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En pocos años, el tradicional binomio rentabilidad-riesgo que se utilizaba para medir si una inversión era buena o había que descartarla ha dado paso a un trinomio: rentabilidad-riesgo-sostenibilidad. La inversión sostenible, aquella que aplica criterios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG), ha ganado la partida tras la Covid y gracias al empuje de la Unión Europea. España está empezando a adaptarse y, sin embargo, en Francia van varios pasos por delante. Tanto que en La Financière de l’Echiquier (del grupo Primonial) ya han evolucionado la ASG a una cuarta fase: la biodiversidad.

Muy brevemente, la biodiversidad es la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otros, los ecosistemas terrestres y marinos y otros sistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman parte. Comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas.

La biodiversidad abarca, por tanto, la enorme variedad de formas mediante las que se organiza la vida: humanos, animales, plantas, bacterias… Así hasta los ecosistemas de los que forman parte o los genes que hacen a cada especie.

Un leopardo en África. CHUTTERSNAP, Unsplash.

La gestora La Financière de l’Echiquier quiere ser pionera en este campo, protegiendo la biodiversidad. La semana pasada organizó en París el primer 'Encuentro del Clima y la Biodiversidad', al que asistieron empresas cotizadas, clientes de sus fondos de inversión, expertos científicos y varios medios de comunicación europeos, entre ellos EL ESPAÑOL-Invertia.

Durante los dos días que duró el citado encuentro, se lanzaron varios mensajes interesantes, dirigidos a promover el debate en el seno de las firmas de inversión y las empresas. En primer lugar, acerca de la taxonomía europea sobre finanzas sostenibles. Los expertos de l’Echiquier aseveraron que “tenemos que seguir haciendo esfuerzos en sostenibilidad, la metodología no está terminada, aún está en revisión y definición”.

Energía nuclear, no

La gestora gala, que en el verano de 2019 ya fue una de las primeras en rendir cuentas de los logros que había conseguido su fondo sostenible Echiquier Positive Impact Europe, prepara para 2022 su primer informe climático en sentido amplio, abarcando toda su gama. Y, gradualmente, incluirán los indicadores climáticos en sus fondos.

De momento, ya han tomado varias decisiones que no tienen vuelta atrás: “El carbón queda excluido de nuestras inversiones, no pertenece a la transición energética”. Y con respecto a la polémica energía nuclear, que Francia defiende y que la Comisión Europea ha definido como ‘verde’ hace varias semanas por la escalada del precio de la luz en Europa, se desmarcan de las instituciones europeas.

Para Coline Pavot, responsable de Investigación sobre Inversión Responsable de l’Echiquier, lo de la energía nuclear “ha sido una decisión política y económica de la Comisión, es una pena, porque no iba acompañada de datos científicos. Y nosotros todo lo que no lleve datos científicos profundos, lo rechazamos. No tenemos nada de energía nuclear ni centrales en nuestros fondos”, sostuvo.

Coline Pavot, responsable de Investigación sobre IR de LFDE.

Preguntada por España, Pavot reconoce que nuestro país va más atrasado que Francia o los países nórdicos en términos de inversión sostenible. No obstante, lanza un mensaje de optimismo: “Tranquilos, en España también llegará a hablarse de biodiversidad, que es la forma más avanzada de sostenibilidad. En Francia, llevamos más de una década haciendo inversión socialmente responsable, es lógico que estemos más avanzados”.

España tiene deberes... y buenos ejemplos

“España tiene que acelerar su proceso de adopción de inversiones sostenibles, hacerlo en menos tiempo. Pero lo bueno es que tiene mucha energía renovable (solar, eólica, etc) para fomentar ese debate”, una posición que también comparte su compañero Luc Olivier, gestor del fondo de impacto.

Una de las empresas analizadas en la conferencia fue la finlandesa de refino Neste, por su transición hacia el diésel de fuentes renovables. Creado a partir de materias primas totalmente renovables como los aceites de cocina usados, este diésel renovable reduce hasta el 90% las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto al diésel clásico en el transporte por carretera y hasta el 80% en el transporte aéreo.

La española Vidrala también tiene un hueco en sus carteras. Mathieu Barbara, gestor del equipo de renta variable europea, destaca de la alavesa -invertida en el fondo Echiquier Agenor SRI Mid Cap Europe- que está “del lado bueno” de la transición energética, además de tener una posición competitiva líder, “un gran equipo gestor” y una valoración creciente. La de Llodio, que fabrica y vende envases de vidrio para la industria alimentaria, “se está beneficiando de la reducción en el uso de plásticos para embotellar (vino, agua, salsas, aceites, etc) a favor del vidrio”.

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