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La inflación ha vuelto, pero no para quedarse. El aumento de los precios en Estados Unidos (3,6%-4,2% interanual) está tirando de este indicador económico en otras regiones, caso de Europa (el Euríbor sube, aunque sigue en terreno negativo), si bien muchos expertos tildan este movimiento de “puntual” y, sobre todo, de “insuficiente” para los viejos estándares de los bancos centrales. Así las cosas, ¿cómo invertir en este nuevo escenario intermedio? Algunas gestoras y bancos privados intentan dar respuesta a esta cuestión.

“Los bancos centrales esgrimen que [la inflación] es un problema temporal de abastecimiento de chips, materias primas, etc., debido a la reapertura post-Covid. En nuestro caso, hace tiempo que esperábamos que hubiera un repunte de la inflación, por eso nuestras carteras han venido teniendo activos como el oro o bonos ligados a la inflación. Pero siendo un movimiento relevante, no va a modificar la evolución futura de los mercados financieros”, prevé Ángel Borrego, director de Inversiones y Responsable de ISR e Inversión de Impacto para España en BNP Paribas Wealth Management.

El banco privado de origen galo considera que esta subida del precio de la vida “no es un riesgo estructural que nos vaya a hacer cambiar el posicionamiento, es más bien un riesgo temporal”.

Aunque los mercados de renta variable llevan un mes en movimiento lateral, Borrego sigue confiando en que, “a futuro, hay recorrido para la bolsa”. Las acciones se mantienen en primera línea de sus apuestas.

Su estimación es que en la segunda mitad del año se debería volver a ver un rápido aumento del consumo y la inversión en Europa como ya se vio el año pasado en cuanto se levantó el confinamiento. En esta ocasión, fruto del acelerón de los gobiernos en el ritmo de vacunación de la población.

La vacuna de Pfizer.

Pero el regreso aún tímido de la inflación tiene otras explicaciones de calado más allá de la pandemia. “Los tipos de interés a largo plazo parecen haber encontrado su suelo y las fuerzas deflacionarias que observamos desde mediados de los 80 gracias a la globalización, la optimización de los costes y, sobre todo, la inclusión de China en la Organización Mundial del Comercio en 2001, pueden haberse agotado”, teoriza Thomas Friedberger, consejero delegado y codirector de Inversiones de Tikehau Investment Management.

En palabras de la gestora francesa, “menor globalización y una tendencia demográfica fuerte devolverán ciertos niveles de inflación”. Y esto tiene que ver más con la guerra comercial que vivieron EEUU, China y la Unión Europea, rebajada en tono con la presidencia de Biden pero todavía latente, o con el crecimiento de la población en Asia.

Financiar la economía real

Como en todas las crisis, tras el coronavirus se han erigido los sectores vencedores: salud, tecnología, transición energética, digitalización, educación o logística. Otros sectores de la economía que han sufrido con más virulencia la Covid han expandido en menor media sus múltiplos y continúan generando oportunidades para los gestores. “Para estos sectores, creemos que hay tendencias positivas como la conversión de deuda en acciones o la reconversión de determinados activos”, señala Friedberger.

Uno de los caminos que más está explorando Tikehau, al igual que otras muchas firmas de inversión, es el de los activos alternativos no cotizados. “Proveer de capital a largo plazo, estable y paciente y financiar compañías del mid-market es clave para el desarrollo económico. En Europa, este tipo de empresas representan un tercio de todos los empleos y el valor añadido de la región”, destaca su responsable, para quien financiar la economía real con capital riesgo y deuda privada, sobre todo, es fundamental para lograrlo.

Infraestructuras

El aspecto positivo de los activos no cotizados es que se descorrelacionan con los activos tradicionales (acciones, bonos…) y sirven tanto de colchón como de palanca en momentos de shock. A este respecto, Rafael Aldama, responsable del negocio institucional de DWS en España, aboga por las infraestructuras, “la niña bonita de los activos reales”.

Peaje de la AP7 a la altura de Valencia justo antes de ser retirado. EFE

En estos activos, es importante el ajuste por inflación. “Te protegen muy bien frente a las subidas de precios, porque tienes el activo real en sí (una carretera, un aeropuerto, un parque de energías renovables, un centro de datos, una nave logística de distribución para el comercio electrónico…) y, además, ese activo da ingresos regulados. Por ejemplo, el peaje de una carretera que sube cada año. Y esto cada vez cobra más importancia” con los tipos de interés ultrabajos, según el experto de la gestora germana.

No cabe duda que las perspectivas para las infraestructuras apuntan altas para los próximos años. En palabras de Aldama, “a medida que vayamos saliendo de la crisis, se van a usar más y más intensivamente”. Sin ir más lejos, el Gobierno de Pedro Sánchez ha fijado en 2024 la entrada del pago por uso en todas las autovías de España.

Jaime Porcel, gestor de renta variable en Gestifonsa, la gestora de Banco Caminos-Bancofar, matiza la idea de invertir en infraestructuras, un campo que también puede enfocarse desde la renta variable. “En nuestros fondos, buscamos industrias con crecimiento estructural. Empresas que son líderes en su sector con flujos de caja recurrentes, baja exposición al ciclo y que tengan crecimiento superior a inflación”, que ya va siendo algo mayor en comparación con los niveles registrados durante el último lustro.

Acciones temáticas

Uno de sus buques insignia, el fondo Gestifonsa Selección Caminos, tiene en su cartera valores como Orsted, empresa líder mundial en energía eólica offshore; Assa Abloy, que lidera también en su sector, las soluciones inteligentes de puertas, accesos y seguridad, o Kion Group, segundo mayor fabricante mundial de carretillas elevadoras y primero en sistemas de automatización de almacenes.

También la española Ferrovial, con una gran parte de su actividad en autopistas y managed lines en EEUU y Canadá, y Tomra, proveedor líder de soluciones de reciclaje y máquinas clasificadoras.

En el banco privado español están más cómodos con las inversiones cotizadas que con las no cotizadas, aunque hoy las focalizan en “tendencias sociales y geopolíticas al margen de los mercados que requieren de mucha inversión pública”, afirma Iratxe Oria, directora de Inversiones de Gestifonsa. La gestora destaca fondos como el anterior o el Gestifonsa Selección Health Farma, que se beneficia del envejecimiento poblacional, dos vehículos innovadores en nuestro país por tratarse de estrategias mixtas que combinan bolsa y deuda. “Hay pocos de este tipo, porque en casi todas las casas los fondos temáticos son de renta variable”, argumenta.

Banco Caminos, que al igual que BNP Paribas WM también pone a las acciones en el primer lugar de su lista de prioridades contra la inflación al alza, advierte no obstante que “hasta que no consigamos un crecimiento global unificado y sostenido en el tiempo, la recuperación no será un hecho”. Oria, conservadora en sus previsiones, asegura que “no será en 2021”. “Dependerá del ritmo de vacunación, los mercados financieros siempre se adelantan”, se teme.

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