La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente para muchos españoles. Una situación que amenaza con dejarlos a merced de productos poco adecuados para su perfil o incluso de los peligrosos chiringuitos financieros. Entre las distintas ramas profesionales con titulación oficial, algunos sanitarios, los profesores y los mecánicos están entre los más susceptibles por contar con conocimientos más escasos en esta materia.
A pesar de que la población nacional pasa el examen básico sobre conocimientos financieros, lo cierto es que un aprobado alto no parece suficiente para un mercado financiero en constante evolución y con productos cada vez más sofisticados. Y es que los españoles se quedan en una puntuación de 6 en una escala que llega hasta los 10 puntos.
Esta es una de las principales conclusiones que arroja la Encuesta de Competencias Financieras publicada esta semana. En ella, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España han evaluado los conocimientos de los españoles en materia de finanzas con la colaboración del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Un 25% suspende
El estudio deja en evidencia que una cuarta parte de la población española tiene “unos conocimientos bajos o muy bajos” en lo que se refiere a finanzas. Y también que en este grupo son más numerosas las personas de mayor edad, una circunstancia que sumada a unas finanzas personales habitualmente más holgadas hace de ellos el blanco perfecto para malas prácticas de comercialización o abuso.
Sin embargo, los grupos más vulnerables no se identifican solo por cuestión de la edad, sino que también los estudios completados pueden dar pistas. Así lo señala la estadística, que también segmenta a la población española por este concepto. Además, diferencia entre títulos de formación universitaria y los obtenidos a través de formación profesional (FP).
Los maestros, a la cola
Entre los egresados de las universidades, los titulados en Magisterio son los que cuentan con conocimientos financieros más rudimentarios, con una nota media de 6,84 puntos. En otras palabras, los profesores son los últimos de la clase en esta materia cuya implantación en el currículo formativo de escuelas e institutos lleva años reclamándose por parte del sector.
Los titulados en alguna carrera de la rama de Ciencias de la Salud también se quedan por debajo de sus colegas universitarios al obtener un 6,87 frente al 7,28 en que se sitúa la media de este grupo de población. Y no se trata solo de cosa de médicos, enfermeros y farmacéuticos, ya que la historia se repite entre sus colegas sanitarios que han completado un ciclo de formación profesional.
En este caso, la nota media del colectivo cae hasta los 5,78 puntos, lo que supone el registro más bajo entre los segmentos señalados en el estudio por nivel y ramo formativo. No obstante, por la distribución que hace la propia estadística, en este grupo se incluyen también a titulados de FP de actividades físicas, seguridad y medioambiente.
Por seguir con este grupo clave para la superación de la crisis sanitaria global, sus conocimientos se financieros quedan más en evidencia si se comparan con otros campos a priori más distanciados de los números. Los médicos se quedan por debajo de la nota que logran los graduados universitarios de Humanidades, cuya nota llega a los 6,9 puntos.
Por su parte, los auxiliares de enfermería y protésicos dentales consiguen peor calificación que sus colegas de formación profesional en agricultura, pesca y energía, con un destacado 7,33 que no tiene parangón con ninguno de los titulados de este bloque. Es más, la ventaja frente a los 6,47 puntos que obtienen de media los poseedores de un título de FP es más que evidente.
En esta misma categoría, otro grupo de población que obtiene una nota más baja es el de los titulados en ciclos formativos de mantenimiento de vehículos, es decir, en alguna de las múltiples especialidades de la mecánica. Estos se tienen que conformar con una valoración de 6,44 puntos que comparten con titulados de FP en hostelería, turismo y transporte.
La brecha de género
Por lo que se refiere a la variable clásica del género, la diferencia es significativa a favor de los hombres. El estudio elaborado por los dos supervisores españoles señala que un 82% de ellos cuenta con conocimientos financieros medios o superiores, mientras que solo un 71% de ellas está a la misma altura.
A pesar de la brecha, no es tanta frente a circunstancias como que apenas un 26% de los asientos de los consejos de administración de las cotizadas españolas están ocupados por féminas. En este sentido, las empresas deberían incorporar a más de 180 mujeres en sus órganos de gobierno si quieren cumplir con la cota del 40% establecida por la CNMV para el próximo años.
A lo largo de su análisis, la encuesta concluye que el hecho de contar con una cartera de inversión no predispone a formarse en su correcta gestión. Más bien ocurre al revés: una formación específica contribuye a invertir de manera más adecuada. Una formación que, como deja claro el análisis, no siempre es pareja con el grado de complejidad de conocimientos adquiridos en otros ámbitos educativos.