La Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) ha pedido este miércoles que el euro digital no se convierta en una alternativa al efectivo y "en ningún caso" en un sustituto. La reclamación viene precedida a la decisión anunciada por el Banco Central Europeo (BCE) de aprobar un proyecto de esta divisa con una investigación inicial de dos años.
La asociación considera que las prioridades a la hora de diseñar la moneda digital "han de pasar por la accesibilidad, la privacidad y la seguridad". Así, recuerda que en enero de este año trasladó al BCE el mensaje de que el euro digital "no puede convertirse en una inversión, sino en un medio de pago, tal y como es ahora mismo el dinero en efectivo".
Además, la asociación considera "importante" que el BCE sea el único capaz de emitir o destruir euros digitales con el objetivo de evitar que ningún intermediario pueda poner en riesgo la estabilidad de la moneda. "Todo ello, sin olvidar el riesgo de la exclusión financiera", añade.
Los criptoeuros
Asufin anunció recientemente que se integraba en la Asociación del Euro Digital (DEA), dedicada a monitoriza el ecosistema de monedas digitales y que centra sus trabajos en el futuro euro digital.
La fase final del euro digital durará un total de 24 meses, hasta 2023. Tal y como informó Invertia, en esta fase final antes de la implementación de la nueva moneda, el BCE se centrará en un posible diseño funcional que se base en las necesidades de los usuarios. Trabajará con grupos de discusión y prototipos.
Ciudadanos, y empresas han señalado en consultas públicas que la privacidad en sus pagos es su principal preocupación y la emisión de esta moneda podría ir encaminada a cubrir tal alarma con tecnologías de seguridad como el blockchain.