Las tensiones geopolíticas siguen aumentando, especialmente en Oriente Medio. De hecho, cada día parece que la región se acerca más a un conflicto a gran escala con consecuencias devastadoras.
El problema es que, además de sufrir las partes directamente implicadas, la economía mundial también podría verse afectada si se interrumpe uno de los principales centros de transporte y logística del mundo.
Para empezar, alrededor del 4% del suministro mundial de petróleo pasa por el estrecho de Ormuz. Si se interrumpe el paso, subirán los precios del crudo. De hecho, la volatilidad del mercado ya ha aumentado.
La buena noticia es que no se espera una crisis energética como la de 1973, ya que el mercado está más diversificado. Por lo tanto, no se esperan precios superiores a 100 dólares por barril.
Además, el conflicto puede provocar interrupciones en las rutas marítimas clave a través del Canal de Suez y el Mar Rojo; ya existe una paralización parcial en la zona debido a los constantes ataques de los Houthi.
Otro tema es que después del ataque de Irán a Israel con cientos de cohetes balísticos, Israel, Jordania e Irak cerraron su espacio aéreo, lo que provocó cancelaciones de vuelos y pérdidas para las aerolíneas.
¿Adónde puede llevarnos todo esto?
Cualquier perturbación de la logística, ya sea marítima o aérea, provocará un aumento de los precios del transporte y, en consecuencia, de los costes de los productos y de la inflación final.
Es difícil calcular el impacto exacto, ya que no sabemos cuánto durará la crisis, pero se estima que los costes de envío de determinados productos podrían aumentar entre un 15% y un 20%.
En cuanto a los posibles beneficiarios, serían los productores de petróleo, el XAUUSD, así como las empresas de armas y equipo militar, como RTX Corporation, Lockheed Martin, Northrop Grumman y Kratos Defense.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.