La numismática, afición que consiste en coleccionar monedas antiguas, se ha convertido en una de las modas más actuales para hacerse rico. Y es que cada vez se paga más por algunas de las piezas más valiosas de muchas colecciones. Tanto es así que debes estar atento casi a cualquier pieza que pasa por nuestras manos o que tenemos en casa.
En esta ocasión no venimos a hablar de una moneda de peseta antigua. Todo lo contrario, lo hacemos para detallar el impresionante crecimiento en su valor que ha dado una moneda de un céntimo que apenas tiene poco más de dos décadas de antigüedad. Es decir, casi los que tiene el Euro en sí.
La numismática, que está viviendo un momento de gran esplendor en España, y en todo el mundo, tiene en una moneda de 2002 una de sus mayores joyas. Su existencia y su posterior circulación han supuesto un punto de inflexión en la apreciación de estas monedas que parecen corrientes, pero que pueden llegar a valer decenas de miles de euros.
¿Qué moneda de un céntimo te puede hacer ganar una fortuna?
En este caso, hablamos de una moneda de 1 céntimo que se ha convertido en el Santo Grial de muchos coleccionistas tanto por su diseño particular como por su rareza. De hecho, si tienes la costumbre de acumular pequeñas monedas, pon atención porque este céntimo podría haber pasado por tus manos y ahora incluso podría cambiar tu vida.
Se trata de una moneda que vuelve locos a todos los coleccionistas. Una pieza que parece ordinaria, pero que no lo es, ya que tiene un interés histórico brutal que además va en aumento. La moneda en cuestión de la que hablamos es una pieza de 1 céntimo de valor real que fue diseñada por Rolf Lederbogen, un arquitecto alemán de la Baja Sajonia que murió en el año 2012.
[Estas son las tres monedas de cinco pesetas de Franco del año 1949 que valen más de 30.000 euros]
Por lo tanto, no ha podido saber el gran cambio que ha dado esta moneda que nació gracias a su enorme imaginación y que, por su escasez, se ha convertido en un artículo extremadamente valioso y es que existen muy pocos ejemplares de esta moneda tan particular en el planeta.
Así pues, se trata de una pieza que podría haber pasado por nuestras manos, que podría haberse caído entre los huecos de nuestro sillón o estar escondida en las arrugas de nuestro monedero, pero por la que se llegan a pagar en algunas de las subastas más importantes del mundo cantidades de hasta 50.000 euros. Todo por hacerse con algo exclusivo y casi único. Un tesoro buscado en todo el mundo que vale su peso en oro.