El lento (y quizá irreversible) declive de los fondos del Ibex
Se han esfumado dos tercios del dinero desde máximos y se han cerrado fondos por las malas rentabilidades. Toca mirar a las bolsas del extranjero.
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Los fondos de bolsa española están en declive. El Ibex pierde fuelle, siempre a la zaga de los parqués europeos. Y puede que su desconexión con los inversores sea ya irreversible. Un cúmulo de factores agrava su continuado descenso, desde los malos resultados hasta la mayor educación financiera de los ahorradores locales, que cada vez miran más a las bolsas con un enfoque mundial.
Los síntomas de agotamiento llevan viéndose desde 2019, cuando los fondos que invierten en Ibex 35, Mercado Continuo y las pequeñas y medianas capitalizadas empezaron a perder patrimonio a un ritmo vertiginoso. Cerraron el año 2018 con 6.260 millones de euros, y hoy gestionan poco más de 3.525 millones. Se ha esfumado prácticamente la mitad del dinero.
Peor es la comparación si se hace con su máximo histórico, registrado en 2006, momento en el que estos fondos de inversión llegaron a aglutinar casi 10.720 millones, según Inverco. Desde ese pico de esplendor, se han volatilizado dos tercios del ahorro confiado a los gestores especialistas del Ibex.
Las gestoras han tomado nota. Conscientes de que, muy posiblemente, sea una batalla perdida, ya han empezado a quitarse de en medio estos productos.
Francisco García Paramés ha cerrado su fondo de acciones ibéricas en Luxemburgo por falta de demanda de los inversores internacionales. El gurú lo ha fusionado con el Cobas Large Cap Fund, expuesto a grandes compañías de todo el mundo. No obstante, mantiene la versión original en España para los clientes que aún tengan esperanza en su remontada.
Imantia Capital es otra de las firmas que han reculado. Ha iniciado el proceso de fusión por absorción no solo de su fondo de bolsa española y portuguesa, también del de acciones europeas, por el fondo temático Imantia Futuro Healthy.
Algunas más también han dando pasos similares. Desde 2007, se han cerrado 26 fondos de renta variable española -con domicilio en España, sin contar algunos sueltos registrados en el extranjero-, hasta los 100 actuales.
Incluso, algunos gestores de referencia han tenido que dar un giro a sus carreras, como Alfonso de Gregorio y Lola Jaquotot, que en su fichaje por Finaccess Value han ampliado su campo de actuación desde la bolsa española hasta los parqués internacionales y la selección de fondos.
En estos momentos, 401.331 inversores en España tienen fondos del Ibex, lo que representa un 2,7% de los partícipes totales en fondos españoles, que ascienden a 14,8 millones, con datos de la patronal de las gestoras.
Malas rentabilidades
Hasta septiembre, los fondos de renta variable española subían un 11,88%, frente al 4,40% del promedio del sector en lo que llevamos de ejercicio.
Si se anualizan los rendimientos, a tres años han dado un -0,93%, lastrados por la crisis de la Covid-19; a cinco años, un 3,04%; en una década, un 4,84%, y en los últimos 25 años, el plazo más largo, su rentabilidad año a año ha sido del 5,19%.
Este año, el primer puesto del ranking se lo disputan Cobas Iberia, de Paramés, y Horos Value Iberia, de Javier Ruiz, Alejandro Martín y Miguel Rodríguez, ambos con un alza en torno al 25%, según Morningstar. Pero quizá sean de las pocas excepciones que confirman la regla.
Miguel Camiña, consejero delegado del asesor financiero digital Micappital, reconoce que no recomiendan a sus clientes fondos de bolsa española por varias razones: “La primera, por diversificación. Un inversor español ya está suficientemente expuesto a la evolución de España con su trabajo, su casa y la economía familiar como para que también sus inversiones estén en España. Por otro lado, creemos que hay muchas oportunidades fuera de España que podemos aprovechar”.
Lo cierto es que las rentabilidades, que es lo primero que mira un ahorrador que quiere invertir, echan para atrás. De acuerdo con el informe SPIVA que elabora S&P Dow Jones Indices, en la primera mitad de 2021, únicamente el 48,24% de los fondos de bolsa española han batido al índice de referencia, en este caso el S&P Spain BMI. O, dicho al revés, el 51,76% de los fondos que invierten en el universo Ibex están siendo barridos por el índice, lo que da argumentos a la gestión indexada o pasiva.
A diez años, la foto que muestra SPIVA es demoledora. Solo el 17,39% de los fondos de acciones ibéricas lo hicieron mejor que el índice. Quiere decir que el 82,61% son malos fondos y no aportan valor a los clientes.
Menor atracción
El desánimo se nota en las presentaciones de perspectivas de inversión y estrategia de mercado. Hace unos pocos años, la primera pregunta de analistas y periodistas siempre era en qué valores españoles estaba invertida la firma en cuestión, en cuáles recomendaba entrar y a quiénes había que evitar.
También pronósticos del selectivo bursátil, el Ibex 35. De hecho, los economistas jefe, estrategas, gestores de fondos y analistas de bolsa siempre llevaban preparada una diapositiva específica del mercado español o hacían un aparte.
Pero las reuniones de ahora distan mucho de ese clima. Apenas hay preguntas sobre acciones españolas, salvo casos muy concretos, y los gestores las esquivan cuando las hay con un mantra muy repetido: “La bolsa española da para lo que da, el Ibex 35 está sesgado a bancos y eléctricas, nos faltan tecnológicas e innovación. Un inversor debe mirar fuera y tener su cartera en Estados Unidos, en los emergentes, en megatendencias, etc”.
“Si la bolsa española en los últimos diez años no ha generado casi rentabilidad, mientras que el resto del mundo ha tenido un comportamiento muy bueno, es normal que las propias gestoras, en su afán por vender productos con buen comportamiento histórico, muestren antes sus fondos internacionales”, explica Camiña, de Micappital. Además, “los inversores también se fijan más en los mercados donde ha habido más rentabilidad”.
Otra de las razones es el aumento de fondos internacionales contratables desde España. “Lo que antes era casi exclusivo de clientes de banca privada, ahora es de fácil acceso para cualquier inversor independientemente de su patrimonio”. Por último, este asesor cree que hay una evolución en la educación financiera en España, que “mira más allá de nuestras fronteras a la hora de invertir sus ahorros”.
La pregunta clave
Todo parece indicar que el declive de los fondos de bolsa española no tiene remedio. A no ser que el Ibex se ponga las pilas en un breve espacio de tiempo. A juicio de Camiña, “no es irreversible, pero nunca vamos a volver a la situación de hace 20 años, donde los españoles tenían todas sus inversiones en acciones o fondos de bolsa española”.
Según prevé, “va a depender en gran medida de la evolución del Ibex y de si somos capaces de regenerar el índice con nuevas empresas de gran crecimiento que lo actualicen como pasa en otros mercados”.