Coleccionar e invertir en arte es una actividad tan antigua como rentable. Y lo es mucho más cuando un artista fallece y su obra se revaloriza con el paso de los años. Los fondos de inversión en arte lo saben y algunos se están preparando para posicionarse en este nicho del mercado. En concreto, la subida media que puede experimentar el precio de una creación varios años después de la muerte de su autor es de hasta el 160%.
Así se desprende del estudio ‘Evolución de Precios de Artistas Second Life’, elaborado por la gestora ArtsGain Investments. La firma barcelonesa ha utilizado para la comparación a todos los artistas del índice Top 500 de ArtPrice que fallecieron entre los años 2000 y 2017, segmentados por pintores y escultores para todo tipo de estilo artístico.
El perfil promedio del artista es un hombre o mujer de 83 años, nacido en 1928, en mitad del período de entreguerras, y fallecido en 2011. Hay nombres como Antoni Tàpies, Wu Guanzhong, Sigmar Polke, Louise Bourgeois, Franz West, Anita Magsaysay-Ho, Helen Frankenthaler, John Angus Chamberlain o Barry Flanagan.
Según el citado estudio, el precio medio por obra -incluyendo los récords de precios- era de 285.009 dólares antes de 2011, una cantidad que se disparó hasta los 738.202 dólares después de ese año y llegó a los 810.956 dólares en 2017. Esta evolución supuso un incremento de valor del 159% entre esos ejercicios.
Si se excluyen los récords, tan habituales en las subastas de grandes galerías y que engordan la estadística con cierta distorsión al alza, la revalorización nada desdeñable de ese mismo ciclo hubiera sido del 106%, hasta un precio medio por obra de 565.283 dólares.
Primer fondo en España
Por colectivo, el precio medio de una pintura se situaba en los 837.494 dólares seis años después del adiós de un artista (un 166% más), o 591.028 dólares sin récords (un 129% superior). En el caso de una escultura, las cifras en 2017 eran de 646.418 dólares (un 122% arriba), o 405.663 euros sin récords (un 57% por encima).
A nivel internacional, cerca de una veintena de fondos invierten en arte, y muchos de ellos ya están metidos en este subsegmento. El primero en ser registrado en España ha sido el ArtsGain Alternative Value Fund FICC, que, como informó Invertia, tiene capacidad para 20 millones de euros y está disponible entre los inversores profesionales. Navis Capital también prepara uno para este 2021.
Xavier Olivella, cofundador de ArtsGain, avanza que en torno a un 30% de la inversión del fondo va a estar concentrada en artistas denominados como second life. Hace año y medio, cuando idearon el vehículo, sus responsables elaboraron un listado con casi 40 artistas invertibles, de los cuales media docena han fallecido recientemente, con edades entre los 80 y los 85 años. “Si el fondo hubiera salido hace un año, estos artistas hubieran estado dentro”, asegura el gestor.
Entre los que ya no están, los más destacados eran el francés Albert Uderzo, dibujante de historietas tan famosas como Astérix, o el español Juan Genovés, autor de ‘El Abrazo’, pintor de la Transición y las multitudes. Pero también se han ido Christo, Claude Lalanne, Carlos Cruz-Diez o Charles Blackman.
También con los ‘poco conocidos’
El estudio que ha llevado a cabo el equipo de ArtsGain concluye que la compra de obras de arte de artistas en el último período de su vida puede generar “grandes ganancias para los próximos años”. Los precios aumentaron al menos seis veces en comparación con el índice de precios global en los años anteriores a su fallecimiento y, “de manera más consistente, después de este evento”.
Si bien antes de 2011 el promedio anual del precio récord por una obra de este segmento era de 702.047 dólares, en 2017 se llegaba a pagar de media unos 4,2 millones de dólares.
Invertir en creaciones de artistas second life “puede generar inmediata liquidez, ya que su demanda creció dos veces”, por lo que hay que considerar oportunidades de compra de bajo precio antes del fallecimiento del artista en cuestión, recuerda la gestora española.
Pero, para garantizar que la inversión en arte es un éxito seguro, la firma ha realizado un análisis secundario. Seleccionó al azar a otro grupo de artistas británicos ‘poco conocidos’ que murieron durante 2000-2017 para hacer una verificación de la realidad sobre la evolución de los precios promedio de sus obras de arte en una geografía específica, evitando la variabilidad de su ubicación. Los resultados también fueron notables.
En promedio, sus precios aumentaron en un 74% durante esos 18 años, mientras que el índice global ArtPrice aumentó solamente en un 30% durante el mismo período en referencia a los precios de todas las obras de arte del mundo. El arte como cultura, pero también como inversión del pasado al futuro.