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La paridad del euro con el dólar “continuará en los próximos meses”. Esa es la previsión de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, que reconoce que “no esperamos que los factores que han impulsado la paridad -el sentimiento de aversión al riesgo, el temor a la recesión y la divergencia en política monetaria de la Fed con el BCE- vayan a disiparse”.

En opinión de Javier García-Díaz, responsable de Ventas de BlackRock para Iberia, un euro débil tiene consecuencias positivas y negativas. “La implicación favorable es que el menor valor del euro apoya a índices europeos más orientados a la exportación, como el DAX alemán, aunque cualquier efecto positivo de un euro debilitado se verá reducido por las presiones en márgenes de las empresas y el debilitamiento de la demanda entre los consumidores”, ha contrapuesto en una presentación ante la prensa con las recomendaciones de inversión del grupo para el segundo semestre.

La divisa comunitaria alcanzó la paridad con la moneda estadounidense hace dos días, la primera vez en 20 años, y su cambio podría verse abocado a los 0,95 dólares si la crisis energética desata una recesión económica en la eurozona.

En líneas generales, en BlackRock continúan “constructivos con la renta variable a largo plazo, en sentido estratégico, pero no tanto a corto plazo, en el plano táctico”.

[BlackRock advierte que no invertirá más en bolsa durante estos meses por las caídas]

La imagen de crecimiento e inflación que dibuja la firma es similar a la de los primeros compases de los años 80, y a futuro sigue apostando por las temáticas de la transición energética -“los mercados no han recogido en precio todo lo relativo a ella”- y los activos no cotizados como fuente de descorrelación y rentabilidad extra en cartera.

Fuera de la bolsa

El razonamiento de García-Díaz para justificar la infraponderación de BlackRock en las acciones de mercados desarrollados en los próximos seis a 12 meses se basa en tres indicadores: “El riesgo cada vez mayor de que la Fed se pase de frenada endureciendo su política monetaria; que el crecimiento económico se vea impactado; así como un consenso muy optimista en torno a los beneficios empresariales, donde los impactos laborales apenas se están teniendo en cuenta”.

Por eso, en los próximos meses BlackRock va a centrar sus carteras en los bonos públicos británicos, los Gilts, ya que “el Banco de Inglaterra se está volviendo más acomodaticio al prestar más atención a la derivada del crecimiento, además de a la propia inflación, que otros bancos centrales”.

También se volcará con los bonos ligados a la inflación, para aprovechar el alza de los precios, y con los bonos corporativos de más calidad. “Los impagos están en mínimos de 2004. En 2021, solamente 1.000 compañías se declararon en default en Estados Unidos, frente a las 2.000 que lo hicieron en 2020”, el año de la Covid, como ha recordado el ejecutivo de BlackRock.