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No se sabe con certeza de quién es la frase siguiente: “En las crisis, mientras unos lloran, otros venden pañuelos”. Pero sea quien sea su autor, sirve para explicar lo bien que le ha ido a algunos bancos VIP durante la pandemia de coronavirus. “Las crisis son positivas para bancos privados como nosotros”, reconoce Ana Figaredo, directora general de la sucursal española de Lombard Odier. En esta entrevista con Invertia, la directiva advierte que, sin embargo, el 2021 se antoja como “un campo minado”

Durante los peores meses de la Covid-19, “los clientes venían buscando bancos especializados con balances fuertes”. Lo cierto es que el 2020 fue un buen año tanto a nivel global como en España para Lombard Odier.

El banco de origen suizo no da cifras de su negocio en nuestro país, salvo las públicas de Inverco (con casi 165 millones de euros en cerca de una quincena de sicav), pero los datos internacionales son ilustrativos. Sus activos a nivel agregado crecieron un 6%, hasta los 316.000 millones de francos suizos (prácticamente unos 285.000 millones de euros). Y su beneficio neto se elevó un 19%, hasta los 208 millones de francos (unos 187 millones de euros, aproximadamente).

La rentabilidad de las carteras también apuntaló el proyecto. “No fueron excepcionales, pero sí relativamente buenas para como fue el año”. Según Figaredo, los nuevos clientes que captó Lombard Odier en el año de la pandemia les trajeron “mucho dinero”, pero fue “buscando protección, buena parte no se invirtió”. Pero este año las cosas han cambiado, “se quiere invertir”, fruto del mejor panorama macroeconómico y las perspectivas de la vacuna.

“La Covid nos preocupa menos, se ha demostrado que la vacuna funciona. Estimamos que Europa conseguirá la inmunidad rebaño en el último trimestre”. No obstante, “tenemos que estar vigilantes al mercado”. Por un lado, “hay muchas oportunidades de inversión, pero algunos activos están muy sobrevalorados”. Este banco privado cree que no va a haber inflación sostenida en el tiempo, aunque sí algunos repuntes de los precios en meses como marzo o abril cuando se metan las subidas de las materias primas.

Capital riesgo de impacto

“Hay que estar muy pendientes por la expectativa del bono a diez años, por si la inflación subiera más sostenidamente de lo que dice nuestro escenario central”, indica Figaredo. En este contexto, se ha levantado el apetito por el capital riesgo en las familias empresarias y en los inversores cuasi institucionales, como las mutuas.

Para saciar esta demanda, Lombard Odier ha sacado al mercado un vehículo que aúna lo mejor de sus capacidades. El fondo de capital privado LO Impact Fund, que combina la rentabilidad financiera en activos no cotizados (su TIR objetivo es del 15% neto) con la inversión de impacto mediante resultados ambientales y sociales positivos. Tendrá entre 10 y 15 posiciones, comprendiendo fondos (primarios y secundarios) y coinversiones, pero solo es apto para inversores profesionales, ya que es un RAIF luxemburgués.

ASG, pero no a cualquier precio

Los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) son el leitmotiv del banco helvético desde hace muchos años, pero no son una barra libre para comprar activos a cualquier precio. “Hay que huir de las modas”. Como defiende Figaredo, “tenemos que invertir en cosas buenas, sostenibles, pero también que estén a buenos precios, es decir, baratas”.

La banquera ilustra esta disyuntiva con el ejemplo de las renovables frente a compañías agroalimentarias como Danone. “Danone está haciendo mejoras en su cadena de proveedores, en el empaquetamiento de sus productos haciéndolos biodegradables... y tiene un gran acceso a los fondos de la UE para incidir en estos aspectos. Pero en ellos la sostenibilidad no está tan descontada como sí lo está en las empresas de energías renovables, que han subido mucho de precio”.

La agenda mundial sostenible se ha acelerado gracias a la pandemia, el relevo de Trump por Biden y las partidas europeas para la transición energética. “El ciudadano de a pie está más concienciado”, y por eso Lombard Odier potencia fondos como el LO Climate Transition o el LO Natural Capital.

En este segundo, colabora el Príncipe de Gales, que fundó la Alianza de Bioeconomía Circular en el marco de la Iniciativa de Mercados Sostenibles.

La sencillez de los fondos

Entre las ‘trampas’ que esconde el ejercicio, está el nuevo régimen de la sicav, unas sociedades de las grandes fortunas a las que el Gobierno está dificultando su fiscalidad ventajosa. “La mayor parte de las sicav va a desaparecer como tal, solo sobrevivirán las más grandes”, asume la directora general. Pero estas sociedades nunca han sido la primera opción del banco suizo.

“Si las cosas se pueden hacer sencillas, lo preferimos”. Y eso implica montar carteras de fondos de inversión. “Podemos hacer todas las soluciones complejas que queramos, como los unit linked, aunque no van a ser nuestra prioridad”, adelanta Figaredo en referencia a estos seguros potencialmente sustitutos de las sicav.

Lombard Odier es consciente de que sus clientes suelen operar con varios bancos, pero su ambición es ser “su banco de referencia”. Y este año se presupone clave para la sucursal. “Queremos crecer en banqueros, hay buenas oportunidades en el sector, pero no tenemos objetivos concretos. El banquero o equipo de banqueros que llegue tiene que encajar con nuestra filosofía y ser óptimo”.

No en vano, su plantilla actual de banqueros, gestores y planificadores patrimoniales atesora 12 años de antigüedad promedio en la casa, una rotación muy baja para una industria recalentada a base de talonario.

Figaredo también deja entrever que el banco se autodescarta para las operaciones corporativas. “Aquí hay menos espacio para la especulación. No cotizamos en bolsa, los dueños del banco se pueden permitir sacrificar resultados a corto plazo para mirar a largo. Es más, no puedes ser accionista del banco si no gestionas el banco”. El crecimiento orgánico parece ser, por tanto, el más probable.

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