Un billete de euro.

Un billete de euro. Karolina Grabowska, Pexels.

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El euro se 'agarra' a las alzas de tipos del BCE y a la caída del gas para extender las subidas tras rebotar un 13%

La institución que preside Christine Lagarde podría volver a subir las tasas 50 puntos básicos, por los 25 que se esperan de la Fed.

Laura Piedehierro
Publicada

Desde que a finales del pasado septiembre tocó mínimos de los últimos 20 años frente al dólar, el euro ha rebotado un 13% frente a la divisa estadounidense. La moneda comunitaria podría extender su particular rally ante las próximas subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) y las fuertes caídas que ha registrado el precio del gas.

Es lo que anticipa el banco japonés Nomura. Sus analistas prevén que el euro se acerque a los 1,10 dólares a finales de enero, que se eleve hasta el entorno de los 1,16 ‘billetes verdes’ al final de este ejercicio y que alcance los 1,2 en 2024. Y “esto se debe a que Europa está experimentando una moderada recuperación”, explican.

En sus previsiones apuntan que las subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) están ralentizando el crecimiento en Estados Unidos, mientras que “en Europa la combinación de estímulo fiscal y precios de la energía drásticamente más bajos han cambiado el viento en contra por un viento de cola a principios de 2023”.

Perspectivas

“Es posible que el crecimiento siga siendo débil, pero no de forma tan drástica como se preveía a finales del año pasado” continúan. En cualquier caso, anticipan que la recesión en la Unión Europea (UE) habría empezado en el cuarto trimestre de 2022 y que se extenderá hasta el tercero de 2023. En su opinión, la contracción económica en Estados Unidos dará inicio con un trimestre de retraso.

Para Joaquín Robles, analista de XTB, “el motivo principal” de la revalorización del euro “es el cambio de postura de la Reserva Federal, que, tras seis meses de caídas en la tasa de inflación, se espera que suavice el ritmo de subidas de tipos”.

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Gran parte de la debilidad que el euro sufrió durante el año pasado se debió a la diferencia de tipos de interés entre Estados Unidos y Europa y a las peores perspectivas económicas por la dependencia energética de Rusia. La divisa comunitaria de depreció un 5,8% frente al dólar en 2022.

Llegó a perder la paridad frente al dólar en verano y a marcar mínimos de los últimos 20 años a finales de septiembre. Sin embargo, logró maquillar las pérdidas en la última parte del ejercicio, gracias ya a la moderación del índice de precios al consumo (IPC) estadounidense y a las perspectivas de una Fed menos agresiva.

Subidas de tipos

Por ello, advierte de que un repunte en la inflación en la primera economía del mundo “podría precipitar que el banco central estadounidense “subiera los tipos a un ritmo mayor de lo esperado, lo que volvería a fortalecer al dólar frente al euro”.

En Nomura anticipan dos subidas de tipos por parte de la Fed de 25 puntos básicos -una en febrero y otra en marzo- y no descartan que las bajadas en la misma proporción comiencen el próximo septiembre.

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Por otro lado, esperan que el Consejo de Gobierno del BCE eleve las tasas 50 puntos básicos en las mismas reuniones y que ejecute otras dos alzas de un cuarto de punto en mayo y junio, hasta llevar el precio del dinero al 3,5%.

En Bank of America fueron "muy críticos en el BCE por negar una inflación elevada durante la mayor parte del año pasado, pero finalmente acertaron en la reunión de diciembre". Y aunque esto podría suponer "un reto" para los países de la periferia europea, "debería ser positivo para el euro”, indican.

Riesgos

Estos analistas esperan un euro más fuerte en 2023, aunque advierten de que la evolución de la moneda única está sujeta a “muchos riesgos”, como la mencionada situación de los países de la periferia europea ante la agresividad del BCE, un posible repunte de los precios de la energía, el desenlace de la guerra en Ucrania o que surjan problemas en la reapertura económica de China.

En la misma línea, en Monex Europe advierten de que “la subida de la moneda única está empezando a estancarse al entrar en rangos vistos por última vez en el primer trimestre de 2022”.

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En su opinión, “esto se debe principalmente a que la subida del euro en los últimos cinco meses no ha ido acompañada de entradas de capital en la eurozona, ya que persisten ciertas dudas sobre la trayectoria de los precios energéticos europeos y, por tanto, sobre las perspectivas de crecimiento de la eurozona”.

Pero “los precios del petróleo y del gas natural siguen siendo relativamente bajos, lo que sugiere que es probable que el par eurodólar siga subiendo en enero y febrero”, insisten desde Nomura.

El gas natural TTF se ha mantenido en el mercado holandés por debajo de la barrera de 100 dólares el MWh desde el pasado diciembre. Este lunes cerró en 55,1 euros por megavatio hora (MWh), el precio más bajo registrado desde principios de septiembre de 2021.