Putin condena al euro a permanecer por debajo de la paridad frente al dólar al menos los próximos seis meses
Mientras los expertos empeoran sus perspectivas sobre la divisa, ven más claro que el BCE subirá tipos 0,75 puntos el próximo jueves.
La crisis energética en la que se ve inmersa Europa agrava la debilidad del euro. El lunes, casi al mismo tiempo que el precio del gas se disparaba un 30%, la divisa comunitaria marcaba mínimos de los últimos 20 años.
Perforados los 0,99 dólares, algunos expertos han empeorado sus previsiones sobre la moneda, mientras esperan que el Banco Central Europeo (BCE) muestre una mayor agresividad en la reunión que mantendrá el próximo jueves.
“Los flujos de gas se han reducido aún más de lo esperado”, advertían los analistas de Goldman Sachs. En el banco estadounidense esperan que “el euro caiga aún más por debajo de la paridad y que se mantenga en ese nivel durante los próximos meses”. Un informe que daban a conocer antes de que Putin ordenara a Gazprom no reanudar el suministro hasta que la Unión Europea levante las sanciones por la Guerra de Ucrania.
[La crisis energética golpea al euro y mete más presión al BCE para respaldar la moneda comunitaria]
Las perspectivas actuales para el euro son, por tanto, peores que las anteriores. Ahora esperan que la divisa comunitaria se mueva en torno a los 97 centavos durante los próximos tres meses, frente a los 0,99 dólares anteriores. Para el próximo medio año anticipaban una recuperación hasta los 1,02 dólares. Ahora creen que el cambio se mantendrá por debajo de la unidad.
Mucho menos optimista con el euro son los expertos de Nomura, que advierten de que el mayor reto al que se enfrentará Europa este invierno no es la inflación, sino la estanflación, la suma de subida de incremento de los precios y estancamiento económico.
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En el banco nipón esperan que el euro caiga “hasta 0,90 dólares este invierno, que la inflación siga subiendo hasta alcanzar máximos de varias décadas, que el producto interior bruto (PIB) disminuya durante el año que viene y que el BCE suba tipos y luego los recorte el próximo año”.
El incremento del gas -y la caída del euro- ha tenido lugar tras la interrupción del suministro por parte de Rusia a través del gasoducto Nord Stream 1, primero por labores de mantenimiento y luego por un supuesto fallo técnico.
Los peores temores se confirmaron y el Gobierno de Vladímir Putin no reanudará el suministro a Europa a través del tubo. El Kremlin ha condicionado la reactivación del gasoducto al levantamiento de las sanciones occidentales.
Así lo señaló el lunes el portavoz del Gobierno ruso, Dimitri Peskov, quien ya culpó a la Unión Europea de la paralización de los envíos de gas por el gasoducto Nord Stream 1, al señalar que "los europeos se niegan a hacer el mantenimiento de sus sistemas". La decisión de Moscú ha acentuado el temor a que la crisis energética en la que se ve inmersa Europa sea cada vez más profunda.
La correlación negativa entre la materia prima y la divisa comunitaria se ha incrementado durante los últimos meses. Es decir, cuando los precios del gas natural se han elevado, la divisa ha perdido valor.
Mientras tanto, Europa sigue esforzándose en reducir la dependencia energética de Rusia y acumular reservas de gas para el invierno. Pese a ello, los expertos consideran que el golpe para la economía de la región será enorme.
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“Si bien la eurozona ha progresado en la acumulación de almacenamiento de gas para el próximo invierno, lo ha hecho a costa de destruir de manera significativa la demanda a través de cortes de producción y no elimina el riesgo de una interrupción más severa durante el invierno”, advierten en Goldman Sachs.
La depreciación del euro se ha acentuado en una semana determinante para los mercados, que ya descuentan con una posibilidad del 80% que el BCE eleve los tipos de interés 75 puntos básicos el próximo jueves. Una posición más agresiva del instituto emisor podría hacer que el euro, que ha perdido un 20% de su valor en los últimos tres meses, se estabilice.
75 puntos básicos
Desde la reunión de julio -cuando la institución incrementó sus tipos de interés por primera vez en once años mediante una subida de 50 puntos básicos- los inversores dieron por hecho que el BCE acometería otro alza de la misma cuantía en la reunión de septiembre.
Sin embargo, la postura más dura de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el incremento de la inflación en la eurozona hasta el 9,1% han elevado las expectativas de una subida de 75 puntos básicos. Los tipos podrían situarse en el 1,25% esta misma semana. Y “lo más preocupante es que la inflación todavía no parece haber tocado techo”, advierten desde XTB.
“Ahora, el BCE tiene la difícil tarea de subir los tipos para controlar la inflación sin llevar a la economía a una desaceleración profunda”, alertan los mismos expertos. Esperan subidas de tipos en todas las reuniones que mantenga la institución europea mientras el encarecimiento de los productos se mantenga en niveles elevados.
“El BCE no puede desvincular sus políticas de las de la Fed por mucho que quiera”, apuntan los analistas de Link Securities. “Hacerlo, y no mostrarse expeditivo en la lucha contra la inflación debilitará al euro con relación al dólar, incrementando aún más las tensiones inflacionistas en la región”, añaden.
"La única solución"
En la gestora AXA Investment Managers han cambiado de opinión y ahora esperan un movimiento de 75 puntos básicos. Mientras que varios miembros del Consejo del BCE han abogado por esa subida, “el hecho de que no hayamos escuchado mucho al ala ‘dovish’ (más blanda) sugiere una oposición débil”, opina. Gilles Moëc, su economista jefe.
Moëc anticipa una fuerte contracción económica en los próximos meses y subraya que el BCE podría ver la recesión como “la única solución” para cumplir con su mandato sobre la estabilidad de precios.
Desde Nomura esperan una subida de tipos del BCE de 75 puntos básicos esta semana y que el BCE vuelva a subirlos en 50 puntos básicos en octubre y diciembre. Asimismo, los expertos ven una recesión a partir del segundo semestre de este año en Europa que durará hasta el primer semestre de 2023.