ha apoderado de los altos patrimonios españoles.

La impresión que le da a un fiscalista de la banca de inversión consultado por EL ESPAÑOL-Invertia es que “posiblemente se cree una nueva figura tributaria, más ágil en su tramitación parlamentaria, y que no ofrezca ninguna posibilidad de planificación fiscal como ahora nos ofrece el Impuesto sobre el Patrimonio”. “Pero todo esto son suposiciones”, reconoce este experto.

[España perdió 17.000 grandes fortunas el último año, pero serán un 25% más en 2026]

El primer calificativo sobre la medida que se les ocurre a los gestores patrimoniales es “populismo del barato”. “Huele a guerra para hacer ruido por las deflactaciones autonómicas y la supresión de Patrimonio en Andalucía”, señala un banquero privado que, como la gran mayoría de expertos consultados para este artículo, prefiere mantenerse en el anonimato.

Populista o no, de llevarse a cabo finalmente “es un impuesto del que, si te quieres librar, te tienes que ir”, reconoce el banquero anterior.

Feijóo, la esperanza

En situaciones así, Guillermo Santos, socio de iCapital, desaconseja a sus clientes movilizar su dinero fuera de España: “Es complejo y siempre existe un riesgo fiscal”. No obstante, “es entendible que haya reacciones virulentas por parte de gente con grandes patrimonios”.

Su esperanza, como la de otros tantos, pasa por una victoria de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones generales del próximo año. “Si se implementa en 2023 y el PP gana las elecciones, lo quitará retroactivamente”, confía Santos.

Para el fiscalista arriba citado, “el verdadero debate y la mejor solución sería abordar la norma de financiación de las comunidades autónomas, fijando unos criterios únicos y así eliminar las desigualdades entre los diferentes territorios”. Pero eso está a años luz en términos políticos.

La foto que prima en estos primeros compases la describe el responsable de una banca privada internacional presente en nuestro país. “Resulta lógico que, en una Europa sin fronteras, podría haber deslocalizaciones como pasó con las sicavs”, y añade con respecto al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos que, “desde luego, están haciendo lo contrario a lo que deberían hacer, que es atraer a las grandes fortunas, por ejemplo, de Latinoamérica a España”.

Los recovecos europeos

Por si las moscas, los ricos ya articulan posibles vías de escape dentro de la propia Europa. La más fácil y rápida es Luxemburgo. El Gran Ducado tiene un régimen fiscal laxo para los inversores y su ‘pasaporte europeo’ es muy valorado por las grandes fortunas. Las sicavs luxemburguesas son homologables al fondo de inversión español más básico.

Los vendedores de seguros unit linked de Luxemburgo también se frotan las manos. En 2020, cuando con motivo de la pandemia Pablo Iglesias amenazó en un tuit con que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”, citando el artículo 128 de la Constitución Española, las primas a estos seguros de vida se dispararon.

Un cartel turístico de Luxemburgo.

Un cartel turístico de Luxemburgo. Cedric Letsch, Unsplash.

La incertidumbre política es amiga de los vehículos financieros del extranjero. Los unit linked del Gran Ducado captaron ese año más de 1.100 millones de euros, cifra récord desde 2012, una cantidad que en 2021 se redujo un 62%. Y ahora vuelven a posicionarse como alternativa.

En los corrillos financieros también se habla de Suiza, que, “si bien no pertenece a la Unión Europea, es un país muy seguro a nivel jurídico”, recuerda el jefe de la banca privada internacional mencionado anteriormente. Otra escapatoria es Irlanda. Su capital, Dublín, ha ganado enteros tras el Brexit bajando impuestos para atraer multinacionales y grandes inversores, al estilo de Luxemburgo.

Ricos y no tan ricos

Precisamente en 2020, cuando Iglesias calentó el ambiente, a muchos millonarios que trabajaban con bancos germanos o de otra nacionalidad que custodian sus activos en Fráncfort, se les ofreció la posibilidad de llevar sus capitales a cuentas en Alemania. Allí el esquema de protección de depósitos es más amplio que el español. La situación podría repetirse.

Con todo, hay que diferenciar a las grandes fortunas a las que quiere tocar el Ejecutivo de los ciudadanos con ahorros elevados. Algunos banqueros que manejan clientes de rentas altas sin llegar a millonarios son conscientes de que sus clientes no tienen capacidad para sumarse al éxodo de los ricos: “Se enfurecerían, pero tocaría aguantar”.

El consejero delegado de Banca March, José Luis Acea, se expresó ayer sobre el impuesto de Montero: “Esperamos a que se convierta en realidad y, si es así, lo asumimos. Nuestra posición es ser muy prudentes. Siempre hemos sido respetuosos con todo lo que ha venido desde el punto de vista legislativo y así seguimos”.

A falta de la letra pequeña del gravamen, Santos, de iCapital, se teme que el impuesto podría cargarse sobre el efectivo, las inversiones líquidas y las propiedades inmobiliarias de las grandes fortunas, exceptuando la empresa familiar. Pronto saldremos de dudas.